El silencio de un amor tan grande

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Cuandote descubrí vos ya estabas al lado mío, habíamos compartido mil charlas, milrisas, momentos tristes y felices. También, silencios y miradas, miradas que alprincipio parecían calladas. Hoy sé que no fue así, ya que te dije tantas cosasque sentía por vos en tan solo una mirada, pero vos no lo notabas o quizá lonegabas. Realmente me dolía tanto el no hablarlas, el callarlas, el no poderexpresarte en palabras lo que de un momento a otro comencé a sentir por vos. Nosé ni bien cuando empezó, no sé ni cuando noté que ya no me conformaba con tansolo tu amistad, ya no me alcanzaba para calmar el fuego que sentía por dentro,la sed de tus besos. Si, en ese momento te amaba, te amaba con todas misfuerzas. Era una locura, vos eras mi amiga, mi hermana del alma, aún asíescapaba de mi razón cuando estaba cerca de vos, enloquecía de amor por vos. Meenceguecí y no podía dejar de imaginarte en mis brazos, acariciar tu cuerpo yllenarte de besos, besos que me los había guardado desde siempre para lapersona indicada, la que toda la vida esperé y deseé conocer. En ese entonceseras vos mi razón de ser. De verdad me costó mucho darme cuenta que vos no eraspara mí, solo porque vos no decidías serlo. Porque yo había dado mi otro paso,en cambio vos no lo habías hecho. Entonces fue que me dije con firmeza: aprendéa quererte más. No rogués por el cariño de nadie, no rogués por amor. Si setiene que dar se dará, sin forzar. Vos das un paso y el otro paso le toca daral otro como si fuera la más bonita casualidad.

Los Misterios de Don GatoWhere stories live. Discover now