La mujer suspiró con pesadez, había pasado un día desde el incidente y a pesar de que en el poco tiempo transcurrido el dueño se aseguró de que recibiera un trato peculiar...no solo aplicaba para ella.
Le hizo gracia el ver al hombre que tenía como función exclusiva la de desplazar al residuo de cyborg hasta la mesa donde ésta se encontraba.
Era hora del almuerzo y el restaurante del hotel era un amplio espacio al aire libre, al estar en la zona VIP la mesas de ambos héroes estaban un poco apartadas de las demás, lo cual brindaba más privacidad a los comensales. Sin embargo, al tratarse de ellos dos, tampoco es que la necesitaran.
—Pareces un bebé —Se burló la chica mientras tomaba un sorbo de agua, las duras facciones del rubio que se intensificaron ante la mofa de la esper.
Pasaron unos minutos en total silencio, y aunque ambos evitaban la mirada era imposible ignorarse por completo.
" Cuatro..." Contó mentalmente, ese era el número de suspiros que la chica había hecho mientras su alicaída mirada observaba las saladas aguas.
«¿Por qué siento lástima?» Se preguntó.
Una ensalada de cangrejo y piña se hicieron presentes en los platos de ambos, luego de un agradecer al camarero tomaron sus respectivos cubiertos para comenzar a degustar la delicia que les habían servido.
No pasó mucho tiempo para que la curiosidad de Genos se manifestara
— ¿En verdad venciste aquel monstruo? — Fijó su mirada en su acompañante.
La contraria le miró con desgana y se aclaró la garganta para responder:
— Así fue, ¿O acaso viste otro héroe?
— Pudo haberse ido; de seguro lo sobornaste para que te dejara el crédito
Aquel comentario había afectado en sobremanera el orgullo de la psíquica, el cubierto del cyborg había sufrido las consecuencias al torcerse de una manera antinatural. Pero éste no quitaba su semblante serio y su miraba permanecía fija en los ojos verdes de la heroína.
— Yo lo vencí —reiteró con rabia y dirigiéndole una mirada de enfado—.No entiendo porqué te cuesta creerlo
— Porque eres una debilucha sin tus subordinados —espetó con indiferencia, ignorando el posible daño que pudieran acarrear sus palabras.
La esper azotó ambas manos contra la mesa, y como si fuese un concurso de miradas, ambos mantenían la vista el uno al otro, por un lado, la irritación presente en el rostro de la chica, y por el otro, la extraordinaria apatía en los restos del héroe clase S.
«¡Calmate! ¡Calmate! » Imploraba el subconsciente de la chica «Viniste aquí para relajarte ¿Recuerdas? ¡No permitas que este intruso te robe la paz!» Se aconsejó.
En cuestión de segundos, se dio por vencida, había muchas razones para hacerlo, primero, si bien, se le hizo difícil detener la monstruosidad del otro día, el hecho de que no tuviera ambas pinzas había sido un factor de alivio, segundo, en comparación con la prodigio de su hermana, ella solo era un plato de segunda, y tercero...
— Y tú eres una chatarra sin Saitama —Aseguró mientras volvía a tomar asiento y procedía a comer.
El rubio bajó su mirada por unos segundos, odiaba admitirlo pero ella tenía razón, todavía no era capaz de caminar por sí mismo, y ahora, la expresión había tomado un sentido literal.
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Imprevisto
Fiksi PenggemarLa vida presenta jugadas muy curiosas ; muchas veces, nos hace tocar fondo para forzarnos a poner los pies en la tierra y ver las cosas con claridad. Obligándonos a tomar un camino muy distinto de lo esperado. Sin embargo, a pesar de que las ci...