Nunca Mas

capitulo 37

Durante toda la noche ambos permanecieron aferrados el uno al otro, te sentías segura ahí
En la mañana cuando empiezas a despertar, te percatas que no sientes a Joaquín junto a ti, escuchas la puerta abrirse, y lo vez entrar con una charola en las manos, te traía el desayuno a la cama
- Buenos días princesa- te dibuja una sonrisa
- Buenos días- respondes con una enorme sonrisa
Deja la charola en la mesa de noche que está junto a la cama y comienza a llenarte de besos la cara, ríes porque su barba producía cosquillas, además era adorable
- Me tome la molestia de traerte el desayuno a la cama- dice con un tono juguetón, le recibes el plato que te acercaba
- Gracias- tu sonrisa era inmensa, nunca nadie había hecho eso por ti 
- __Tn__ debemos hablar- vuelve la mula al trigo pensabas para tus adentros- Quiero ayudarte y no puedo hacerlo si no me dejas, es obvio que esos moretones son porque él te golpea
- Si es verdad- de que servía seguir escondiéndolo
- Mi amor debes dejarlo
- No puedo- agachas la mirada
- Eso no es amor __Tn__ no puede obligarte a estar con él
- Es que no es tan fácil, además aquí no tengo a nadie Joaquín
- Eso no es cierto, me tienes a mí, yo te voy ayudar, pero debes dejarlo
- Escucha lo haré, pero lo haré a mi manera, debes darme tiempo, él por ahora está en un viaje, te pido que me des tiempo
- Te daré el tiempo que me pides, así también en eso termino lo del divorcio, pero __Tn__ si cuando el regrese vuelve a golpearte te juro que yo…
- No va a pasar nada- lo interrumpes y le das un beso, era tu momento de ser libre, Joaquín tenía razón antes estabas sola, no del todo por Mariana, pero no era suficiente, pero ahora lo tenías él
Se terminan el desayuno, notas a Joaquín algo callado, él no es así, por lo general está haciendo bromas y haciéndote reír
- ¿Pasa algo? – decides por fin preguntar
- Nada, solo que debo ir a casa por mis cosas
- Joaquín, ¿Estás seguro de lo que harás?
- Totalmente- te besa en la frente- Escucha hoy debes ir al Luna, les darán una pequeña coreografía, ve ensaya y tranquila yo me encargo de todo
Se despide y sale camino a su casa, mientras tú te arreglas y preparas para hacer lo que él te había indicado
Joaquín va manejando camino a su casa, habían muchas cosas en su mente, y lastimosamente una cosa de ellas era la imagen de Roberto golpeándote, no entendía como un hombre podía ser tan cobarde para hacer algo así, llega a su casa sin casi darse cuenta, ve que el pobre Sebastián está afuera, eso solo significaba una cosa, y era que Viviana estaba en casa y no estaba de buen humor
- No me digas- le dice en tono de complicidad a Sebastián- Está de mal humor- se acerca para saludarlo
- No te imaginas el humor que tiene-contesta y responde su saludo- Pobre de ti- suelta una carcajada
Joaquín camina en dirección a la puerta, pensando que lo que menos quería era seguir peleando, quería comenzar de nuevo, con lo que le habías confesado sabía que era una buena oportunidad para que los dos comenzaran de nuevo. Entra a su habitación y toma su maleta, comienza a meter su ropa
- Así que realmente lo harás-le habló Viviana desde la puerta
- Si, realmente no quiero seguir con esto más Viviana
- Aun podemos intentarlo
- No, eso ya no- sigue metiendo las cosas en su maleta
- ¿Realmente ya no me amas? – su voz sonaba quebrada
- Viviana-toma un suspiro-Debes entender que nos estamos haciendo daño, merecemos ser felices
- Pero yo soy feliz contigo- se acerca a él
- No, esto no es felicidad, es comodidad, siempre te voy apoyar y guardaré un cariño especial por ti- da un paso atrás- Pero entiende que ahora encontré a alguien con la que quiero ser feliz y tú mereces lo mismo- cierra su maleta- Debo irme- le da un último beso en la frente
Sale de la casa y por fin en mucho tiempo puede decir que se siente libre, aun debía pensar en donde dormiría, podía irse a casa de su madre, que seguramente estaría feliz de tenerlo, pero su corazón obviamente apuntaba a otro lugar y obviamente ese lugar era junto a ti, pero no quería meterte en problemas y a la vez que quería saber como era las cosas con Roberto al mismo tiempo no lo quería saber, se sentía confundido, y aunque no lo quisiera admitir en ese momento lo que necesitaba era los consejos de una sola persona y esa persona era Doña Engracia…