Seguro que ninguna de las reencarnaciones de Hylia había tenido un dolor de cabeza tan monstruoso como el que tenía ella esa mañana.
—Has roncado como un rinoceronte de Hebra —se quejó Prunia a su lado.
—Mmmm... calla... silencio...
—Este no es el comportamiento adecuado de una princesa.
—Uhm no... no soy una princesa... ya te lo he dicho —gruñó, volviendo a apretar la cara en el saco de dormir.
—Voy a desayunar algo. Y a comprobar el estado de Symon y Linky. Seguro que es tan lamentable como el tuyo.
Ella agitó la mano como diciendo que sí, bien, que se marchase a donde fuese y la dejase dormir un poco más, en silencio. Ahora Link y Symon tendrían que sufrir a Prunia un rato sin remedio. Un momento...
Abrió los ojos de par en par y se sentó dentro de la tienda, como si alguien le hubiese arrojado un cubo de agua fría en la cabeza. Recapitulando la noche anterior... oh, no. Diosas, había perdido el control por completo. El recuerdo pasó por su cabeza como un rayo y sintió una oleada de calor que le encendió las mejillas. ¿Qué diablos había hecho? Se cubrió la cara con las manos, como si eso pudiera cambiar algo. "Si no hubieras besado a Link estando borracha y delante de todo el campamento", le reprochó su conciencia. Su conciencia solía hablar con la misma voz de Impa, era horrible. Toda la idea del beso fue suya, por supuesto. Estaba tan guapo con aquel chaleco gerudo y con su cara de no haber hecho daño ni a una hormiga que se habría abalanzado sobre él desde el principio. En fin, casi lo hizo cuando lo arrastró a bailar. Diosas. Se cubrió la cara de la vergüenza otra vez. Link no presentaba oposición, pero en realidad nunca lo hacía. Ni antes ni ahora. Durante el viaje vio cómo él y Symon huían de las insinuaciones y flirteos gerudo, y ella no era mejor que las demás... ¡era la peor de todas! Menudo desastre... No iba a poder mirarle a la cara. Se encerraría dentro de aquella tienda por toda la eternidad, y cuando los demás se hubieran marchado, saldría de allí.
—¡Zeldy, que salgas ya a desayunar! Riju quiere hablar contigo y tenemos que desmontar el campamento.
Tragó saliva y se hizo a la idea de abandonar la tienda. A lo mejor él no se acordaba bien de lo que pasó. Eso es... tal vez Link había bebido más baku que ella y no recordaba el beso con la vívida nitidez con la que ella lo hacía. Total... sólo había sido un segundo, seguro que para él era una tontería y no le daba importancia. Reconfortada con esa idea decidió salir a desayunar. No encontraba su túnica por ningún sitio, recordaba que se la había cambiado en algún momento por el corpiño gerudo, y había dormido así toda la noche. Rebuscó en su mochila de viaje y encontró una túnica más fina. No la había usado porque hacía tanto frío que había llevado otra ropa más gruesa por el camino, pero tendría que valer hasta encontrar las prendas extraviadas.
El sol en su cara fue casi tan molesto como la voz chillona de Prunia echándole en cara esto y lo otro. Las mujeres gerudo estaban en pie, pero con el mismo nivel de aturdimiento que ella. A excepción de Riju, que cruzada de brazos, supervisaba que el campamento se desmantelase lo antes posible.
—A este ritmo no llegaremos al Bazar Sekken hasta mañana —se quejó Riju.
—Es más de mediodía, señora, y aún queda mucho por hacer y no hemos comido. Si llegamos al Bazar a tiempo, será al anochecer —intervino Adine.
Prunia había empezado a plegar la lona de su tienda, y había encendido un fuego pequeño, suponía que para asar un almuerzo, ya no desayuno... el desayuno quedaba lejos.
—Las mujeres ya han almorzado, pero están tan perezosas que nos dará tiempo a dar un pequeño bocado antes de partir. Zeldy, trae aquí a Linky y Symon. Me han dicho que iban a buscar algo que echar a esta lumbre.
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Historia de un caballero
Fanfiction(Post-BOTW) Tras derrotar a Ganon, Link sigue sin recordar nada, ni siquiera a sí mismo. Sin embargo, siente gran curiosidad por su vida pasada y hará lo posible por volver a armarse caballero.