Capítulo 4

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Abres los ojos de golpe, te das cuenta que te habías quedado dormida en la bañera, con mucho trabajo logras salir de la bañera y ponerte la bata de baño. Escuchas que el teléfono de la casa suena.
- Hola- dices con dificultad, aun te dolía el abdomen
- __Tn__, por fin respondes! - dice una voz del otro lado, era Mariana, tu mejor amiga, la conociste mientras trabajabas en el café, ella tenía una ligera idea de lo que pasaba entre Roberto y tu pero jamás se lo confesaste por miedo.
- Mariana, por favor no grites me duele la cabeza- respondes mientras buscas el pijama que te pondrías.
- Mujer he tratado de comunicarme contigo, pero no respondes, ni tu casa, ni tu celular
- Si perdona, lo que pasa es que…- te detienes a pensar si valdrá la pena darle explicaciones sobre lo que realmente te paso, pero luego piensas que en ese momento lo que menos quieres hacer es pensar en las cosas que pasaron- tuve problemas en casa.
- ¡¿QUE TE PASO?!, Roberto te hizo algo verdad- dice rápidamente Mariana, sabes que tu amiga no es tonta y huele que algo anda mal
- No, no como crees, lo que sucedió fue que unas personas entraron a la casa a querer robar, y cuando me vieron me golpearon, así que estaba en el hospital.
- ¡¿Qué?! Porque no me avisaste, porque me vengo a enterar hasta ahora.
- Mariana ya te dije que no grites, además ya estoy bien, apenas hoy regrese a casa-  dices pidiendo al cielo que Mariana no haga más preguntas.
- __Tn__ igual tenías que avisar, ¿Ya fuiste a la policía y todo?
- Si si, ya hice todo eso así que ya no te preocupes si- dices tratando de dejar el tema por un lado y terminando de ponerte el pijama
- Está bien confiare en ti- dice mientras tu respiras porque el tema termino- realmente te llamaba porque quiero que mañana me acompañes a un lugar importante
- ¿Y ahora qué harás? - dices soltando una pequeña risa
- Quiero ir a una audición para ser una de las coristas de Pimpinela en unos conciertos que planean dar en el Luna Park, sería como mi sueño cumplido además sabes que ellos son mis favoritos.
- Jajaja como olvidarlo si me volvías loca con su música todo el día en el café, oye, pero jamás me dijiste que cantaras- dices sorprendida
- Jajaja hay muchas cosas que no sabes, pero ¿Qué dices, me acompañas? Quizás tú también debas hacerla, te he escuchado cantar y lo haces muy bien
- Ya veremos, pero para mientras cuenta conmigo para acompañarte- dices mientras recuerdas vagamente tus días en el café y la felicidad que vivías.
- Está bien, pasare por ti como al medio día, y por favor ten a mano tu celular- dice con una voz sarcástica
- No te preocupes ahora le pongo a cargar la batería, hablamos mañana, cuídate.
Cuelgas el teléfono y buscas tu celular en el taburete que esta junto a tu cama, lo conectas y te recuestas con cuidado en la cama.
Piensas en lo que dijo Mariana, recuerdas lo mucho que te gustaba cantar, y aunque jamás se lo dijiste a Mariana a ti también te gustaba Pimpinela, así que quizás si lo intentarías, pero tendrías que pensar muy bien lo que le dirías a Roberto.

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