Capítulo 10.

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Las lágrimas de Taemin siempre habían sido el arma más letal que éste tenía contra él, y no importaba si una parte suya le decía que no podía perdonar a su esposo así de fácil, lo había engañado, lo abandonó, y ahora estaba ahí de regreso, pidiendo perdón porque se equivocó, como fue cada vez en el pasado, pero eso no borraría todo el dolor que le causó no sólo a Min Ho, sino a Ha Seul también.

Taemin sabía que con decir "perdón" no cambiaba sus acciones, y cuando años atrás Min Ho lo aceptó cuando estaba embarazado de otro, e incluso le pidió matrimonio, él se había prometido que no volvería a equivocarse, pero lo hizo, terminando enredado con su jefe y ahora sabía que no debió de dejarse llevar por esa atracción, ni la lujuria, o el creer que sentía algo más por Se Hun cuando al final sabía que no era así, nunca lo era.

—Min Ho, perdón —dijo entre sollozos —po-por favor, a-acéptame otra vez a tu lado —hubo silencio.

»Sé que me equivoqué, pe-pero, prometo no volver a hacerlo, no volveré a serte infiel; ha-haré lo que me pidas pero déjame volver contigo, dé-déjame amarte.

Los brazos de Min Ho se apretaron un poco más alrededor de los hombros de Taemin, dejándose inundar por aquel suave aroma dulce que su esposo siempre parecía tener, y dudando si era lo correcto lo que estaba haciendo, porque Lee no podía entrar y salir de su vida cuando quería, no era justo con él, sin embargo, Choi sabía que muy dentro de él tenía la esperanza de que volviera como siempre lo hacía.

Lo soltó suavemente y tomó las manos de Taemin para que dejara de abrazarlo, casi arrepintiéndose de inmediato al encontrarse con aquellos ojos inundados en lágrimas, que estaban igual que los suyos que parecía no notar que estaba llorando.

—¡Papi!

Aquel grito rompió con todo su momento, y Min Ho tuvo que soltar las manos de Taemin para que éste pudiera tomar a Ha Seul en brazos cuando la niña corrió hacia él, escuchándola decir que lo había extrañado mucho, además de que le contó sobre la cena del día anterior y el amigo de su papá, que según ella "era muy feo", y no le había agradado.

—¿De verdad? —preguntó.

Taemin peinando con sus dedos el cabello de su hija para apartarlos de su rostro, viendo la sonrisa de Ha Seul mientras asentía enérgica, aunque su rostro pronto se volvió serio.

—Papi, ¿pol qué llolas?

Taemin pasó el dorso de su mano por sus mejillas y sonrió, apretando sus labios un par de segundos antes de responder, siendo consciente de que Min Ho estaba de espaldas a ellos, como si prefiriera no ser parte de ese momento, y el rubio hubiera quería saber lo que estaba pasando por su cabeza.

—Porque estoy feliz de verte a ti y a papá Min Ho, los extrañé mucho.

»Todos los días estuve pensando en ustedes, pero a veces papá Taemin es un tonto, y hace las cosas mal.

—Ya no te vayas otla vez —pidió Ha Seul apoyando su cabeza en su pecho.

Taemin quiso responderle que no lo haría, pero su atención estaba en Min Ho, quien sin decir nada había caminado a la cocina, y él quiso seguirlo, pero se obligó a no hacerlo, porque su esposo necesitaba estar solo, fue algo que pudo comprenderlo, aunque también lo llenaba de terror, ¿y si ya no lo quería a su lado?, no, Min Ho lo amaba, pero... Ha Seul había mencionado a un amigo con el que fueron a cenar, ¿Choi se había conseguido un amante mientras él no estuvo ahí?

—Te traje un regalo por tu cumpleaños —mencionó interrumpiendo a la niña.

Bajó a Ha Seul en el sofá y se acercó a la maleta de mano para sacar el regalo que había comprado para su hija, una muñeca que tenía diferente ropa para cambiarla, así como peinetas para jugar con su cabello e incluso colorearlo, y que él esperaba que le gustara, al menos lo suficiente como para entretenerla un poco mientras él iba a la cocina.

EquivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora