Capítulo 10:Nuestra hija.

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Listo, ya Madiso tenía nuestros apellidos quién lo dirá el gran Matías Valverde estaba ahora casado y con una hija que raro esta el mundo. El gran mujeriego había sido domado como león de circo. Pero a quién le importaba, sola a la gran multitud de chicas que era amantes de él.
Madison Valverde Ruiz, hija del gran magnate de los negocios, el hombre que hacia que todos hicieran lo que a él le viniera en gana, un hombre con mucho poder. Después de haber salido del despacho de su abogado que lo concidero que es un hombre muy atractivo lastima que yo le soy fiel a mi marido porque no dudaría en ponerle los cuernos con semejante guapura alto, guapo y elegante era como podía describirlo con esos ojos color negro oscuro que podía volver loca a cualquier mujer solo con mirarlo podía sentir como mi cuerpo se tenzaba lo deseaba un abogado sexy.

Pero aquí venía siempre la comparación con Matías. El abogado no era feo pero sus labios finos no se pueden compara con los labios gruesos y rosados de Matías, Fernando el nombre del abogado el era solo un poco alto que Matías, pero como iba a comparar los ojos Azul oscuro que al volverte a ver con su mirada frías te intimidan, Matías es el hombre perfecto para todo tipo de chica pero el abogado no se queda atrás lo máximo que tiene es veinte siete años me quedaría con ambos pero si me pusieran elegir elegiría a Matías el llena todas las expectativas de una mujer, sus labios son sabrosos y su cuerpo ni hablar, un pecado para una mujer apuesto que tan solo lo veas te mojas.

—¿Que diablos le veias tanto a Fernando? —pregunto molesto ¿a este que le pico?—Apuesto que si yo no hubiera estado con ustedes te lo coges hay justo encima de su escritorio.

—Celoso querido—dije abriéndole la puerta a Madi ella sube al coche al cerrar la Matías me acorrala en ella.

—Emma sos MI mujer no de él —dijo recalcando el mi era raro en el.

—¿Ahora soy tu mujer? —le pregunte enrollado mis brazos en su cuello ya era casi imposible resistirse a el, lastimosamente ya había caído en sus garras, ya me gustaba—.Pero cuando te acuestas con cualquier zorra se te olvida eso.

—No sos mía y no quiero que veas a otro hombre que no sea yo porque todo tu cuerpo me pertenece—me beso con lojuria—recuerda sos solo mía y de nadie más... —lo calle con un beso, sus labios encajan perfectamente con los míos. Al faltar me aire le muerdo lo cual el suelta un pequeño gemido y una sonrisa aparece en mis labios.

—Si quieres que yo sea tuya tú solo debes ser mío y no vallas a revolcarte con cualquiera que camine con falda y tenga senos llenos de silicona.

—Si tú lo dices pero esto ¿adonde los lleva? —se separo y subió al coche y yo hago lo mismo.

—Nos lleva a conocernos más aunque algunos ya conocen de más.

—Pero quiero que sepas algo yo no soy de ese hombres detallistas y extremadamente cursis yo no soy de esos.

—Como Cristian Grey un amo—si había leído ese libro.

—Tampoco—dijo y de inmediato mi mirada busco la suya— Vi la película con Kim y yo nunca te haría daño.

—Volviendo al asunto de los detalles no quiero que lo seas, no es que quiero decir que los detalles no me gusten pero un hombre demasiado cursi me llego a sentir un poco ahogada—. Miro la parte trasera del auto donde venía la pequeña jugando con una muñeca después vuelvo a ver al frente pero bajo la mirada donde se encuentra la mano de Matías desearía tomarla como una pareja normal—¿A que nos lleva todo esto? Me refiero... ¿Que somos?

—No sé—dijo ¿nervioso? Nunca me imagine a Matías nervioso es la primera vez—y si somos solo novios— y de repente mi mente quedo en blanco no se si fue una sugerencia o era una pregunta.

Obligada a ser tuya. En Edicion.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora