Capítulo 8

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Voltron: Legendary Defender (junto a los personajes) no son de mí propiedad.

Dante Torres (original character) es de mí propiedad.

Está historia es mía para que ustedes disfruten.

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El despertar de Keith nunca fue tan doloroso, su estómago y cabeza dolían como el infierno. Un gruñido se escapó de sus labios cuando pudo oír el cantar de los pájaros y el radiante sol que golpeaba su pálido rostro, ya estaba harto de despertar siempre de la misma manera, odiaba tanto esto. Sus ojos se abrieron poco a poco, quejándose y tapando su rostro con aquellas sábanas limpias que Coran había cambiado.

Keith al recordar a Coran, no pudo evitar pensar en lo sucedido anoche, sus ojos se abrieron de par en par, pareciendo un búho, y separó de golpe su cuerpo contra el suave colchón. Observó a su alrededor, esperando que todo lo que había sucedido fuese un muy mal sueño (aún sabiendo que no era así). Al darse cuenta que aún se encontraba en la casa de Allura suspiró, para luego patalear y quejarse por lo bajo. Todo lo que había sucedido en la noche anterior...

Keith negó repetidas veces, observó que estaba sin su camisa, guió su vista a aquella cicatriz que recorría por la parte superior de su brazo izquierdo, hizo una mueca de desagrado y observó hacia otro lado mientras soltaba su frustración en un suspiró. Ayer se había sacado su camisa antes de dormir, porque tenía un poco de vómito en ella. Keith arrugó la nariz y gruñó, parecía Kosmo cuando no le daban de comer, o cuando no le daban atención o cuando—

La puerta se abrió lentamente, haciendo que Keith se envuelva con las sábanas, no le agradaba que nadie viera su cuerpo y más si su cicatriz se veía a simple vista. Pudo ver a Shiro asomarse por el umbral, el asiático parpadeó varias veces y al ver como los ojos de Keith se asomaban a verlo, no pudo evitar sonreír.

—¿Tuviste acción anoche? —preguntó el universitario al notar como su piel pálida era escondida entre las sábanas. Keith niega con la cabeza mientras fruncía el ceño—. ¿Qué? ¿Cómo que no?

El estudiante volvió a negar, le hizo un ademán para que Shiro se dé vuelta y no lo vea mientras se cambia, haciendo que el asiático rodeará los ojos y sonriera divertido. Hizo caso al pedido de su mejor amigo, hasta que por fin Keith le permitió verlo, ahora mismo estaba con su camisa roja a cuadrados, completamente arrugada y con una mancha grande (y seca) adornando toda la tela. Shiro arqueó una ceja, ¿Eso es lo que cree que es?

—Es vómito, sí —admitió Keith avergonzado—. Digamos que ayer me pasé de copas.

Shiro parpadeó varias veces hasta que su entrecejo se frunció, cruzó sus brazos y observó de pies a cabeza al menor. Keith sabía que el mayor estaba esperando una explicación de todo esto, porque primero; Keith era ilegal (vamos, tiene diecisiete años) y segundo, Shiro no desea que su mejor amigo terminé en coma alcohólico. La primera vez que Keith bebió tanto fue un infierno para el oriental, Shiro realmente no esperaba que la madre de su mejor amigo lo regañara tanto, se sentía un pésimo amigo, ¿Pero qué podía hacer Shiro en ese momento? Keith no estaba pasando un buen momento y él tampoco, pero oh— creo que eso aún no es relevante, no ahora.

Keith suspiró resignado, y le pidió a Shiro que se sentara a su lado, el japonés solo se acercó a él y se acomodó en la punta de la cama, mientras lo observaba a los ojos. Keith vaciló y continuó a explicarle la situación, o al menos hacer un intento.

—Ayer bebí mucho, sé que estuvo mal —dijo frustrado, él sabía que Shiro estaba apunto de regañarlo—. Pero sentí esa necesidad de romper esa regla, todo por...

Mi vecino, Lance // KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora