Capítulo 20: El juego comienza

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Tal vez no sepa cómo empezar el día de hoy, saber que las cosas se me están escapando de las manos es difícil, siempre tuve el control de mi vida, ahora siento que la rutina es la que me controla.

Son años de experiencia, soy una asesina mis manos están manchas de sangre, pero nunca me espere esto, Madison estaba pagando con mis culpas, ella recibió el castigo que yo debía recibir. ¿Porque ella? La puse en riesgo, soy culpable de todo, si yo nunca me hubiera cruzado con ella en ese parque nada de esto estubiera pasando.

¿Como diablos la iba a encontrar en setenta y dos horas?

Tal vez yo no merecía que ella me llamara mamá, sabía que estaba en riesgo si estaba conmigo.

—Emma vuelve en si—escuche una voz a lo lejos—. Emma Madison te nesecita vuelve —dijo Tobias moviendime bruscamente.

—¿Porque ella?—le pregunte con un hilo de voz—.Ella es una niña inocente, ¿Porque mi pequeña y no yo? Ella no tiene la culpa de tener una maldita madre como yo—dije mientras ya algunas lágrimas recogían mis mejillas—. Su único pecado fue hablarme ese día, creer en mi y pensar que nunca le fallaría, ahora debe estar asustada din mí le prometi que no la dejaría y la deje. Toda es mi maldita culpa, no la supe proteger, si estubiera más presente ella estubiera bien, pero la abandone como abandono a todos, soy una mierda, una mierda de persona.

—Hey tranquila sabes que la encontraremos somos un grupo y no te abandonaremos por más difícil que sea la situación—se acerca Matt y me sonríe—. Moveremos cielo y tierra para traerla de vuelta.

—Pero si no la encontramos, si él la asesina primero. Joder nunca me voy a perdonar si a ella le ocurre algo, mi pequeña no tenía nada que ver en toda esta mierda.

—Hey idiota—se acerco Tobias—. Ya basta, es suficiente, deja de auto lastimarte joder, necesito que para esto vuelva la Emma del pasado, necesito que vuelva la Emma fría y calculadora del pasado, porque así como estas solo estamos perdiendo tiempo y uno muy valioso, tenemos que encontrarla y tú solo lloras, en estos momentos no necesitamos a una cobarde.

—Tobias—le regaña Matt—. Dejala tiene todo el derecho de llorar si ella quiere, secuestraron a su hija eso es suficiente para hacer sufrir a una persona.

—Pero para Emma no lo era, ella en vez de estar llorando, estaría moviendo cielo y mar para encontrarla, no estaría perdiendo tiempo.

—Tobias estas siendo muy duro con Emma—Me defendió Matt. Mientras tanto yo limpie los restos de lágrimas.

—Tobias tiene razón Matt— ambos volvieron a verme—. Soy una maldita cobarde, necesito volver hacer yo, hacer la misma de antes para salvarla—camine hasta las escaleras—Esperen me quiero cambiarme antes de irme y despertare a Victoria para que te ayude con esa herida.

—Tranquila aquí te esperemos.

En mi habitaciones me cambien con la ropa que usaba para las carreras: un pantalón negro, una blusa blanca, una chaqueta negra y mis zapatillas del mismo color. Después de eso limpie mi cara con toallitas húmedas.

Al salir me dirigí a la habitación de Madison donde el cuerpo inconsciente de Victoria estaba. Busque alcohol y un algodón en el botiquín. Luego camine hasta ella, moje el algodón con alcohol y se lo puse en la nariz, minutos después ella reacción y de inmediato se sienta.

—Hey tranquila te vas a lastimar—le sonreí.

—¿Que sucedió? Iba a ir a recoger a Madison.

—Nada parece que entraron a la casa y te golpearon lo que me sorprende es que no te diste cuenta, ¿que te paso a ti?

-Nada, los años no pasan en vano Emma, ya no soy una jovencita.

Obligada a ser tuya. En Edicion.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora