Capítulo 6

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-Dame eso – dije.

-Pero responde mi pregunta primero – dijo mi prima.

Mi prima Alejandra era como la hermana que no tenía de mi edad. Me llevaba por solo dos años. No tenía mas salida que decirle quién era Julia. Pero ¿Qué pasaría si lo supiera? No le respondí. Me senté nuevamente en la cama y dejé la guitarra de lado. Ella se sentó a mi lado y puso la hoja sobre mi pierna.

-Lo siento, no quise que te molestes.

Ella noto creo que si estaba enamorado. Tomo mi hombro.

-Puedes confiar en mi Iván...

-Sal de mi habitación – le dije.

Mi prima salió sin reparo. Arrugue el papel y lo aventé por un rincón de mi habitación. Me sentía descubierto. Sentía como si lo que sentía por Julia había sido vulnerado, tocado. A caso ¿Es así el amor? Te idiotiza, te vuelve débil o fuerte. No lo sabía. A su vez me sentía contento, no sé. Era raro yo estar alegre con tan solo recordar a Julia en mis pensamientos.

Ese sábado Salí a correr al parque central de la ciudad, estaba dando unas pequeñas vueltas y luego iba a jugar *fulbito con los amigos del barrio. Ya saben toda esa rutina de juntarse, apostar y pasarla bien. Al estar corriendo vi a Julia con dos chicos también. Me detuve y observé que de rato en rato paraban y hablaban. Yo estaba casi cerca a ellos, así que me detuve. Me senté en el gras para descansar y no ser descubierto. Veía como hablaban, a ella le parecía gustar uno de ellos.

Sí, tal vez tenía celos. Todos aquellos sentimientos en mí eran nuevos, lo digo en serio. Cómo era de esperarse un jardinero de allí alardeo a que salga. Tenía en su voz un parlante grande. Me grito; me pare y Sali. Pero al querer saltar una pequeña baranda que rodeaba el parque caí aparatosamente golpeándome el mentón. La caída fue un poco fuerte.

La poca gente que pasaba comenzó a reír y atraje la atención de Julia. Al pararme rápido ella solo me observaba, no reía como los otros. Hasta sus amigos se burlaron de mí. Me fui caminando tomándome el mentón, que por cierto al escupir bota un poco de saliva con sangre.

Caminé lo más rápido que pude sin mirar atrás. Mientras me iba, comencé a escuchar mi nombre a lo lejos.

- ¡Iván espera!

Me di cuenta que era Julia que venía trotando. Me quede parado a esperarla.

-Iván ¿Estás bien?

-Si.

-Pero ¿Qué te paso?

-Nada.

-Cómo que nada, tu mentón está rojo.

-Así, me caí corriendo. Pero no es nada.

Me volví más rojo que el tomate. Camino junto a mi lado, hasta llegar unas bancas y me pidió sentarnos. Eran casi las siete de la mañana.

- ¿Y tus amigos? – dije.

-Esos idiotas. Los dejé, se burlan de todo.

-Si ya veo ¿Por qué me seguiste?

Esa pregunta cambio el tono en que me miro ella. No sé; vi algo. Ese momento fue especial. Tan solo haberse acercado ya para mi era la gloria no me importaba nada. Ni la caída, ni el sol. Me importaba solo estar allí sentado con ella.

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*Fulbito : Fútbol sala en loza o pista, Con un máximo de 6 jugadores y mínimo de 3 jugadores.


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