Capítulo 13

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   El sonido de las sirenas era ensordecedor

    Los rescatistas estaban dispersados por todo el lugar en busca de sobrevivientes entre los escombros.

   Cerca de unas enormes carpas en donde sería el alojamiento para las víctimas de aquel desastre ocasionado por un monstruo gigante se encontraba la esper, posando su vista en todos sus subordinados que, fatigados por estar medio día ayudando a evacuar a los heridos, respiraban con dificultad y unos estaban cerca de desplomarse

—Informe —De brazos cruzados y semblante neutro, como si todo a su alrededor fuese una ilusión. Así se desenvolvía la líder en medio del caos.

—La zona oeste está libre de amenazas, —notificó un grupo —,algunos permanecen allí para dar apoyo en caso de algo inesperado.

—La zona norte ha sido cubierta, en estos momentos los rescatistas están haciendo sus labores —Se atrevió a decir otro.

   Luego de que cada subgrupo diera su mensaje, la esper ordenó que se retiraran.

   Al principio se mostraron dudosos de acatar tal orden, no obstante la severa mirada de la psíquica les dio a entender que habría seria consecuencias sino obedecían.

—Solo recuerde que hace un mes salió del hospital —Un preocupado subalterno tomó la palabra —,no se sobre esfuerce por favor.

—Lo tendré en mente. Ahora ... —Hizo un gesto para que se dispersaran.

   Así lo hicieron. Era Fubuki sola contra la nube de polvo y edificios en ruinas.

   Luego de varias horas levantando enormes piezas de concreto el sol reflejaba sus últimos rayos, dando por terminado aquel catastrófico día.

   Un amargo suspiro salió de los labios de la mujer, apoyada contra una pared y no muy lejos de un grupo de damnificados, observó con lástima aquellas familias que ahora no tendrían un techo bajo su cabeza y que por culpa de un engendro de tamaño exuberante tendrían que construir todo de nuevo.

—Las cosas se han complicado demasiado... —Tomó la palabra un policía, que se recostó en la pared a unos centímetros de la heroína, con la mirada fija en el cielo oscuro.

   Su mirada nuevamente se volvió indiferente, observó a su alrededor para luego mirar de reojo al hombre de mediana edad que fumaba a su lado.

—Los seres de mayor tamaño son un problema, por fortuna ya dejó de respirar hace varias horas —Soltó aquel comentario, no tenía anhelos de una conversación larga, pero si hablar le hacía olvidar el frío de la noche, entonces no tenía opción.

—Al menos ese era débil. Solo se valía de sus proporciones para hacer el caos, pero se ha escuchado de seres que son muy poderosos, y lo peor es que son numerosos —Informó con preocupación el oficial—,los héroes están ocupados encargándose de ellos, en especial los clase S.

   Fubuki entrecerró sus ojos, mirando al suelo al tiempo que el rostro de Genos invadía su memoria.

   Había pasado casi un mes y ni rastro de aquel cyborg.

—Fubuki...

   ¡Ah! ¡Incluso podía escuchar su voz llamándola!

—¿Fubuki?

   «Esto no puede ser coincidencia» Pensó la mujer

   Alzó la mirada, el rubio estaba ahí. A unos pasos de ella.

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