6.Instinto paternal. ¿Intruso?

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(. . .)

—¿Tener un hijo con una heroína? Que bajo a caído, profesor. —Dijo burlista el de sombrero mientras sonreía característicamente.

El de piel purpura soltó una elegante y malvada risa. —Sí, es bajo pero, que le puedo hacer, con la mayor de mis suertes, lograré que el chico sea un villano perfecto. —Expresó para luego colocarse de pié y acomodar su bata. —Excelente charla, Black, como siempre. Ah y claro que estaré más que complacido de asistir al evento de tu organización.

—Me parece esplendido, aunque si tu novio hace uno de sus berrinches en mi gala, lo meteré descuartizado en una caja. —Amenazó viendo como el contrario reía algo nervioso mientras salía del lugar.

El del sombrero suspiró agradeciendo su soledad, aveces le reconfortaba hablar con ciertos villanos que tal vez dentro de unos dos billones de años les podría llamar “amigos”, pero la soledad era relajante aveces, y esa porquería de la amistad le parecía absurda. Tomó varios de los papeles que tenía bien guardados en uno de los cajones de su escritorio, cuidados bajo llave, en estos había una hoja de información de cierta menor castaña, una hoja con sus datos principales y el progreso de su entrenamiento.

—Bien... A este paso —Se detuvo un momento a pensar. —Terminara el entrenamiento en dos meses… —Dejó escapar un suspiro tenso y guardó nuevamente aquél documento bajo llave.

(. . .)

Luego de 37 horas trabajando en aquel invento, con aires ególatras esbozó una sonrisa y caminó hasta la oficina del demonio, pateó la puerta sin delicadeza y anunció su llegada. —¡Hola hijo de tu demonia madre! —Grito con euforia mientras sonreía para luego cargar aquel rayo y apuntarlo sobre la cabeza del ensombrerado. —¡Agarrate el sombrero que esta es la primera vez que lo pruebo! —Y disparó abriendo un portal sobre la cabeza del demonio.

Ante la aparición de la morena, Black perdió toda paz que tenía en su despacho, gruñó molesto ante las acciones de la científica; sin embargo el arma de portales perfeccionada funcionaba bien, y eso era algo que comprobaba al dirigir su mirada arriba.

—Debes aprender a tocar la puerta, maldita escuincla mal educada. —Expresó molesto viendo a la contraria.

La morena sonrió con malicia. —Así que te encantó como quedó el rayo.

El del sombrero gruñó nuevamente para luego sacar una caja y lanzarla hacia la joven. —Atrapa.

Ella en un acto rápido abrió un portal donde la caja entró, para luego abrir otro sobre la palma de su mano en la cual cayó la caja.

—¿Qué es esto? —Interrogó mientras abría la caja.

—Son las invitaciones para la gala de la organización, asegurate de repartirlas. —Ordenó.

La científica asintió y se dio la vuelta dispuesta a salir mientras revisaba los nombres de las invitaciones, detuvo su paso al leer un nombre en específico, creyendo que tal vez había visto mal sacó la invitación y vio a la perfección el nombre, Kenning FlugSlys. La volvió a guardar y siguió su camino, pensaba en preguntar, pero con lo raro que solía ser el demonio algunas veces mejor se lo ahorró.

(. . .)

—Claro que lo puedo surtir de las armas anti héroes que usted quiere, pero el pago es por adelantado. —Dijo tajante el joven de la bolsa hablando por celular. —Muy bien, sabe donde depositar el dinero y donde recibir el pedido, ahora, no vuelva a llamar esperando que le de armas fiadas, hoy no se fía, mañana sí ¿Que no leyó? Es el lema de la página. —Y colgó algo irritado. —ahg, cara de perro pelón.

Six Years Later ❴Paperhat❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora