So, it's official now?

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Y entonces sonrió, apenas podía tenerse en pie pero sonrió y me guiñó un ojo antes de caer de rodillas ante mí.

- Ethan... - Le alcancé justo cuando tocaba el suelo, intentando mantenerlo de pie, pero acabó resbalandose hasta mi regazo; la sangre le brotaba de su pecho justo por donde la punta del cuchillo sobresalía. - ¡Ethan! - Le grité. Intentaba presionar la herida para que la sangre dejara de brotar, pero no servía de nada, el cuchillo le había atravesado la espalda justo donde debían de estar los pulmones. Volví a su cara, que me miraba fijamente con esa sonrisa grabada en su rostro, vi que intentaba decir algo, así que acerqué mi oído a su boca para escuchar lo que sus susurros querían decirme:

- Corre.

Presente

- Liss! ¿Qué narices haces todavía en la cama? - Era Abby, sacudiéndome para despertarme de mal humor.

- Abby, me compré un despertador el otro día, por qué sigues despertándome tu?

- No sé, quizas porque todavía no te has despertado a pesar de que ya teníamos que estar en el instituto. - Miré la hora, era verdad.

- Puede que me haya olvidado de ponerle las pilas...

- Si, puede - Dijo lanzándome toda la ropa del uniforme y destapándome de un golpe. No aguanto que me hagan eso.

- ¡Joder, que frío!

- Pues vistete y así entras en calor - No comprendo la extraña combinación que es Abby; entre mi madre y mi amiga, tampoco sé de dónde saca las ganas para despertarme todos los días e ir juntas al instituto.

Dado que ya tengo práctica en llegar tarde al instituto (más bien a cualquier sitio), no tardé, apenas cinco minutos en estar lista y, casi conseguimos llegar a tiempo al instituto. Por lo visto si llegas tarde te cierran las puertas para que no entres y, ahí nos encontrábamos, jadeantes de correr, a la entrada del lugar, mirando el interior a través de las rejas de la puerta.

- Bueno, ¿y ahora qué? - Le pregunté, esperando que contestase: volver a la residencia y dormir un poco.

- ¿Tu qué crees? - dijo lanzando su mochila por encima de la verja e impulsándose ella misma para subir.

- ¿Qué? ¡Abby! tenemos falda y unos zapatos ridículos , yo no puedo subir...

- Deja de quejarte y sube, si vas a ser una solyn, una falda no debe de ser un problema para nada. Además, estamos metidas en esto por ti. - Me interrumpió ya desde el otro lado. Supongo que no hay remedio... le lanzo la mochila por encima de la verja y después me cuelo yo, de una manera muy poco femenina.

Una vez dentro empezamos a correr hacia nuestra clase, y justo antes de entrar nos cruzamos con el director Reever y con Ethan.

- ¡Señorita Elisabeth! cuanto me alegro de encontrarla, debo acompañaros a los dos a vuestra prueba.

- ¿Prueba? ¿Es que tengo un examen? - Oh dios, no he estudiado nada, ¡ni siquiera sabía que tenía un exámen! debe de haber una remota posibilidad de copiar...

- No ponga esa cara de pánico, señorita, solo es una pequeña simulación para comprobar su sicronización con su guardián, y en el caso de que sea negativa... bueno, ya se lo explicarán mejor cuando llegemos allí. Y en cuanto a usted Señorita Abigail - Dijo refiriéndose a Abby - La quero ver en su aula en menos de diez segundos. - Esta se fue corriendo a clase antes de que hubiese una amenaza de castigo. Al menos no había examen.

Estábamos de nuevo en el ayuntamiento, habíamos usado el sistema de azoteas para llegar más deprisa y me habían explicado el objetivo de la prueba. Por lo visto iban a meternos a Ethan y a mí en una simulación, cuando estemos dentro será como estar en un sueño: una vez comenzada no seremos conscientes de la realidad, nuestra realidad será el sueño. Algo así como las simulaciones en divergente. La finalidad de esto es determinar la sincronización con mi guardián, cuanto más alta sea, mas fuertes seremos como conjunto, y en el caso de que sea demasiado baja, cabe la posibilidad de que tenga que cambiar de guardián.

Sombras OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora