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Winwin pasa mucho tiempo hablando por teléfono en coreano. Kun intenta aceptarlo, comprenderlo, pero Sicheng se ve tan hermoso hablando por teléfono, mostrando sonrisas que nunca serán de la manada, que se siente triste.

Escuchó rumores de que Yuta y Sicheng habían comenzado algo serio, el omega japonés cambiaba radicalmente con el alfa y solo hubiera sido cuestión de tiempo antes de que unieran. Sin embargo, el CEO así no lo quiso y Winwin tuvo que debutar lejos de su amante.

Kun suspiró, se sentía triste y solo quería mimos. Se sentó entre medio de los menores de la casa y se dejó acariciar, sin dejar de observar a Winwin.

YangYang le abrazó por los hombros y XiaoJun se apoyó sobre Kun. Hendery, quien pasaba por ahí, dejó un besito en su frente antes de acurrucanse entre Ten y Lucas, en el sofá individual.

Kun suspiró sin querer, odiaba entender a medias lo que hablaba SiCheng, preferiría poder ignorar la manera en que hablaba con Yuta y no dejaba de llamarle cariño. Se suponía que eran manada y que se tenían que querer entre ellos ¡Dios! Hasta cuando lo decía sonaba ridículo, pero bien él sabía cuanto necesitaba creer en esas palabras.

XiaoJun besó sus labios.

—Gege, su frente se arrugará— reprendió suavemente.

YangYang rió bajito cuando el beta se quejó, sin apartar la mirada del alfa. Acarició su rostro y se quedaron en silencio.

Kun lo agradeció. Algunas veces necesitaba esos espacios tan calmos como cálidos, le ayudaban a pensar, aunque posiblemente ésta no fuera la mejor ocasión.

SiCheng cortó la llamada con la misma sonrisa suave, pero su rostro se transformó en una mueca preocupada al observar a su líder cabizbajo.

—¿Gege, sucede algo?— cuestionó acercándose bajo la atenta mirada del resto de la manada. Había que ser demasiado ingenuo para no darse cuenta de lo que sucedía, lamentablemente para Kun, Winwin lo era.

—¿Me odias por alejarte de Yuta-ge?—respondió mirándolo a los ojos con un gesto cansado— a veces yo lo hago.

Sicheng se arrodillo frente al beta, tomando su rostro entre sus manos. Frotó sus narices y sonrió.

— Yo amo a Yuta, es mi mejor amigo, mi alma gemela. Eso no significa que lo odie, a usted o a la manada. Son distintas formas de amar y ustedes son mi hogar.

Kun creció fuera de las lógicas de las manadas. Su madre era una gata solitaria e incluso no conocía a su padre. Tenía varios hermanos mayores, pero ellos se habían marchado al cumplir la mayoría de edad. Así era como creía que funcionaban los felinos. Su madre le había enseñado a cuidar de su mismo, le dijo que tuviera cuidado si era un omega y no que fuera un patán si era un alfa. Nunca había visto tan feliz a su madre como cuando se presentó como un beta.

"Tú podrás ser libre" le susurró la noche en que la presentación terminó.

Kun había entendido libertad como soledad, y si bien no le gustaba estar solo, su madre le había enseñado que era mejor a estar mal acompañado.

La primera vez que vio la lógica de una manada, fue cuando se formó NCT. Eran como una familia, donde Taeyong se plataba como panteón principal que estructuraba y sostenía al resto. Ellos eran una familia unida por un lazo mucho más fuerte que la sangre, ellos se amaban y se correspondían, pero Kun entendió de inmediato que ese no era su lugar. Era un gato doméstico entre lobos y, a diferencia de Ten, él no quería jugar a la familia feliz.

Así volvió al sotano de la compañía, hasta que cierto día le propusieron unirse al nuevo proyecto, un proyecto que involucraría razas felinas, el primero en la compañía musical. Kun pensó que era todo, todos sabían que los felinos eran solitarios, era parte de su segunda naturaleza y, porque no admitirlo, él comenzaba a sentirse demasiado anciano para aquellas andadas. Kun solo quería paz y planeaba encontrarla dejando su carrera y estudiando algo que le brindara un trabajo estable.

Varios meses habían pasado ya, ahora no podría imaginarse sin ellos y eso le aterraba. La lógica que los guiaba era más compleja, su lazo dependía de su bestia tanto como de su parte humana: no habría marcas que les unieran de por vida, ni días seguros donde pudieran declararse que se tendrían para siempre.

Kun frotó su rostro entre las manos de Winwin y dejó un beso sobre su muñeca. El alfa sonrió y dejó beso sobre su frente.

En resto de sus compañeros les observó unos segundos, hasta que los hoyulos de Kun aparecieron y decidieron que su líder estaría bien.

Kun siempre estaría bien mientras todos estuvieran juntos. 

Soft kittyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora