슈짐 Gay Movie → [ ̶a̶̶d̶̶a̶̶p̶̶t̶̶a̶̶c̶̶i̶̶ó̶̶n̶ ]

Capitulo 38

Miraba fijamente la pared de la sala, solo faltaban unos minutos para poder ir hasta la clínica a buscar los resultados del examen de ADN. Sentía como las cosas de la cocina de caían una y otra vez, Jimin estaba intentando de lavar los platos ocupados en el desayuno, pero al igual que a mí, se le hacía imposible dejar de pensar en aquellas pruebas.

-No puedo hacerlo- Jimin se sentó a mi lado-, me tiemblan las manos, ¿es normal?- hizo una mueca bastante triste 

-Lo es, de hecho, yo tampoco puedo estar tranquilo- solté un suspiro 

-¿Ya le has dado de comer a Holly?- desvió la mirada hasta mi perro, quien dormía a lado de mi.

-Creo que sí, la verdad, no lo recuerdo- fruncí un poco el ceño-, le daré algo cuando volvamos de aquella clínica 

-Bueno, creo que, ¿debemos irnos?- mordí muy fuerte mi labio inferior, lo miré unos segundos, sus ojos estaban rojos, él había estado llorando hace muy poco, no pude evitar sentir un nudo en mi garganta, tampoco pude evitar acariciar su mejilla para borrar cualquier rastro de lágrimas que habían sobre ella

-No quiero ir- susurré, Jimin cerró sus ojos un momento, pero se negó rotundamente a mi decisión 

-Vamos a ir, juntos, y enfrentar esto de una vez, ¿bien?- sentí mis ojos cristalizarse, pero él tenía razón, debíamos ir de una vez a esa clínica 

-Sí, pero, por favor, quiero que los leamos acá- Jimin asintió de inmediato 

-Claro, esperaremos a llegar a casa- cuando alejé mi mano de su rostro, él se acercó para poder abrazarme y tenerme entre sus brazos por unos segundos 

-Nuestra casa- murmuré, Jimin me miró algo sorprendido, pero entre tanta tristeza pudo sonreír aunque sea un momento 

-Si es así como tú lo deseas, será nuestra-dejó un sonoro beso sobre mi frente-, es hora de irnos, amor- se levantó del sofá, pero se lo impedí-, ¿qué pasa?- preguntó 

-Um, y-yo, yo quería, pedirte perdón- La expresión de Jimin cayó sin lograr entender lo que acabo de decir 

-¿Perdón?, ¿por qué me pides perdón?-sentía mis mejillas empapadas de lágrimas

-Por todo, por toda la mierda que te he tirado, por no reconocerte, por...- No pude continuar, sentí sus labios sobre los míos, sus manos sobre mis mejillas, obligándome a callar de una vez 

-No me pidas perdón, tú no sabías nada de esto, ahora, por favor, vamos a buscar esos resultados, no aguanto esta intriga- volvió a besarme. Hoy sentía que sus besos eran distintos, eran besos que me gustaría tenerlos siempre conmigo, lentos y dulces.

-Está bien, es hora de irnos- él tomó mi mano, para luego comenzar a caminar hasta la puerta principal.

Cuando llegamos a la clínica, sin importarnos los fotógrafos que nos habían seguido, caminamos hasta su interior, aún con nuestras manos entrelazadas, podría ser la última vez que las tengamos de esta manera. La recepcionista no demoró más de cinco minutos en entregarnos los sobres, digo los sobres, porque eran dos, lo que me ha llamado la atención. En el viaje de regreso al departamento, mirada aquellos sobres que estaban en mis muslos, tratando de mantener la calma.