Mal, con cada minuto que pasaba se sentía más libre. Esa culpa que llevó por años al autoproclamarse responsable de la muerte de Carlos estaba desapareciendo, lentamente, pero al fin y al cabo la estaba dejando en paz.
La buena reacción de Sofía y sus sabias palabras lograron que la reina fuera soltando esos pensamientos. Finalmente, después de seis años estaba aceptando lo ocurrido con uno de sus mejores amigos. Pero, por más raro que esto parezca, todavía sentía que le faltaba algo que hacer.
La hija de Maléfica y Hades se encontraba caminando por los pasillos de la Preparatoria luego de haber dejado a Sofía en su clase, envuelta en aquella sensación.
- Tal vez debería disculparme con los chicos por mi actitud. – susurró asegurándose de que solo ella se escuchara–. O tal vez escribir una carta expresando todo lo que siento y he sentido en est...
- ¡Real Moradesa! – escuchó Mal a lo lejos, haciendo que parara en seco y mirara en todas direcciones.
Igna, al no ver siquiera una mirada o gesto de parte de los que por allí pasaban, creyó que todo había sido parte de su imaginación y continuó con su camino.
- ¡¿Sigues siendo la misma Real Molestad, no?! – volvió a escuchar la voz ahora riendo.
- Es un hecho, me estoy volviendo loca. – afirmó caminando al lado de todos los árboles que formaban ese mini bosque.
- ¿Eso crees, Mal-lady?
- ¡Estás acá! ¡¿De verdad estás acá?! – Chico corría rápidamente, pasando por el lado de Mal adentrándose al bosque.
- ¿Chico? ¿Qué haces? – preguntó Lady Mal siguiendo al perro.
- ¡Sí estás acá! – escuchó nuevamente a Chico.
- En serio, ¿qué le pasa hoy?
Al Mal llegar donde el perro estaba quedó algo impresionada. Chico corría y daba vueltas extremadamente feliz, como hace tiempo no lo veía. Su cola se movía en todas direcciones y parecía querer jugar.
- Hola... Lamento tardarme tanto, Chico. – habló aquel sentándose como indio en el suelo.
- N-no... No puede ser... – dijo Mal llevándose una mano a la boca ocultando su notoria sorpresa.
Aquella voz, aquella risa, aquella ropa, aquel pelo. Todo lo conocía en su perfección. Sería capaz de reconocer todo lo que sus ojos estaban viendo en cualquier lugar del mundo.
- No, no, no, no, no... Estoy soñando. Sí, debe ser eso. Un sueño. – cerró los ojos en un intento de calmarse–. Ahora voy a despertar y Ben va a estar a mi lado, todo estará bien.
Otra vez escuchó esa risa. Otra vez aquella risa que iluminaba todo su alrededor.
- Mal... – la susodicha sintió una mano en uno de sus hombros–. Tranquila, estoy aquí, de verdad.
La hija de Maléfica abrió lentamente sus ojos, asegurándose de que se hallaba despierta y todo su entorno era real.
- ¿C-Carlos? – acarició una de las mejillas del chico–. ¿Eres tú? ¿Realmente eres tú?
- Hola. – mencionó él con su característico tono tranquilo.
- ¡Carlos!
La joven se lanzó a su amigo, abrazándose a su persona como nunca antes lo había hecho. Lo atrajo hacia ella con una necesidad inmensa de sentirlo a su lado.
- Hey, tranquila. – habló Carlos riendo a la vez que correspondía al abrazo.
- ¿Cómo quieres que esté tranquila? Estás acá, conmigo. – intentó acercarse más al muchacho–. Un momento. – Mal se alejó un poco y tomó a su amigo por los hombros-. Estás acá, ¿cómo es que estás acá?
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La Hermana de Carlos
FanfictionHistoria transcurrida 7 años después del final de Descendientes 3. ~~~ ★ ~~~ Se podría decir que después de derrotar a la versión malvada de Audrey los VK mantenían una vida tranquila junto a sus amigos, familia... Todo era paz y tranquilidad. Pero...