No estaba solo, la soledad me acompañaba, me sentía tan bien que ni a la propia soledad era necesaria. Había organizado todo en mi mente, las piezas encajaban una tras otra perfectamente. Era una belleza, era una locura, mi alma estaba desquiciada. Todo este tiempo me venía diciendo a mí mismo: todo lo que existe sobre mí, solo existe en mi mente. En este momento, lo sé, mi razón es la que habla, aunque a vos te parezcan una locura mis palabras. Me di cuenta de que lo que necesitaba a cambio de algo lo tomaba. Crear, creo, y lo que creo lo doy a cambio para satisfacer alguna necesidad sin tenerme que sacrificar, ya que amo lo que hago o aprendo a amar por cierta necesidad. Toda necesidad satisfago acorde a mi capacidad. Sí, reconozco que en muchas ocasiones sentí la necesidad de cosas que no dependían de mí y en ello me equivoqué. Estuve equivocado, porque hoy pienso que lo que más necesito depende de mí y tan solo debo tomarlo o crear algo y permutarlo por lo que deseo. Con el tiempo creo necesidades, como también erradico algunas necesidades que voy creyendo superficiales. Todo voy cubriendo o alimentando a medida que pasa el tiempo. Y el tiempo para mí aún no se detuvo, ni tampoco me quita el sueño si se tuviera que detener.
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Los Misterios de Don Gato
Tâm linhAsí lleva de nombre mi segundo libro, en el cual hablo sobre una filosofía positiva y una psicología y su fuerza mental. Voy redactando en éste, cómo podemos controlar nuestros estados del alma y nuestros instintos. Para así tener control mental, ta...