Capítulo 🏴‍☠️☠️☠️

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Nuevo rumbo.

»«

Runaan; continente de Waterlard, océano de Waterseven.

-¡Khuzu! Que alegría verte, camarada. -Shanks fue hacia él y le dio un golpe en el hombro al hombre que seguía tumbado. -Hemos estado los dos juntos desde que éramos unos chiquillos, ¿eh?. -sonrió ampliamente.

El gran hombre también sonrió de la misma manera.

-Eran buenos tiempos... -dijo con melancolía.

-Si... -le contestó de la misma manera mientras que su mirada se dirigía al otro chico. -¿No me dices nada, Haley?

Miré hacia su misma dirección, el chico rubio estaba con los brazos cruzados y con una expresión seria.

-Bienvenido, Capitán. -su voz era grave y profunda. Puso sus manos a los costado de su cuerpo y se marchó por una de las puertas que llevarían a no se donde.

Shanks simplemente rió.

-Haley siempre es así, disculparle. -habló la feliz voz de Howell.

-Habrá ido bajo cubierta, cómo siempre. -dijo cruzandose de brazos Heimer.

-Bueno, Capitán, ¿quién son estos hombres? -nos vio con curiosidad Khuzu.

-Son los hermanos Lavoie. -contestó Shanks.

-Soy K.Lavoie y él es mi hermano, H.Lavoie. -yo simplemente moví mi cabeza en señal de saludo.

-En ese caso me presentaré formalmente. -comenzó a levantarse lentamente. -Mi nombre es Khuzu Hamilton y soy el cocinero de este barco, a si que, cuando esté en hora de siesta no me despertéis si no queréis ratas muertas en vuestra sopa. -Shanks soltó una carcajada.

-Cierto, cierto. Es capaz de hacerlo. -continuaba riendo. -Un día me encontré en mi sopa un dedo cortado junto a varios pelos y una cucaracha. -paró de golpe la risa. -Aún sigo sin saber de quien era ese dedo. Siempre pensé que era de Roller, un antiguo tripulante. -se quitó su sombrero y se lo puso en el pecho. -Pobre hombre.

Mi hermano y yo nos miramos y luego vimos a Khuzu.

-No lo haremos, tranquilo. -respondió, Ken.

-¡Capitán! -exclamó Heimer y Shanks le miró al igual que yo. -Deberíamos poner rumbo a Runaterra, necesitamos víveres y tenemos oro suficiente, además, es peligroso navegar por los alrededores de Valoran, te estarán buscando.

-Cierto... -llevó su mano a su mentón Shanks. -¡Ponemos rumbo a Runaterra! Así volveré a ver a la preciosa Diana Barnes. -hizo una pausa. -¡Howell!

-¡Si, Capitán! -se puso enfrente de él con rapidez.

-Ya sabes que hacer. -sonrió de lado.

-¡Enseguida! -se fue corriendo.

-¡Heimer!

-¡Capitán! -se puso enfrente de él.

-¡Ve a izar las velas! -el otro chico fue corriendo a lo que le ordenó.

-¡Novatos! -nos llamó Shanks. -¡Ir a izar las velas al lado opuesto de Heimer!

-¡Voy! -habló mi hermano y los dos nos giramos para irnos, pero algo me detuvo y vi como mi hermano se alejaba de mí, me giré y era Shanks el que me había detenido.

-Tú ve al camarote del capitán, osea, mi camarote, tenemos que hablar sobre varias cosas. -señaló hacia una puerta que estaba en popa. Yo simplemente asentí y fui sin prisa. Alce la vista y vi a Howell en el timón, preparado para poner rumbo.

-¡Khuzu alza el ancla! -ordenó Shanks.

El hombre que había desaparecido después de amenazarnos estaba en proa, agarrando una cuerda. Al oír la orden de Shanks comenzó a moverla hacia él, subiendo el ancla. Volví la mirada hacia Howell que estaba mirando hacia Khuzu, al ver que
había terminado agarró con fuera el timón.

-¡Rumbo puerto de Risendell! -gritó mientras que Heimer y mi hermano bajaban y subían algunas velas. Las necesarias.

Yo continué mi camino y entré al camarote de Shanks. Era su despacho, había una mesa, una silla, varios sillones y estanterías con libros. Bastante bonito. Me quedé de pie, esperándole.

No tardó mucho en entrar.

-Siéntate. -señaló un sillón, le hice caso y cerró con pestillo la puerta, al ver ese acto me quité el sombrero, dejando mi rostro al descubierto, poco después, Shanks, se sentó enfrente mía.

-¿De que quieres hablar, Sha- -me detuve. -quiero decir, Capitán?

-Puedes llamarme Shanks, Hera, aquí no nos van a escuchar. -simplemente asentí. -He estando pensado en que es la primera vez que sales de Valoran y que no sabrás muchas cosas, ¿me equivoco?

-No del todo, la única información que tengo es la que conseguía leyendo los informes de mi padre. -le respondí mientras me cruzaba de piernas y apoyaba mi espalda en el respaldo del sillón.

-¿Sabes quién es Diana Barnes? -preguntó sin rodeos mientras me miraba a los ojos.

-Lo único que sé es que es una famosa comerciante de Cark. -mantení su mirada. Sus ojos eran de un azul oscuro hipnótico.

-Si, no te equivocas. -apartó un mechón de su pelo negro de su cara y lo colocó hacia atrás. -En Cark hay tanto comercio de víveres, armas, barcos... y si sabes dónde buscar, esclavos. Es claro, ella es la dueña de todo, incluso del mercado negro, aunque, obviamente lo niega.

-¿Y no le traicionan? Podrían quedarse con todas sus riquezas. -me crucé de brazos.

-Si tanto te interesa su oro inténtalo, busca pruebas para quedarte con todo su poder. Pero vas a morir, ya te he dicho que controla el mercado negro de Cark, la capital del comercio. Tiene contactos, es una mujer respetada y temida.

Alcé una ceja. ¿Tan poderosa era? Supongo que si, controlando Cark y todo su comercio haces unas buenas riquezas y el oro hace el poder y más que controla el mercado negro, eso le tiene que dar seguridad, proporciona cosas que nadie más lo hace y nosotros, los piratas, nos aseguramos de que tengamos nuestras cosas... lo tiene todo muy bien montando, es una chica muy lista.

-Ya veo. ¿Iremos a verla? -pregunté mirando seriamente a Shanks.

-Si, después de todo necesitamos víveres. -me guiñó un ojo y rió.

Definitivamente este hombre estaba loco.

La Tierra de Runaan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora