Una vez tuve la sensación de haberte dañado por mi recuerdo. Por eso creo que mi sombra se quedó pegada a la tuya, para ser tu ángel de la guarda, del que carecías, porque incluso te confundieron con uno y ya sabes que un ángel no necesita de otro para protegerse.
Y es que tenían razón, como algo tan bonito no puede ser llamado celestial.
Qué más decirte que ya no sepas. Esta noche, como la mayoría, les he notado tu ausencia a mis huesos, tus 'tengo ganas de verte' le han ganado la guerra a mis lágrimas y me he vuelto a morder los labios hasta hacerme sangrar, con la intención de que vinieras y me besases, de que fueras tú la que me mordieses los labios.
Se me hacen cortas las líneas para escribirte, para que me leas, porque eres indescriptible y ninguna palabra podría explicar lo que me has hecho vivir estos días a tu lado y sin ti.