Capítulo 12.

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Hola.

Min Ho había notado el cambio en su hija desde que Taemin había regresado días atrás. Ha Seul parecía alegre a su alrededor y realmente él no se sentía con el corazón para quitarle esa felicidad, o tal vez era sobre lo que se excusaba cuando ni siquiera él sabía qué quería, porque sí, muy dentro de él esperó el regreso de su esposo pero también temía el momento en el que diría que se iría otra vez.

Había esperado que como una prueba de que Taemin era sincero al querer estar de regreso, que hubiese renunciado a su trabajo, que colocara distancia con Se Hun de la misma manera que en el pasado lo hizo con cada persona que salió cuando rompió con él, pero sentía que su esposo no tenía intenciones de hacerlo y él aunque quería pedírselo no lo haría, no cuando todavía dudaba de si dejar que volviera estaba bien.

Sí, lo amaba, pero en ese momento estaba lleno de temor de que un día dijera que quería irse otra vez, ya que con Se Hun tenía una vida mucho más cómoda que con él, porque aunque su esposo no se había quejado de nada después de su regreso, él tenía claro que en las semanas que estuvo con su amante estuvieron llenas de lujos, de cosas ni así utilizara los ahorros de toda su vida podría darle.

Su mirada se posó en Taemin que estaba sentado junto a Ha Seul en el sofá, viendo una película de dibujos animados mientras le acariciaba el cabello, y cualquiera que los viera, tal vez no podría creer que ese mismo hombre había abandonado a su hija hace algunas semanas para irse a vivir su aventura con su amante, y que ahora estaba de regreso como si nada pasara cuando había mucho sucediendo.

No sabía si Taemin sintió su mirada o sólo sabía que él estaba ahí, pero había mirado en su dirección e inmediatamente una sonrisa se formó en sus labios, como si le hubiera gustado saber que tenía sus ojos sobre él, y luego de murmurarle a Ha Seul que volvería en un momento, lo vio levantarse del sofá y caminar hacia él.

—Min Ho, ¿por qué no te unes a nosotros a ver la película?

—No, tengo que...

Intentó entrar a la cocina pero la mano de Taemin lo detuvo, viéndolo con ojos suplicantes.

—¿De verdad estás odiándome?

No había esperado esa pregunta, porque en esos días a pesar de que compartieron la misma cama, sólo se dirigían la palabra lo necesario, sin embargo había notado ciertos cambios en Taemin, como el hecho de que ahora despertara antes que él y no parecía preocupado por si llegaba tarde al trabajo, como si quisiera alargar cada minuto que estaban juntos.

Inesperadamente Taemin se había aparecido por su oficina varios días, sonriéndole mientras le decía que lo buscó porque quería almorzar con él, importándole poco si tenía que gastar dinero en taxis para llegar ahí a la hora de la comida, y así mismo se iba faltando poco para que su hora de almuerzo terminara, sin dejarle más opción que comenzar a acostumbrarse a eso porque su esposo no parecía tener intenciones de dejar de hacerlo.

—¿Qué tengo que hacer para que me perdones?, ¿para qué me creas que verdad estoy arrepentido?, ¿para qué no me odies?

—Taemin, yo... no te odio —susurró sus últimas palabras.

Claramente lo vio sonreír y cómo éste se inclinó ligeramente hacia él mientras una de sus manos se posó en su cintura, sin embargo Min Ho giró su cabeza antes de que los labios de su esposo tocaran los suyos, escuchando lo un bufido bajito.

—Y dices no odiarme —respiró profundo —ve con Ha Seul, yo me encargaré de la cena.

Suspiró después de verlo ingresar en la cocina; el hecho de que Taemin se estuviera haciendo cargo de la cena no le sorprendió, ya que en los últimos días parecía que querer proyectar una imagen de esposo perfecto, como si él hubiera olvidado que Min Ho lo conocía bastante bien y sabía que perfecto no era.

EquivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora