Había pasado una semana desde que su corazón se partió en dos.
El dolor seguía allí; solo que en menor intensidad. Había aprendido que olvidar a alguien no era tan simple, que los recuerdos de esa persona volvían a su mente en las ocasiones más inoportunas y se aferraban en lo más profundo, renuentes a dejarse olvidar, consumiendo así su sano juicio.
— Señorita Fubuki, últimamente ha actuado muy extraño — Habló uno de sus subordinados. La mencionada, que se encontraba sentada en su escritorio no se inmutó en lo más mínimo. Al ver esto, prosiguió — . Últimamente la veo más insegura al tomar decisiones y muchas veces se ha quedado viendo al vació, ¿Se puede saber que le pasa?
Nada.
Sin más, el hombre con traje se posiciono frente a ella y comenzó a chasquear los dedos en un intento por "traerla de vuelta" acto del cual se arrepintió al sentir su cuerpo impactar contra una de las paredes y una que otra costilla rota.
No había que olvidar que era hermana de Tatsumaki.
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— Hola Fubuki, tiempo que no venías — Fue el simple saludo de Saitama.
Apenas poner un pie en el departamento la bombardeó la nostalgia, hace poco pareciera que vivía allí, todo con el objetivo de conocer más a aquel cabeza brillante para que un simple encuentro con su hermana le derrumbara sus esperanzas.
Soltó un pesado suspiro y puso en marcha lo que venía a hacer ; recoger todo indicio de que una vez estuvo allí. Puesto que se había tomado la confianza de dejar una que otra cosa ; mientras no se tocaran los mangas y los juegos el calvo era una pasiva.
— Fubuki, te recuerdo que no importa que tus cosas estén aquí — habló el héroe clase B al ver de reojo que ésta metía todo en una bolsa.
— Sensei, si ella lo a decidido entonces deje que lo haga — replicó cortante el cyborg que se encontraba en la cocina, él sabía el mensaje oculto tras esa acción.
— Entiendo, pero...
Las esperanzas de la chica se elevaron de sobremanera.
—Si no te molesta....me gustaría que me hablaras de Tatsumaki... — susurró el calvo, dirigiendo una mirada suplicante.
Nuevamente, unas cuantas groserías salieron de la boca de ésta en un tono casi inaudible; pero no había nada que hacer, ella había perdido y además, no pensaba ser la rival de su hermana — .No te preocupes, cuando termine aquí te contaré todo — Forzó una sonrisa para disimular.
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¿Cuánto había pasado ?
¿ 15 minutos ?
¿ Por qué se sentía como una eternidad ?
Cada segundo que permanecía allí era como si le clavaran un puñal en el pecho. Como si se derritiera por dentro.
— Bien, pregunta no. 17... — anunció Saitama, pero un extraño olor desvió su atención de la hoja en donde había echo anotaciones.
— ¡Genos, la comida se quema! ¡¿Genos?! — Al no recibir respuesta de su discípulo, le dirigió a la cocina dando grandes zancadas y logró apagar el horno de donde provenía la columna de humo, abrió todas las ventanas y dijo :
— Lamento que hayas presenciado esto Fubuki, Genos es un experto en la cocina, debería estar... — Miró incrédulo el espacio vacío donde había estado la chica segundos atrás.
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Tac, tac, tac...
El sonido de sus tacones mientras bajaba por las escaleras era lo único que se escuchaba por aquel " inhóspito" edificio. Al llegar a la planta baja se aseguró en ubicarse en un ángulo muerto por si Saitama se le ocurría ver por la ventana...De la cual salía humo.
—¿Te sientes mejor?
La esper tuvo un ligero sobresalto al no percatarse de la presencia del rubio que se hallaba detrás de ella, recostado en la pared de brazos cruzados.
— No entiendo, primero lo de la fiesta, y ahora esto, ¿de verdad te importa tanto lo que me pasa? — Preguntó, albergando una dosis de esperanza por el trato tan amable del rubio
— No — aclaró de manera abrupta para dar lugar a la explicación —, le pedí al doctor Kuseno que me hiciera unas mejoras, entre ellas un programa que me ayudará a calmar a las víctimas en un desastre y tú eres una buena prác—
Si hay que mencionar algún defecto del cyborg, es la rapidez con la que se aísla de su alrededor mientras habla, ya que, al estar tan abismado en su explicación, le fue imposible percatarse de la enorme roca que impacto contra él. Dejándolo inconsciente durante media hora.
Por el contrario, la psíquica se alejaba mostrando una sonrisa triunfante, como si hubiera dejado todas sus desdichas pasadas adheridas en aquella roca que hizo estrellar contra el molesto "robot"...
La esper dirigió una última mirada al departamento.
— Adiós, Saitama...
Emprendió su camino sin mirar atrás...
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Imprevisto
FanfictionLa vida presenta jugadas muy curiosas ; muchas veces, nos hace tocar fondo para forzarnos a poner los pies en la tierra y ver las cosas con claridad. Obligándonos a tomar un camino muy distinto de lo esperado. Sin embargo, a pesar de que las ci...