Capítulo 19

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Voltron: Legendary Defender (junto a los personajes) no son de mí propiedad.

Dante Torres (original character) es de mí propiedad.

Está historia es mía para que ustedes disfruten.

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Keith observaba a su alrededor, aquella casa rodeada de fuego lo descolocó. Cayó al suelo observando como aquella estructura ardía en llamas, Keith pudo sentir una mano en su hombro a continuación de un grito desesperado. Guió su vista hacia atrás y observó con detenimiento a aquel muchacho a su lado, era James, se le veía aterrado. Keith fue cargado por el y llevado lejos de aquel lugar, su voz no salía de sus labios, quería patalear y gritar. Debía volver a aquella casa, pero no tenía fuerzas para hacerlo. Lloró, lloró como nunca lo había hecho y cuando oyó la voz de su madre... él despertó.

—Keith, cariño...

El nombrado saltó del susto y observó el rostro de preocupación de su madre. Ella delineó su rostro mientras secaba sus lágrimas. Keith estaba llorando.

—Esta bien. Mamá está aquí.

El estudiante abrazó con fuerza a su madre, llorando desconsoladamente en sus brazos. Se sintió seguro pero deprimido, aquel día aún le seguía atormentando por las noches, Keith quería creer que estaba bien. Pero no era así.

Krolia se había dado el lujo de no ir a trabajar con la excusa de que su hijo estaba con fiebre y debía cuidar de él.

Aprovechó y se dedicó a hacer el desayuno. Por otra parte, Keith se mantuvo un buen rato en la ducha, pensando y preocupándose de que su madre lo haya visto llorar. No quería que ella cargue con sus problemas emocionales. Suspiró y se digno a salir de la ducha y a cambiarse, debía verse bien al frente de su madre.

Cuando salió del cuarto de baño, se dirigió al comedor, ya podía oler ese exquisito olor a waffles y a café. A Keith se le hacía agua a la boca.

—Buenos días cariño —saludó con dulzura a su "pequeño" hijo. Se acercó a él y beso su frente—. Hice el desayuno como a ti te gusta. Espero y lo disfrutes.

Keith sonrió, Krolia no era el tipo de persona amorosa, pero cuando se trataba de su hijo, aquella actitud fría y distante se disolvía en segundos. Ambos, madre e hijo se sentaron juntos a desayunar, ninguno de los dos querían hablar sobre lo sucedido en la madrugada, tampoco es como si Keith quisiera hablar sobre ello.

Cuando Krolia se armó de valor, se levantó de la silla para hablar sobre el tema con su hijo. Pronto se acercaría aquellas fechas y sabía que su hijo estaría más emocional que de costumbre. Keith llevó los utensilios sucios para lavar, su madre lo siguió con lentitud, observando con detalle cada acción de su hijo.

—Cariño... —lo llamó. Keith suspiró agobiado y observó a su madre a los ojos, sabía lo que iba a decir—. Creo que es hora de volver a terapia...

Keith frunció el ceño y volvió a suspirar, no quería volver a caer con la misma piedra, pero parecía inevitable.

—Veo que no puedo negarme... —respondió.

Sonrió con pena. Su madre le devolvió el gesto, ambos se preocupaban el uno por el otro. Porque de eso se trataba de ser una familia, cuidarnos unos a otros.

El día pasó con lentitud, Lance respiró hondo, estaba sentado en el balcón junto a Botitas en sus muslos. Se sentía menos estresado desde que empezó terapia, el primer día que tuvo sesión con su psicóloga fue realmente estresante, estaba tan ansioso que no podía comer ni tomar nada, sentía que se iba a desmayar, pero por suerte tuvo el apoyo de sus amigos, que lo esperaron pacientemente a que terminara su primera sesión. Se sintió bien al poder contarle sus problemas a alguien más sin sentir que lo estaban juzgando.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2020 ⏰

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Mi vecino, Lance // KlanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora