Siempre le habían gustado las estrellas y la tranquilidad de la noche. La relajaba. Es de los pocos momentos que se podía permitir en paz sin que su cerebro la volviera loca.
Por eso su padre se había encargado de que su habitación fuera la que tuviera el balcón, y uno muy grande por cierto. Génesis se había encargado de colgar una hamaca paraguaya en él y solía acostarse envuelta en una gran colcha a leer, a dormir y simplemente observar. Sintió el sonido de la puerta del balcón abrirse aunque no tuvo que voltear a ver quién era. Su corrió suavemente a un costado tratando de hacer lugar, si bien no era chica la hamaca paraguaya, tampoco era grande. Por eso mismo permitió que su hermano se acostara para luego tomar lugar entre sus brazos apoyando la cabeza en su pecho.
Ninguno dijo nada. Génesis sabía que en los momentos como aquel, en donde su hermano buscaba su compañía en silencio, es porque algo lo estaba atormentando. Y siempre ella esperaba que el estuviera listo para hablar.
No por algo eran mellizos. Se entendían demasiado sin siquiera decir algo. De manera física no eran tan similares, apenas lo suficiente como para identificar que eran hermanos. Pero sus actitudes, su manera de encarar la vida, los problemas, eran iguales.
A veces le dolía que la mayoría del tiempo Jared se lo pasaba evitándola pero era inevitable rechazar su compañía, no cuándo lo extrañaba con cada parte de sí.
Sintió a Jared suspirar cuándo su cabeza se movió al compás de su pecho.
— Sé que últimamente hemos perdido contacto —susurró Jared, temiendo romper aquel silencio tan pacífico —. Lo sé y créeme que lo siento muchísimo. Y también espero que sepas que te extraño muchísimo —Aunque quiso decirle que ella también Génesis no dijo nada, mantuvo el silencio a medida que le seguía dando el espacio para que pudiera seguir sacando todo de adentro —. Quería contarte todo antes, te juro, pero... Sam... ahora vas a entender un montón de cosas —Jared suspiró nuevamente—. Ahora voy a poder contarte todo. Vamos a poder.
— ¿Vamos...? —susurró levanto la cabeza para mirarlo intrigada.
— Gen, vas a saber todo —le prometió a Jared —. Hoy no, no sé cuándo, pero te prometo que vas a saber todo. Pero necesito que confíes en mí y que todo va a ser en la medida que tenga que ser. ¿Sí?
Aunque tenía millones de dudas, aunque nada de lo que le dijo su hermano tenía sentido y muchos menos lo entendía, quería saber todo ya. Pero la paz que su hermano le trasmitía era mucha y era la persona en la que más confiaba en su vida. Siempre pese a todo habían estado juntos contra el mundo. Ni siquiera tenía con su padre la relación que tenía con su hermano. Su padre siempre se la pasaba trabajando, desde chicos, y a Jared y a ella no les quedó otra más que cuidarse sus espaldas mutuamente.
Largó el aire entre sus labios: —Está bien.
El agarre de su hermano en su espalda se apretó levemente. Génesis extrañaba tanto esa sensación. Extrañaba cuando dormían noche por medio juntos.
Eso cambio cuando Jared empezó a juntarse con Sam. Pero elegía confiar. No le quedaba otra si quería seguir teniendo relación con Jared.
— Y sobre Paul... —Gen encargó una ceja ante la repentina mención del morocho— no es malo. Es un imbécil pero no es malo.
— Sé que no es malo —lo interrumpió—. Después de todo, lo conozco de toda la vida... —las palabras quedaron perdidas en el aire.
— Era mi mejor amigo también Gen —le dijo Jared— pero éramos niños.
— Génesis lo sabía. Y sabía que la muerte de su madre a Paul lo había destrozado, a tal nivel de alejarse de todo el mundo. Incluso de ella. Y Génesis lo entendía, lo justificaba, siempre lo hizo. En más de una ocasión quiso hablarle, quiso demostrarle que no estaba sólo como él creía. Pero Paul se alejaba y se volvió un imbécil con el tiempo. Y ella tenía demasiadas cosas en las que preocuparse; o quizá hacia tantas cosas para mantenerse preocupada en algo.
ESTÁS LEYENDO
Sempiterno. → paul lahote (en edición).
Подростковая литератураEn dónde Paul Lahote se imprima del amor de su vida ó en dónde Génesis forma parte de la manada de Quileutes de la reserva de Forks...