El asesinato del señor Ludwig

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El sonido de dos disparos en el piso inferior de la mansión, hizo que el anciano señor Ludwig diera un violento respingo en su silla. El hombre estaba en su estudio, un lugar lujosamente decorado con los mejores muebles de cuero, las más ostentosas estanterías, los acabados más refinados y el escritorio, situado casi al final de la sala, más elegante e imponente jamás visto.

Ludwig se levantó con dificultad, pero con premura al escuchar gritos que provenían de afuera de la casa. Se asomó por la ventana que estaba atrás de su silla y vio que toda la servidumbre salía despavorida de la mansión. Apoyándose en su bastón, caminó con dificultad al teléfono, pero antes de tomarlo se detuvo.

Era más que obvio que alguien había venido a acabar con su vida de una vez por todas, pero... ¿realmente valía la pena tratar de detenerlo?

Ludwig sonrió para sus adentros. Lo cierto es que era un hombre de ochenta y siete años, con dolores de espalda crónicos y una rodilla operada que apenas le dejaba pararse de la cama e ir a su estudio. Él sentía que había vivido una vida larga y a su antojo, y ahora estaba harto de ella.

—Ah, Ludwig —se dijo a sí mismo mientras se servía un vaso del whisky que estaba sobre el escritorio—. Supongo que esto es un adiós... aunque me pregunto quién será la persona que por fin me mandará al infierno. —agregó con una sonrisa amplia y lúgubre.

» Podría ser mi inútil hijo Robert y esa cazafortunas que tiene por esposa. De un tiempo para acá los he visto cuchichear y soltarme miradas odiosas. Es obvio que están esperando a que muera para quedarse con todo... ¿a lo mejor la paciencia se les agotó?

» Nah, quizás es el idiota de Cahill. Escuché que hace poco salió de prisión. Le di ese negocio tan bueno y el imbécil dejó que lo capturaran. Recuerdo su incrédula mirada veinteañera cuando se lo llevaban, como si no pudiera creer que me hubiera cubierto las espaldas para que toda la culpa recayera en él. Treinta años han pasado... pero seguro él no se ha olvidado —soltó una risa descarada y levantó el vaso mientras seguía adivinando.

» Bueno, podría ser el pordiosero novio de mi hija. Seguro sabe que es cuestión de días para que la haga abortar ese engendro que concibieron juntos. ¡Como si fuera a dejar que alguien así se una a la familia!

Se escucharon pasos apresurados por la escalera y Ludwig tomó su trago de un golpe. Se recostó de la silla al momento que se abría la puerta y la silueta de su asesino aparecía frente a él.

Ludwig sonrió y sus dientes amarillos saludaron al sujeto.

—Antes que acabemos con nuestro asunto pendiente, solo quiero decirte que... te ves patético.

Apenas terminó de hablar, una risa maniática y cínica salió de la boca del anciano; solo callada por el eco rotundo y seco del disparo de una pistola.

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¿Quién habrá sido el asesino? De hecho, es posible descubrirlo si identificas los símbolos 😏.

Esta vez el reto fue relatar una muerte dentro del género suspenso/misterio en 500 palabras o menos (ya sé, se pasaron 😂). ¡Espero que les haya gustado!

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