El día se me pasó volando. El nivel de las clases es bastante bajo comparado con mi antiguo colegio, así que no creo que vaya a tener demasiados problemas académicos en mi nueva vida, lo que se puede considerar una proeza viniendo de mí.Al salir de las clases, Reever vino a buscarme personalmente para darme un sobre con dinero. Me dijo que era para que fuere un día de compras para comprar todo lo que necesitase, teniendo en cuenta que dejé prácticamente todas mis posesiones en mi casa. Decidí que iría al dia siguiente, sábado, para ir con tranquilidad, y cuando le comenté de eso a Abby, se ofreció encantada a acompañarme en lo que ella llamaba un "día de compras".
Ya era sábado por la mañana, estaba esperano a Abby ( Si, yo llegé a la hora) en la cafeteria de la residencia, pero se estaba demorando demasiado. A punto estube de pedir un café cuando me llegó el SMS al móvil de emergencia qu eme habían dado ( Era un móvil muy viejo, no mucho más que un nokia ladrillo) "Cariño!! lo siento mucho!!, se me han retrasado unos asuntos y voy a llegar algo tarde a nuestro día de chicas, pero tranquila, ya me he encargado de eso. Ethan viene hacia aquí para acompañarte al centro comercial." Comencé a salir del edificio.
No me podía creer que hubiese hecho a Ethan levantarse de la cama para venir exclusivamente a acompañarme al centro comercial. Abby debe de haberle pagado para que accediera a hacer eso por mí, y aún así seguro él que piensa que me han plantado ( que es verdad) y que la pobre e indefensa Elisabeth necesita compañía para no sentirse sola (que ya es mentira).
Pensando en esto, me sentí muy mal de repente, como si alguien se quisiera levantar de la cama para verme, así que decidí llamar a Ethan a tiempo para que diera la vuelta. Antes de poder marcar el número, me fijé en un motorista que estaba aparcando frente a la residencia; Llevaba el casco puesto e iba prácticamente todo vestido de negro. Le recorrí con la mirada lo menos descaradamente que pude, y entonces se quitó el casco, descubriendo bajo él el rostro de Ethan. El motorista que me estaba regalando la mirada era el mismo Ethan, al cual era tarde para llamar. Me miró. No sé cómo, pero tardó menos de medio segundo en localizarme y sonreirme de medio lado. Al menos, aparentaba normalidad por educación.
- No hacía falta que vinieses - Le dije cuando me acerqué a la moto - Podías haberte quedado en casa tranquilamente.
- ¿Y perderme un dia de compras viéndote ir de tienda en tienda estilo pretty woman? No, gracias -Lo reconozco, me reí a carcajadas y ese comentario me dio pie para subirme a la moto.
- Creo que tus expectativas sobre mi capacidad de despilfarro son demasiado altas. Por cierto, bonita moto.
- Es el amor de mi vida. Si lo rayas con tus uñas dejaré de ser tu guardián para matarte yo mismo. - Dijo acariciándola teatralmente, luego se giró para mal meterme un casco en la cabeza, que me coloqué y abroché.
- ¿Acaso nadie confia en mi? ¿Será que soy rubia? - Repliqué con sarcasmo
- Será mejor si te agarras bien - Hasta el momento había estado cogiéndole ligeramente de los hombros, y cuando arrancó a toda mecha, inconscientemente le rodeé con los brazos el abdomen.
Al llegar al centro comercial, me quiso hacer compañía un rato hasta que llegase Abby, y me acompañó a algunas tiendas y de entre ellas una de ropa en la que se dedicó a probarse ropa ridícula y a hacer poses extrañas, lo que me desencadenó una gran cadena de carcajadas y risas.
Abby llegó cuando íbamos a por algo de ropa formal.
Cuando me estaba probando un vestido negro que iba muy poco con mi estilo, Ethan dijo que nos esperaría fuera. Esperaba no haber estado haciendo de este hoy un aburrimiento para él.
El día continuó, muy ajetreado yendo de un lado a otro, comprando aquí y allá, hasta que al final volvimos todos llenos de bolsas como muy bien había predicho Ethan.Estábamos de nuevo en la residencia, los tres en mi habitación guardando las cosas (o más bien tirados en la cama mientras yo lo hacía) cuando Matthew entró.
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Sombras Oscuras
General FictionEthan me pide que me agarre a él y le cojo del brazo, me hace sentir más segura, y esbozo una intranquila sonrisa que se transforma en una leve carcajada. Ethan, al verme, se ríe también y se vuelve a concentrar en el horizonte. Cuando estoy a punto...