49.

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Capítulo 49.

Dos semanas después.

Mamá una vez me dijo que siempre las cosas suceden por un motivo, que todo va hacia alguna parte y que nada ocurre porque sí.
Ella siempre tuvo y tendrá la razón. Hay cosas en la vida que no tienen explicación. Pero algunos somos demasiado lentos como para comprenderlo rápidamente. Pero cuando llega el momento en que ocurre, lo aceptamos y seguimos avanzando.

-¿Y tú madre no te dijo nada? —Le pregunta Antonia a Harry mientras disfrutamos del soleado día en el jardín de mi casa.

-Sí lo hizo, quería matarme —Le responde —actuó como el FBI, incluso me olfateó.

Nos reímos a carcajadas.

-Solo a ti se te ocurre llegar ebrio —Me burlo.

-Debia aprovechar que Ed decidió no beber para conducir, normalmente siempre conduzco pero ahora podía tomarme una noche libre —Nos dice.

-Tienes razón, pero no justifica llegar como un verdadero estropajo —Dice Antonia, haciéndonos reír.

-Debemos volver a salir, lo pasé muy bien —Nos pide Harry.

-Llevamos dos semanas saliendo los fin de semana, mi madre ya está preocupándose por mí y nuestras salidas —La rubia me observa con una sonrisa —Pero sí, volvería a salir con ustedes, así mi hermosa Rylie no pasa tanto tiempo en casa.

-Ya no paso tanto tiempo en casa —Me defiendo —Gracias a ustedes. Los quiero.

-Ay —Harry viene hacia mi y me da un abrazo —¿Quieren ir por unos helados?

-¡Sí, me encantaría! —Aplaude An.

-A mí también, y que sea de chocolate —Le pido y Harry asiente antes de besarme la mejilla.

Para Antonia, Harry todavía gusta de mí, pero yo sé que esa etapa de nuestras vidas quedó atrás. Sí, tenemos una historia en común, una donde existieron besos y demases, pero tanto él como yo lo hemos superado.
Es por eso que, mientras caminamos por el parque al cuál vinimos hace tantos meses atrás, es imposible mirarnos y sonreír. Porque él lo recuerda y yo también, pero ahora lo tomamos con más liviandad. Él está enfocado en sus propios proyectos y me hace feliz tenerlo como un amigo.

Estas semanas han sido difíciles para mí, no me haré la fuerte al decir que he superado a Niall y que ya no siento nada por él.
Sé que la vida continúa y no se detiene por nadie, pero he tenido mis días tristes, donde solo deseo quedarme en mi habitación y escuchar música que me hace pensar en nosotros. Lloro y lo echo de menos, pero sé que si él no me buscó es porque decidió que nuestra historia había llegado a su fin.

Comprendí que él estaba alejándose de mí. Y la confirmación llegó cuando mi hermano me confesó que durante todo este tiempo se ha mantenido en contacto con él. Y si bien no me confesó que Niall había leído mis mensajes, yo ya sabía que lo había hecho.
No me sentí sorprendida, porque esto yo también lo sabía, mi intuición me decía que ellos hablaban y como creí, no estaba alejada de la realidad.
Me rompí, por supuesto. Fue como un balde de agua fría, lloré por días, fue como vivir un luto.

Pero gracias a mis amigos, logré que los días grises quedaran atrás, no completamente, pero con el transcurso del tiempo, me he ido sintiendo mejor y viendo un pequeño rayito de sol en el cielo.

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Sábado por la noche.

-¿Liam no está verdad? —Pregunta An, sentándose en el sofá.

-No. Él fue con Louis y Zayn a una fiesta o algo así.

-Que bueno, ya no me cae tan bien tu hermano.

-A mí tampoco —Me río.

-Uhmm ¿Aún están enemistados?

-Ya no, pero hablamos solo lo necesario.

Ella asiente.

-¿Y... De Niall? —Pregunta —¿Sabes algo de él?

-No. Y es mejor así —Le sonrío a duras penas.

-Tienes razón, vale, veamos alguna película ¿Qué quieres ver?

-Lo que tú quieras.

-Buscaré alguna serie nueva en Netflix.

-Claro. Por mientras iré a preparar las palomitas de maíz.

-¡Que rico!

-¡Deseame suerte porque no tengo idea como se preparan!

Ella se ríe y desde el salón me grita —¡Suerte!

Busco en YouTube algún tutorial para tener una idea. Muchas veces vi a mi madre hacer esto y parecía fácil.
Cuando estoy en pleno enfrentamiento con la cocina, algo sale mal, ya que la mitad de las palomitas salen disparadas de la olla, provocando que el piso y mi cabello se llenen de ellas.
Me embarga un ataque de risa que no puedo parar de manera inmediata. Antonia al escucharme, corre a mi encuentro y se topa con la escena. Se ríe a carcajadas junto conmigo.
Intento sacar las palomitas que están en mi cabello, pero ellas se resisten, se adhieren a mí.

-Al menos están ricas —Me alaga ella metiéndose una en la boca. Una que saco de mi cabello.

-¡No seas asquerosa! —Nos reímos.

-¡Pero si están exquisitas, debes probarlas y decirme si... —Ella se detiene al escuchar el timbre —¿Invitaste a Harry?

-No. iré a ver —Ambas caminamos hacia en salón, aún riéndonos y yo aún quitándome las palomitas del cabello.

El timbre vuelve a sonar.

-¡Ya voy, no es necesario llamar otra vez! —Grito y abro la puerta —¿Quién es tan insistente que... —Me detengo en seco, sintiendo como el corazón acelera su ritmo bajo mi pecho —No puede esperar...?

Antonia se detiene a mi lado y mi rostro debe ser un reflejo del suyo.

-¿Qué demonios haces tú aquí? —Le recrimina ella las palabras que yo no puedo formular.

No puedo creer que él esté aquí. Debo estar soñando. Él no dirije en ningún momento sus ojos hacia mi amiga, está mirándome a mí, casi traspasadome el alma con sus intensos ojos azules.

-Sé que es tarde, en todos los sentidos, pero necesitaba verte.—dice él.

Escuchar su voz es cómo sentir un golpe de corriente, fuerte y directo en todo mi ser. Me cala hasta los huesos y me amenaza con una lluvia de lágrimas y un montón de días grises. No sé qué hacer.

𝐔𝐍 𝐂𝐇𝐈𝐂𝐎 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐈𝐂𝐀𝐃𝐎 - 𝐍𝐇 𝐁𝐘 𝐍𝐀𝐓𝐇 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora