P r ó l o g o

5.6K 497 117
                                    


Acompañar a Lisa a la fiesta de uno de sus compañeros de trabajo, no me pareció una idea tan mala, hasta llegar al lugar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Acompañar a Lisa a la fiesta de uno de sus compañeros de trabajo, no me pareció una idea tan mala, hasta llegar al lugar.

Al parecer el término <tranquilo> es algo muy diferente para ella, de lo que es para mí. Me convenció diciendo que era algo de esa índole, pero resulta que no, que ya están todos borrachos y haciendo locuras cual adolescentes.

Lisa nota que la fulmino con la mirada, que estoy pensando todos los insultos que nunca digo en voz alta, y ella me sonríe simpática, angelical, para luego abrazarme.

—Si te decía que era una fiesta de este tipo, sabía que no vendrías, y no quería venir sola —me dice al oído.

—Podría dejarte aquí mismo, ahora.

Me sonríe. Ambas sabemos que eso no va a pasar, que no soy capaz de dejarla sola en ninguna circunstancia, y mucho menos en un lugar como este.

Pero pese a eso, estoy muy molesta por su engaño. Podría estar en casa, tranquila, bebiendo un té verde, en pijama, leyendo el libro de filosofía que tanto me está interesando. Pero no, estoy aquí, rodeada de desconocidos, con una fea música de fondo, ¿esto se escucha hoy en día? ¡Madre mía!

—¿Quieres algo para beber? —me pregunta Lisa por encima de la música.

—No.

Mi mejor amiga suspira, y coloca sus brazos cómo jarras.

—No estés enojada conmigo.

—Me has engañado —me cruzo de brazos—. Por supuesto que estoy enojada contigo.

—Pero me sigues queriendo.

—El cariño no cuenta en el enojo.

—Claro que sí, porque si no contara, ya te hubieras ido.

—Sí... estoy a tiempo, ¿sabes?

Lisa me vuelve a sonreír como lo hizo anteriormente.

—¿Una cerveza para relajarnos? —me pregunta.

Suspiro. ¿Qué más da? Ya estoy aquí.

Asiento a su pregunta, y tras su festejo, se dirige hacia la cocina, topándose con algunos de sus compañeros de trabajo en el camino.

Lisa es mi mejor amiga desde siempre, literalmente desde bebés.

Nuestras madres fueron, y son, mejores amigas desde el instituto. Es por eso que nos conocemos desde toda la vida, y tenemos tanta buena química pese a nuestras grandes diferencias.

Mientras que Lisa prefiere las fiestas, claramente yo prefiero estar en pijama. Y esto es algo que nos acompaña desde los quince años, cuando a ella le picó el bichito de las fiestas. Incluso llegué a escaparme y mentir para acompañarla, por suerte nada malo nunca nos pasó, y mi madre nunca se enteró de mis engaños.

Como estrella fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora