Nuevo rumbo.
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Runaan; continente de Waterlard, océano de Waterseven.
-¡Khuzu! Que alegría verte, camarada. -Shanks fue hacia él y le dio un golpe en el hombro al hombre que seguía tumbado. -Hemos estado los dos juntos desde que éramos unos chiquillos, ¿eh?. -sonrió ampliamente.
El gran hombre también sonrió de la misma manera.
-Eran buenos tiempos... -dijo con melancolía.
-Si... -le contestó de la misma manera mientras que su mirada se dirigía al otro chico. -¿No me dices nada, Haley?
Miré hacia su misma dirección, el chico rubio estaba con los brazos cruzados y con una expresión seria.
-Bienvenido, Capitán. -su voz era grave y profunda. Puso sus manos a los costado de su cuerpo y se marchó por una de las puertas que llevarían a no se donde.
Shanks simplemente rió.
-Haley siempre es así, disculparle. -habló la feliz voz de Howell.
-Habrá ido bajo cubierta, cómo siempre. -dijo cruzandose de brazos Heimer.
-Bueno, Capitán, ¿quién son estos hombres? -nos vio con curiosidad Khuzu.
-Son los hermanos Lavoie. -contestó Shanks.
-Soy K.Lavoie y él es mi hermano, H.Lavoie. -yo simplemente moví mi cabeza en señal de saludo.
-En ese caso me presentaré formalmente. -comenzó a levantarse lentamente. -Mi nombre es Khuzu Hamilton y soy el cocinero de este barco, a si que, cuando esté en hora de siesta no me despertéis si no queréis ratas muertas en vuestra sopa. -Shanks soltó una carcajada.
-Cierto, cierto. Es capaz de hacerlo. -continuaba riendo. -Un día me encontré en mi sopa un dedo cortado junto a varios pelos y una cucaracha. -paró de golpe la risa. -Aún sigo sin saber de quien era ese dedo. Siempre pensé que era de Roller, un antiguo tripulante. -se quitó su sombrero y se lo puso en el pecho. -Pobre hombre.
Mi hermano y yo nos miramos y luego vimos a Khuzu.
-No lo haremos, tranquilo. -respondió, Ken.
-¡Capitán! -exclamó Heimer y Shanks le miró al igual que yo. -Deberíamos poner rumbo a Runaterra, necesitamos víveres y tenemos oro suficiente, además, es peligroso navegar por los alrededores de Valoran, te estarán buscando.
-Cierto... -llevó su mano a su mentón Shanks. -¡Ponemos rumbo a Runaterra! Así volveré a ver a la preciosa Diana Barnes. -hizo una pausa. -¡Howell!
-¡Si, Capitán! -se puso enfrente de él con rapidez.
-Ya sabes que hacer. -sonrió de lado.
-¡Enseguida! -se fue corriendo.
-¡Heimer!
-¡Capitán! -se puso enfrente de él.
-¡Ve a izar las velas! -el otro chico fue corriendo a lo que le ordenó.
-¡Novatos! -nos llamó Shanks. -¡Ir a izar las velas al lado opuesto de Heimer!
-¡Voy! -habló mi hermano y los dos nos giramos para irnos, pero algo me detuvo y vi como mi hermano se alejaba de mí, me giré y era Shanks el que me había detenido.
-Tú ve al camarote del capitán, osea, mi camarote, tenemos que hablar sobre varias cosas. -señaló hacia una puerta que estaba en popa. Yo simplemente asentí y fui sin prisa. Alce la vista y vi a Howell en el timón, preparado para poner rumbo.
-¡Khuzu alza el ancla! -ordenó Shanks.
El hombre que había desaparecido después de amenazarnos estaba en proa, agarrando una cuerda. Al oír la orden de Shanks comenzó a moverla hacia él, subiendo el ancla. Volví la mirada hacia Howell que estaba mirando hacia Khuzu, al ver que
había terminado agarró con fuera el timón.-¡Rumbo puerto de Risendell! -gritó mientras que Heimer y mi hermano bajaban y subían algunas velas. Las necesarias.
Yo continué mi camino y entré al camarote de Shanks. Era su despacho, había una mesa, una silla, varios sillones y estanterías con libros. Bastante bonito. Me quedé de pie, esperándole.
No tardó mucho en entrar.
-Siéntate. -señaló un sillón, le hice caso y cerró con pestillo la puerta, al ver ese acto me quité el sombrero, dejando mi rostro al descubierto, poco después, Shanks, se sentó enfrente mía.
-¿De que quieres hablar, Sha- -me detuve. -quiero decir, Capitán?
-Puedes llamarme Shanks, Hera, aquí no nos van a escuchar. -simplemente asentí. -He estando pensado en que es la primera vez que sales de Valoran y que no sabrás muchas cosas, ¿me equivoco?
-No del todo, la única información que tengo es la que conseguía leyendo los informes de mi padre. -le respondí mientras me cruzaba de piernas y apoyaba mi espalda en el respaldo del sillón.
-¿Sabes quién es Diana Barnes? -preguntó sin rodeos mientras me miraba a los ojos.
-Lo único que sé es que es una famosa comerciante de Cark. -mantení su mirada. Sus ojos eran de un azul oscuro hipnótico.
-Si, no te equivocas. -apartó un mechón de su pelo negro de su cara y lo colocó hacia atrás. -En Cark hay tanto comercio de víveres, armas, barcos... y si sabes dónde buscar, esclavos. Es claro, ella es la dueña de todo, incluso del mercado negro, aunque, obviamente lo niega.
-¿Y no le traicionan? Podrían quedarse con todas sus riquezas. -me crucé de brazos.
-Si tanto te interesa su oro inténtalo, busca pruebas para quedarte con todo su poder. Pero vas a morir, ya te he dicho que controla el mercado negro de Cark, la capital del comercio. Tiene contactos, es una mujer respetada y temida.
Alcé una ceja. ¿Tan poderosa era? Supongo que si, controlando Cark y todo su comercio haces unas buenas riquezas y el oro hace el poder y más que controla el mercado negro, eso le tiene que dar seguridad, proporciona cosas que nadie más lo hace y nosotros, los piratas, nos aseguramos de que tengamos nuestras cosas... lo tiene todo muy bien montando, es una chica muy lista.
-Ya veo. ¿Iremos a verla? -pregunté mirando seriamente a Shanks.
-Si, después de todo necesitamos víveres. -me guiñó un ojo y rió.
Definitivamente este hombre estaba loco.
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La Tierra de Runaan.
MaceraNací en el continente de Waterland, en una isla al este, llamada Valoran. La isla más temida por los piratas en toda Runaan. Mucho de los grandes piratas han sido asesinados aquí, en esta pequeña isla. Procedo de una familia adinerada. Los Losey. Mi...