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El Forest Hill estaba amaneciendo con todo su esplendor tras la gran tormenta que había llegado a la ciudad. Las nubes se fueron despejando y el bosque se fue mostrando cubierto de nieve, el cual hacía que estuviera todo inundado de color blanco. Comenzaron a salir pequeños rayos de sol de entre las nubes y ya podía escucharse los primeros pájaros por el cielo que se alzaban volando con su canto mañanero. El inspector Campbell llegó a la zona donde se encontraba la brigada de homicidios. Cruzó la zona acordonada y vio el cuerpo de la víctima frente a él, colgado de un árbol. La policía científica ya estaba recogiendo muestras en la escena del crimen y tomando fotografías. 

― ¿Y bien? ¿Qué tenemos? ― dijo el inspector. 

― Ashley Baker, 20 años. La han encontrado ahorcada en el árbol con la cabeza tapada con un saco. 

― ¿Un saco? 

― Así es. Tenemos la llamada de emergencias que hizo la joven afirmando que corría peligro, decía que alguien la perseguía. Su bolso ha aparecido a varios metros de aquí. Llevaba la cartera con dinero, las llaves... excepto el móvil. No hay ni rastro de él. 

El inspector se acercó al cuerpo que aún seguía colgando del árbol con las manos atadas por detrás. La habían quitado el saco de la cabeza y Campbell pudo ver cómo sus ojos llenos de sangre miraban a la nada y, su rostro, estaba completamente demacrado y pálido. Junto al cuerpo, estaba el médico forense que, tras saludar al inspector, añadió: 

― Parece que se trata de una muerte por ahorcamiento, pero enseguida lo comprobaremos. 

En ese instante hizo una seña con la mano y dispusieron a bajar el cadáver. Lo colocaron minuciosamente en el suelo y el médico forense se puso de cuclillas para observar detenidamente. 

― Qué curioso. ― volvió a decir. 

― ¿El qué? 

― A esta persona la colgaron del árbol ya muerta. 

― ¿Cómo? ― dijo Campbell sorprendido. 

― Lo que oye. El asesino se tomó muchas molestias para colocarlo de esta manera una vez asesinada. Si se fija en el cuello, presenta hemorragias petequiales, por lo que tiene que tratarse sin duda de una muerte por asfixia. Hasta ahí todo correcto. Sin embargo, si observa bien, tiene marcas digitadas en la zona. Es decir, a la víctima la estrangularon con sus propias manos. ¿Ve la posición de las marcas? Significa que la mataron de frente, no por detrás inesperadamente. Incluso puedo decir que, según las excoriaciones en el lado izquierdo, es diestro. 

― Vaya... Es probable que Ashley supiera en todo momento quién era el agresor. ― Se dirigió a Wilson entonces y dijo: ― ¿Se sabe si han encontrado algún indicio por la zona relacionado con la joven? ― quiso saber. 

― Negativo, jefe. La policía científica sigue buscando muestras, pero de momento no han encontrado nada. 

En ese momento, el médico forense les llamó y, según volvieron la mirada, vieron cómo salían gusanos de la boca de la joven, mientras éste sujetaba la barbilla con sus guantes blancos. 

― Dios santo... ― comentó Andrew. ― Le han llenado la boca de tierra y gusanos. 

― Desde luego que quien la matara, debía de odiarla mucho para hacerla algo así. ― opinó Campbell. ― ¿Sabrías decirme hora aproximada de la muerte? 

― Bueno, según su aspecto cianótico y el buen estado del cuerpo, diría que sobre las 2 de la mañana. 

― Vale, perfecto. Muchas gracias Andrew. Mantenme informado tras la autopsia. ― dicho esto, se alejaron de la escena del crimen y subieron la cuesta dirección a la carretera, cuando entonces Wilson le preguntó: 

El asesinato de Ashley BakerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora