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No seas como una presa...
Se suave como una serpiente. -Lie

La noche había caído, y la pareja estaba pasando tiempo juntos en la casa del mayor. Habían tratado de olvidar lo sucedido horas antes y lo habían conseguido, entre comida, bromas y películas, nada... O casi nada podía arruinar el momento.

-Seonghwa hyung~- Ambos estaban recostados en la cama con la vista fija a la pantalla frente a ellos, sin embargo, Yeosang quería hacer otras cosas. -Estoy comenzando a aburrirme...- Complementó en tono provocativo.

El rubio lo miró cuando Yeosang comenzó a pasear su mano por el torso del contrario. En un rápido movimiento, el menor ya estaba acorralado debajo del cuerpo de Seonghwa, quien sostenía con fuerza las manos de su novio por su cabeza.

-Sabes lo que pasa cuando me provocas, Yeo~

El menor sonrió asintiendo.

-Es justo lo que quiero que pase.

Seonghwa estaba a punto de besarlo con necesidad, sin embargo, un ruido muy fuerte proveniente de la planta baja los hizo sobresaltar. El mayor se levantó de golpe caminando hacia la puerta.

-¿Seonghwa?- Al escuchar el tono preocupado de Yeosang, le hizo una seña para que se quedara callado.

-Ire a ver que sucede, quedate aquí.

El mayor al recibir una respuesta positiva, cerro la puerta y bajo las escaleras con cuidado, toda la casa estaba con las luces apagadas, excepto su habitación, así que tendría que estar atento.

Escuchó de nuevo un ruido, esta vez sin tanta intensidad, proveniente de la cocina, se armo de valor y entró, encendió la luz, pero no había nada, lo único extraño era que todos los cuchillos estaban regados por el suelo.

-Debieron caerse...- Susurró en un intento por calmarse, aunque sabia que no era posible, ya que todos los cuchillos siempre estaban guardados perfectamente.

Comenzó a recogerlos rápidamente, pero los dejo caer de nuevo al escuchar la puerta de su habitación ser cerrada con extrema fuerza.

-¿Yeosang?- Preguntó a la vez que salió de la cocina. No obtuvo respuesta. -¡Yeosang!- Comenzó a cruzar la sala mientras llamaba su nombre.

Sin embargo, fue cuando iba subiendo las escaleras, que escuchó a su novio.

-¡SEONGHWA!

Un grito desgarrador que le heló la sangre, se quedo pasmado mirando hacia su habitación, donde sabia que nada bueno estaba sucediendo.

-¡AYUDA!

Al escuchar el segundo grito, pudo reaccionar, y corrió hasta ahí, pero era tan obvio, la puerta no se podía abrir.

-¡Yeosang! ¡Abre la puerta!- Seonghwa comenzó a forzarla y a golpearla, pero esta no cedía.

-¡NO! ¡SUELTAME! ¡AYUDA!

Cada grito contenía más dolor y desesperación, y Seonghwa sentía impotencia al saber que estaban dañando al amor de su vida.

-¡ABRE LA MALDITA PUERTA! ¡DEJA A YEOSANG!- Pateaba y golpeaba, pero nada, la rabia y tristeza subía a medida de que escuchaba los golpes, las cosas romperse y las suplicas de su novio. Nunca se puso a pensar que el karma le golpearía tan duro.

No fue hasta casi 30 minutos después, en los cuales Seonghwa no había dejado de suplicar, que todo quedó en silencio, el mayor volvió a golpear la puerta.

-¡Dejame entrar!- Su voz quebrada se escuchó a través de la puerta, donde el responsable de lo que acababa de pasar lo escuchó.

-Si eso deseas...- Su voz ronca respondió y la puerta se abrió de forma suave, como si hubiera estado abierta todo este tiempo.

Seonghwa entró corriendo, visualizando todo destruido, pero su mirada se quedó enganchada al cuerpo de su novio.

Yeosang tenia el rostro irreconocible, marcas y cortaduras por todo el cuerpo, y debajo de el, un pequeño lago de sangre que se extendía cada vez más.

Seonghwa solo sintió sus piernas flaquear, y cayó junto a el, sin importarle ensuciar su ropa, ¿qué es lo que había pasado? ¿Por qué no estuvo ahí para protegerlo? Las lágrimas comenzaron a caer, mezclándose en la oscuridad.

El tercero, por su parte, camino hacia la puerta con su neutra expresión, como si no acabara de torturar y asesinar a alguien, como si no hubiera comenzado con su venganza.

Justo antes de salir, el de cabello azul habló, logrando que el rubio captara a la lejanía sus palabras, palabras que difícilmente olvidaría.

-Esto... Es apenas el comienzo.

||Treasure|| AteezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora