Capítulo 9

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Antes de terminar mi frase, llego a toda velocidad un joven ya más grande que yo. Llegaba en una bicicleta montañera. Se llamaba Miguel. Corto nuestra conversación entro a la reja y saludo primero a Julia. Me miro.

-Miguel él es Iván...

-Hola – me dijo.

-Qué tal...- estirando mi mano.

Me corto toda inspiración y magia que traía yo para Julia. Miro a Julia y en mis narices le dijo que la invitaba a salir el catorce, ella acepto. El la abrazo; no recuerdo que más le dijo, se despidió y se fue por donde vino. Si fue así de rápido, me hicieron un *Gol Maradoniano. Se llevó a todos y anoto. Al retomar la conversación le invente algo. Le dije que ya sabía con quien iba a salir y todo. Me fui triste.

Parecía que ese tal Miguel era uno de los que estaba con ella en el parque esa vez que me caí. En fin, era demasiado tarde. Miguel tenía ya veinte años, y claro tenía la experiencia con las chicas. Maldije mi suerte todo ese día y evitaba que ella me viera en la semana. Un día antes del catorce vino Alejandra y conversamos. Le conté lo sucedido.

No había nada ya que pueda hacer. Mi suerte era algo que no existía en mi vida y ni hablar del amor. Si había salido, besado. Pero no había entablado una relación. Claro ya con todo lo que me estaba pasando, sentía sentimientos encontrados. Emociones que no había sentido nunca. Pensé que me estaba enfermando. Y si me estaba enfermando de amor hacía otra persona. La pensaba, la extrañaba. Verla me causaba alegría y también desesperación, porque quería abrazarla estar con ella. Cuidarla y besarla.

Mis padres se fueron ese día a un evento social en el centro de Tacna. Quede con mi hermana mayor y mi pequeño hermano. Yo no tenía intenciones ni siquiera de asomarme a la ventana. Pensaba solo en Julia.

Por alguna razón ya casi a las seis de la tarde mi hermana me mando a comprar pan. Fui en mi bicicleta y decidí darme una vuelta por el parque "Espíritu santo" vaya nombre, pero a decir verdad esperaba un milagro que no pensé que iba a llegar. Ya tenía el pan en la mano. No era grande la bolsa de papel, pero si era un bulto. Al dar la vuelta al parque en una de las bancas estaba Julia y Miguel conversando. Me detuve en seco con la bicicleta.

Claro deben de saber que aquí en Perú ya a las 6:15 pm oscurece, y al pasar los minutos ya cae la noche. Miguel se dio cuenta de mi presencia y hizo todo lo posible para que Julia no me viera. Al parecer su conversación cambio repentinamente y se pararon. De pronto paso lo que tenía que pasar. Él la beso. No sé si hice mal, pero cerré los ojos y moví la bicicleta rápidamente. Sali a toda velocidad. Sentía como si una energía eléctrica corriera por mi cuerpo hasta llegar a mis ojos. Sí, y mis ojos que se llenaron de lágrimas en instantes.

Llegue a mi casa deje el pan en la mesa y subí a mi cuarto. Pegue el llanto en la cama. Parecía que el mundo había llegado a su fin. No sé qué paso. Lo recuerdo bien estaba mal. Daba vueltas y no entendía que me pasaba.

Es extraño, mi prima llego y me busco arriba en mi habitación. Hablamos y le conté lo que había pasado. Lloro conmigo y me abrazo. Me calmo y me dijo hay una fiesta, ya le dije a Micaela (Mi hermana mayor) y me dice depende de ti. Insistió y me convenció de ir, de distraerme. Al bañarme y verme en el espejo mi rostro parecía el de un boxeador golpeado. Los ojos hinchados, rojos. Las cejas caídas, los labios secos. Pero estaba aún de pie. Y conocí otra palabra, el desamor. Sí, cuando aparece el desamor todo lo vuelve oscuro y todo parece el final. Pero el día no había acabado aún.

Fuimos a una fiesta que estaba en el barrio de los Cipreses, a diez minutos de mi casa. Me cambie bien ya saben, algo rockero o casual. Me peine, use mis colonias, claro de tras estaba mi prima dándome los consejos y diciéndome que me olvide y que me despeje con otras chicas. Recuerdo que fuimos un grupo de cinco varones y 8 mujeres creo, la cosa que fuimos caminando. Al llegar era una fiesta a luces. Era muy común el tipo de fiestas así a finales de los noventa.

Entramos, las chicas se sentaron y los hombres nos quedamos parados. Yo aún seguía zombi pensando en Julia. Quieran oh no, su mirada y todo su ser se reflejaba en mi mente. Aún tenía esperanzas de querer verla. La bulla era total, había de música: Techno, Reggae, rock en español e inglés etc. Mientras todos bailaban, camine a comprar una gaseosa a la pequeña barra montada con una mesa larga. Al comprar la gaseosa mire al costado y estaba allí mirándome con esos grandes ojos hermosos y su cabello largo, si la había llamado con el pensamiento. Y quería que este a mi lado. Sí, era Julia.

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*Gol Maradoniano : El Gol del Siglo, también conocido como el gol a los ingleses, el mejor gol del mundo, La Jugada de Todos los Tiempos o el mejor gol en la historia de la Copa Mundial de Fútbol, fue un premio al mejor gol marcado en un encuentro de finales de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA. Lo hizo el futbolista Diego Armando Maradona, por eso el nombre de "El gol Maradoniano"

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