Prométeme que iremos a Roma, a ver montones de obras de arte, que ya sabes que me encanta observarlas y observarte a ti cuando te quedas embobada delante de algún cuadro, que busca la perfección que sólo existe en tus labios cuando me dejas besarte.
Prométeme que me dejarás llevarte a París, y que cada noche antes de dormir te susurre al oído una historia acerca de la Torre Eiffel, y siempre acabe contándote nuestra historia y que me sonrías a las tantas de la noche y en un minuto se me haga de día.
Yo te prometo que cuando no puedas dormir te leeré unas páginas de mis libros de poesía, hasta que te quedes dormida.