Capítulo 1

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No eran fácil las cosas, estas completamente sola, no sabes ni como comenzar, con el dinero que dejo tu abuelo logras pagar un pequeño cuarto para pasar las primeras noches en lo que encuentras un trabajo. Comienzas a trabajar en un pequeño café como mesera, conoces a un hombre llamado Roberto, era el hombre perfecto, alto, ojos azules, detallista, cariñoso. Las cosas entre ustedes se vuelven cada vez más formales, se veían todos los días.
Después de tan solo tres meses deciden irse a vivir juntos. Es ahí cuando Roberto empieza a mostrar cómo es realmente, celoso, posesivo, ahora el hombre que antes no te tocaba ni con el pétalo de un rosa ahora te daba bofetadas, patadas y más golpes acompañados de insultos. Te alejo de tus amigos, no trabajas más pues en el café se daban cuenta de los golpes y eso a Roberto no le gustaba. Tratabas de dejarlo, pero siempre evitaba la cárcel dando de un poco de dinero y las golpizas que te daba eran peores, hasta que un día simplemente dejas de resistirte.
Una noche estabas en la casa tratando de terminar la comida antes de que Roberto llegara. Se te había hecho tarde y sabias que las cosas se pondrían feas si no tenías las cosas listas antes de que Roberto llegara del trabajo, era arquitecto así que para fortuna tuya pasaba casi todo el día en la oficina.
Escuchas la chapa de la puerta gira “¡oh no!” pensabas para tus adentros, era Roberto entrando, de los nervios se te cae el plato que tenías en la mano.
- Parece que alguien aun no aprende a no ser tan torpe- dice Roberto dejando sus cosas en la pequeña mesa que se encontraba junto a la puerta.
- No, no, solo fue un pequeño error, ahora limpio todo- dices mientras corres a buscar las cosas para limpiar todo.
- __tn__ ¿Dónde está la comida? Sabes que odio llegar a casa y que la comida no este servida- dice con un tono altruista, tiemblas por dentro
- Yo..yo…ya casi esta lista, solo déjame limpiar esto.
Te agachas para poder recoger los pedazos más grandes de la porcelana del plato. De la nada sientes como una mano te toma del cuello con fuerza, te pone de pie y aprieta más fuerte, sientes como te falta la respiración, poco a poco sientes como entra menos aire. De la nada te suelta, caes al suelo por la falta de aire, apenas puedes recuperarte
- Te he dicho que no me gustan las excusas, tú tienes que tener las cosas listas para cuando yo llegue- te dice mientras te toma del pelo- bueno ¿Qué se les hace a los niños que no hacen caso? Pues se les educa y a veces debe ser con golpes- te tira contra la pared.
Se quita el cinturón, comienza los golpes con mucha rudeza, no satisfecho comienza a patearte en los costados, te arrastras por la casa tratando de alejarte de él, pero es obvio que te alcanza, sabes que no lograras escaparte de él, pero aun así no dejas de luchar, hasta que tu espalda topa con una pared, no sabes que hacer, en ningún momento deja de golpearte, tus ojos comienzan a hacerse pesados. No puedes respirar bien y comienzas dejarte llevar por la sensación pensando que si murieras todo sería mejor.
Tus ojos se cierran completamente…

Nunca MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora