He creído en el amor, por unas razones u otras siempre tuve ese presentimiento de que habría alguien que estuviera hecho para mí, para dejarme que le arrancase sonrisas de los labios, y entonces llegaste tú, y me lo confirmaste.
En verdad creo que si leyeses lo que te escribo no te imaginarías que te lo estoy dedicando a ti.
Para mí, hemos sido algo que nadie más podría ser, algo que quizás para mucha gente no signifique nada, pero que el destino unió con un lazo anudado de mil formas para que no se desatase.
Y eres tú, lo sé porque desde el primer día que te vi, te ofrecí guardar tu recuerdo sin que me lo pidieses, en mi memoria.
Tú fuiste la que me enseñaste tu sonrisa y no tardó ni dos segundos en salir la mía.
Y los detalles que formaron nuestros momentos, los he guardado, unos en mi habitación, otros bien escondidos en el fondo de mi corazón, por si acaso, que sé que a la distancia se le puede ocurrir hacerte olvidarlos, por mucho que te empeñes en decirme que es imposible.
Puede que sea yo la que piense que vas a olvidarme, aunque dime, quién no lo haría sabiendo que quedan meses, quizá años hasta que vuelva a verte y a tener de fondo la playa, el lugar donde me conociste.
No te imaginas las ganas que tengo de sentirte mientras te sujeto con mis brazos, por miedo a que te vuelvas a escapar de ellos como nuestra última noche.
