PC-1 caminó a su lugar en el medio de la sala y se sentó como le habían indicado. Nos encontrábamos en una habitación de unos 25 metros de diámetro. Detrás de él estaban dos mesas, cada una con dos sillas. En una nos sentábamos mi cliente, George Cloud, y yo, y en la otra estaban los abogados del ejército, encabezados por el general Ruppert Milton, un abogado experimentado y un militar que gozaba de más de una condecoración.
En el otro extremo del lugar, enfrente de la silla, se hallaba un estrado de unos tres metros de alto desde el que se asomaba la cabeza de la jueza.
—La corte entra en sesión —dijo la jueza Melissa Hart a la vez que golpeaba con su mazo el bloque de madera frente a ella—. La corte da la oportunidad a PC-1 para que dé su testimonio sobre el caso H2-08312679-1: la Corte Suprema de Arfaz contra George Cloud, a quien se le acusa del homicidio en segundo grado de Ryan Tully.
Ruppert Milton se levantó de su silla y se colocó enfrente de PC-1 antes de hablar.
—¿El testigo entiende la importancia de su testimonio y las consecuencias que acarrean cometer perjurio en su posición?
—Sí —respondió el ser. Su cuerpo era idéntico al de un humano, pero yo ya sabía que debajo de él no había otra cosa que tuercas, engranajes y cables. No existía otro PC-1 en el mundo, y la locura que lo había traído a nosotros también tenía propiedades que no alcanzaba a entender.
—"Sí, señor" —corrigió Milton—. No olvide que soy un general. El hecho de que usted sea un robot no excusa los malos modales. Este es un recinto donde la autoridad tiene cualidades que no se deben ignorar. Le agradecería que ajuste su discurso.
—Sugerencia anotada —dijo PC-1 sin cambiar su tono, por lo que su respuesta se encontró con una mirada exasperada.
—Después de mucha discusión, la corte está considerando aceptar su testimonio como único testigo de los eventos acontecidos el 31 de agosto de este año —dijo el abogado sin mostrar ningún gesto que pudiera confundirse con amabilidad—. Como probablemente sabe, no existen reglas para tratar con esta situación. No se tiene conocimiento sobre la inteligencia que lo empodera, y, dependiendo de la calidad de lo que diga hoy, se determinará el valor de su perspectiva. Por eso le pregunto de nuevo, ¿entiende la importancia de su testimonio y las consecuencias que acarrean cometer perjurio en su posición?
—Sí, señor.
—Muy bien, entonces, ¿podría empezar por relatarnos qué fue lo que sucedió en la casa del doctor George Cloud, aproximadamente a las 11 de la noche?
—Sucedieron muchas cosas esa noche, por lo que no sé por dónde empezar. —no me sorprendió la contestación. Desde el punto de vista de PC-1, la generalidad de la pregunta era evidente. Si la calidad de su respuesta tenía relevancia, entonces la precisión debía ser su prioridad—. ¿Se define la "casa del doctor George Cloud" como el espacio en el que se ha construido, o las inmediaciones del terreno? ¿Qué rango debo considerar para establecer los sucesos del 31 de agosto?
La jueza lo miró con un gesto que provocaba arrugas en su frente, a la vez que el abogado tensaba los bordes de sus labios. Seguramente, esa reacción generaba confusión en PC-1. Si estuviera hablando con otra máquina, sus palabras no darían lugar a una interpretación fuera de contexto. Sin embargo, estaba discutiendo con un humano; una abogado que, además, no tenía ninguna intención de dejar que mi cliente saliera de esta ileso.
—No se burle de nosotros, PC-1. Si su programación es como los rumores dicen, entonces deje de aparentar que no entiende lo que digo. ¿Acaso se le imposibilita culpar al que lo creó?
—Entonces, ¿esa es la labor que requieren de mí? —preguntó—. Había supuesto que mi trabajo sería revelar la verdad de lo acontecido, en cuyo caso me temo que no hay factores que inculpen a mi padre.
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Relatos de una mente extraña
AcakRelatos cortos para aquellos con poco tiempo y ganas de leer algo entretenido. ¡Espero que les gusten! 😊