4.Resignación

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(. . .)

—Anda, solo será un besito y una metidita de mano. —Dijo cierta joven de cabellos bicolor soltando una risilla mientras acorralaba a una joven científica de piel morena contra una mesa.

—¡Llevate tus cosas lésbicas lejos de mi! —Exclamó la morena en su patetico intento de empujar a la contraria para que se alejara.

—¡Es para reforzar nuestra amistad, Bean! ¡Anda no seas tímida! —Demencia relamió sus dientes haciendo cierto énfasis erótico en sus colmillos que gustosamente quería clavar en el cuello de la científica.

—¡Quitate lagartija lesbiana! —Ordenó y como pudo tomo cualquier arma de las que se encontraban en la mesa y la apunto en la frente de la alebrije.

—Sabes bien que no eres capaz de dispararme. —Demencia sonrió con picardía para luego mover el brazo de la científica depositar un violento beso contra su mejilla, dejando marcado su labial.

—Ahg —Se quejó con repulsión limpiando el labial que había dejando la contraria en su mejilla, restregaba su muñeca mientras le veía molesta. —Demencia ya hemos hablado de esto.

Demencia bufó cruzándose de brazos. —Sí como sea, sabes bien que eso no me detiene.

La morena vio a la joven de cabellos bicolor, escuchaba sus pensamientos, sabia muy bien lo que Demencia sentía, pero simplemente no veía como corresponderle. —Dem, no estoy lista para entrar en una relación después de la última que tuve.

Demencia volteo hacia ella, la contraria evito el contacto visual, la joven de cabellos bicolor sabía muy bien por que nunca la miraba a los ojos, pero aún así, anhelaba un contacto visual con su amor platónico. Suspiró y se dirigió a la entrada del laboratorio para luego salir de este.

(. . .)

El joven de la bolsa se levanto abruptamente del sofá, no medio palabra, caminó a la puerta y sin esperar mucho abrió ésta y dirigió la mirada mas fría que el podía hasta el de traje elegante.

El contrario le vio interrogante a expectativa de lo que iba a decir.

—Largo. —Dijo sin emoción detectable en su voz. —No dejaré que estés cerca de MI hija, largo de mi casa. —Habló con firmeza haciendo un fuerte y notable énfasis en el “Mi” al referirse a esa pequeña por la cual daría su vida.

El mayor con leve sorpresa por aquel tono tan valeroso del joven, se atrevió a decir. —Tambien es mi hi— Fue interrumpido por el fuerte sonar de la madera impactando contra el marco de la puerta, el científico cerró con violencia aquella puerta.

—¡No tienes derecho a pronunciar esas palabras! — Gritó agitando su brazo derecho en forma de negación rotunda.

—Vaya que te has vuelvo más insolente. —Bufó el mayor mientras se acercaba al joven de la bolsa. —Pero temo decirte que la niña también debe tomar partido en esto.

—¿A qué te refieres? Madeleine no entrará en esta conversación. —Llevo sus manos formando una “X” en desaprobación.

—Es una niña muy lista, sacó tu mente, sabe valerse en su propia opinión. —Expresó llevando su mirada a cualquier lugar de la habitación.—Esa niña debe aprender a controlar esos poderes, yo quiero… entrenarla.

El científico le vio por unos segundos para luego bajar su mirada mientras presionaba sus puños. Sentía cierto coraje, el hecho de que aquel demonio quisiera tener de cerca a la niña y entrenarla, lo asustaba, no quería que su pequeña estuviese con Black Hat, temía lo que podía pasar, temía que solo fuera una mentira para vengarse. Sin que se diera cuenta, las lágrimas ya estaban resbalándose por su rostro.

Six Years Later ❴Paperhat❵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora