La casa de Se Hun era un sueño, espaciosa, con grandes jardines, guardias en la entrada, empleadas para encargarse de todo que fue algo que él jamás imaginó que tendría, y mucho menos desde que se casó con Min Ho, o cuando los problemas económicos empezaron años atrás, creyendo que viviría hasta que se muriese en el mismo apartamento.
Sintió un par de brazos abrazarse a su cintura, y el roce de piel contra su espalda desnuda, haciéndolo suspirar y apartar la mirada un segundo de la ventana, ladeando su cabeza cuando recibió un beso en su mejilla mientras respiraba profundo.
—Pronto Ha Seul estará con nosotros —le fue susurrado.
Una vez más suspiró y apartó la mirada para volver a ver el jardín, seguro de que a su hija iba a encantarle ese lugar, correr por todos e incluso tener una niñera que pudiera cuidar de ella todo el tiempo mientras él no estuviera en casa.
—Olvídate de Ha Seul —dijo girándose entre los brazos de Se Hun, viendo su confusión —no es necesario que ella esté aquí.
La sorpresa en el rostro de Se Hun fue evidente y Taemin se acercó a sus labios de inmediato, intentando que dejara de pensar en sus propias palabras, porque no quería explicar la razón de éstas, que él estaba considerando que Ha Seul iba a estar mejor con Min Ho que ahí, por mucho que ahora pudiera darle muchas más cosas materiales.
—Taemin, ¿estás...?
—Estoy completamente seguro de lo que digo, es mejor que Ha Seul no esté aquí, ella... no creo que es momento para que se incluya en esto, en nuestro nuevo comienzo.
Taemin no le dijo acerca de qué él había estado pensando en que el mejor lugar para Ha Seul era con Min Ho, quien a pesar de no ser su padre biológico la había querido como tal todos esos años, y en realidad, no creía que alguien necesitara saber eso, ni siquiera Se Hun, por mucho que hubieran iniciado una relación juntos.
Él sabía cómo distraer a Se Hun para que no hiciera preguntas, y por eso sus manos no dudaron ni un segundo en comenzar a acariciar su piel y dejar besos sobre su pecho, escuchándolo suspirar mientras se dejó caer de rodillas frente a él, acariciando su falo sobre la ropa interior, y se acercó pasando su lengua por éste, escuchando como su amante soltaba un gruñido.
El sexo con Se Hun no era lo que él consideraría romántico y eso ni siquiera le molestaba, porque era consciente que ellos iniciaron todo eso como una atracción física, y de lo que no iba a quejarse, porque Taemin no se vio a sí mismo abandonando a su familia por una aventura pero ahí estaba.
—Te amo —escuchó que le fue susurrado.
No respondió, sólo sonrió y depositó un beso en los labios de Se Hun mientras sentía cómo éste lo tomaba entre sus brazos, empujándolo un poco hacia la ventana, en donde quedó su cuerpo apresado, sintiendo comenzar a prepararlo, pareciendo tan ansioso por entrar en él.
En ese momento no estaba Min Ho en su mente, ni Ha Seul, sólo era él y Se Hun envueltos en la lujuria, en una pasión que les había hecho olvidarse de lo que estaba bien y mal.
***
Sentir los labios de Se Hun sobre su mejilla o que lo besara sin ocultarse de nadie, en un principio le pareció tan extraño, pero parecía que Oh deseaba dejar claro que ahora ellos estaban juntos, y Taemin no se quejaba por eso, ni de las personas hablando a su alrededor, juzgándolo por haber iniciado una relación con su jefe a pesar de tener un esposo.
Taemin no se lo había dicho a Se Hun, pero había escuchado a más de uno hablando mal de él a sus espaldas, y aquello fue algo que su jefe dijo que no iba a permitir, y ciertamente ni siquiera se sentía afectado por eso, mientras no interfiriera en su trabajo no estaba prestando atención a su alrededor, ni lo que se hablara de él.
—Todavía no puedo creer que haya dejado a su esposo y a su hija para estar con el señor Oh.
—Escuché que el esposo no sabe, por eso él...
—Sería un secreto a voces, siempre la pareja es la última en enterarse.
—Deberían callarse, lo que haga el señor Lee no es de su incumbencia.
—Mr. Perfecto no tan perfecto es un asco de persona, si yo tuviera una hija con mi esposo no lo abandonaría por mi jefe... menos teniendo un esposo tan guapo...
—Si a su esposo no le molestan las mujeres yo quisiera consolarlo.
Sabía que en aquella oficina lo consideraban la peor persona que pudiera existir por haber dejado a su esposo e hija para iniciar una relación con Oh Se Hun, pero realmente lo que le molestó fue escuchar las risas y a aquellas mujeres decir que si tuvieran la oportunidad irían por Min Ho, y ni siquiera le hizo sonreír oír a Ha Ra intentando que sus compañeras se callaran porque podían ser descubiertas.
—Lamento romper sueños —habló interrumpiendo a las cuatro mujeres que hablaban entre ellas —pero a Min Ho no le gustan las mujeres, y mucho menos cotillas.
»Deberían de volver a sus trabajos en lugar de intentar darme una clase valores morales.
Hubiera querido poder disfrutar del miedo que vio dibujado en el rostro de las mujeres por ser descubiertas, y en ese momento se sentía con deseos de acusarlas con Se Hun y que de esa manera terminaran despedidas, pero contuvo cualquier rastro de enojo, intentando no mostrar cómo sus palabras podían llegarle a afectar también.
—Ha Ra —habló a su asistente —en diez minutos necesito en mi oficina los papeles que te pedí.
Después de que se giró escuchó más murmullos que quiso ignorar volviendo a su oficina, en donde se sentó detrás de su escritorio y suspiró cuando sus ojos cayeron sobre la fotografía que había en éste, viendo a su hija sonreír tan alegremente mientras se abrazaba a su cuello, recordándole que esa fotografía fue tomada por Min Ho mientras los tres estuvieron en el parque.
El recuerdo de como se fue de la casa no le dejaba en paz, no sólo por haber dejado a Ha Seul, sino por el hecho de haberle recordado a Min Ho que ella no era su hija cuando se habían prometido años atrás que ese jamás sería un argumento que utilizarían durante alguna pelea porque no sólo se trataba de su esposo dándole su apellido a la niña, sino que él era un verdadero padre para ella.
Sí, Taemin sabía que se equivocó, dijo aquello en un momento de desesperación porque incluso se imaginó a Min Ho negándole que se fuera, pero éste le había dejado la vía libre, el único impedimento era el querer llevarse a su hija, y tal vez su esposo tenía razón, Ha Seul no debía de pasar por el proceso de adaptarse a Se Hun cuando ella ya tenía dos papás.
Cada vez que pensaba en Ha Seul era el recuerdo perfecto de que se había equivocado, y no porque su vida con Se Hun estuviera siendo mala, sino por le hecho de haberla dejado a ella, de arruinar su matrimonio, pero si Oh no hubiera empezado a desear más de él, todo habría seguido bien, mientras Min Ho no se hubiera enterado, no creía que debía de preocuparse algo de qué preocuparse.
Tomó la fotografía que estaba sobre su escritorio para guardarla, no necesitaba a algo más recordándole sus acciones cada día cuando parecía que los otros empleados de esa empresa podían hacerlo perfectamente, sin embargo sus acciones se detuvieron al abrir el primer cajón del escritorio, viendo aquella barrita plástica blanca que había guardado antes bajo llave, ya que no deseaba que alguien lo viera.
Sus dedos casi temblaron cuando acercó su mano, tomándolo con algo de temor y ni siquiera podía decir que estaba realmente sorprendido cuando vio dos rayitas violetas en la prueba de embarazo que se hizo antes, y de quién nadie más que él sabía.
El sonido de la puerta al ser golpeada le hizo sobresaltarse, guardó todo en el mismo cajón mientras daba el permiso de entrar y colocaba llave otra vez a ese cajón.
Vio a Ha Ra que parecía asustada mientras entró, y realmente en ese momento no le estaba importando a Taemin nada de ella, ni de esa empresa cuando la escuchó explicarle acerca de los papeles que acababa de dejar sobre el escritorio, porque todos sus pensamientos estaban yendo sólo en una dirección.
No puedo estar embarazado, no... no es el momento.
Pero era un hecho que no podría cambiar, porque estar embarazado fue algo que no había planeado, eso se había salido de sus manos y no sabía cómo asumirlo.
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Equivocado
FanfictionLos matrimonios perfectos no existían, siempre había una discusión, algo en lo que no estarían de acuerdo, entonces, ¿por qué su matrimonio parecía perfecto?, ¿por qué a pesar de sentirlo así él seguía equivocándose?, porque su esposo no merecía lo...