Brave
Algo me sobresalta por completo y entonces abro los ojos de golpe al escuchar la vibración de mi móvil. Me giro algo aturdido hacia mi derecha antes de desbloquear la pantalla del dispositivo.
Me doy cuenta de que no estoy en casa cuando la intensidad de la luz del techo no es clara, sino rojiza y oscura, sin embargo, tiene una especie de degradado que va alternándose cada tres segundos con ambos colores. Debe ser algún tipo de tecnología eléctrica avanzada. A mi derecha puedo ver el cabello negro de Scar cayéndole por la espalda y escucho su profunda respiración. Por ello empiezo a ser consciente de que estoy en la guarida, en el lugar que más se parece a mi hogar..., pero no recuerdo absolutamente nada que tenga que ver con antes de haberme acostado con ella.
Cuando la chica que tengo al lado balbucea levemente y se aferra más a su almohada, me incorporo en la cama y desbloqueo el móvil para ver quién demonios me ha escrito un mensaje a las siete de la mañana.
''¿Quién coño te crees que eres para meter a mi prima en un camión cargado de heroína?'' - Dante.
¿Qué?
Frunzo el ceño y me froto los ojos un par de veces antes de releer el mensaje. No recuerdo haber hecho nada de eso...
Pero, inconscientemente me siento mucho más preocupado y aturdido de lo que debería. Creo que mi subconsciente me la está jugando.
Inmediatamente me apresuro a vestirme para salir de aquí y llamarla. No pienso responder a Dante, quizás solo me esté buscando las cosquillas o algo por el estilo, y desde luego, no pienso caer en su juego de ninguna de las maneras. Sé que no me conviene.
Intento hacer el menor ruido posible cuando cierro la puerta de hierro y bajo las escaleras a trote mientras me coloco mi chaqueta de cuero negra y marco el número de Faith. Antes de pulsar en la pantalla, alguien interrumpe mi camino.
—¿A dónde coño vas con esas prisas? —levanto la cabeza y me encuentro con el rostro demacrado que suele tener Wound después de colocarse intensamente durante horas.
—Aparta imbécil, apestas a whisky y a químico puro —hago una mueca de asco y lo empujo con fuerza para apartarlo. Cuando pongo distancia entre nosotros y avanzo por delante de él, me giro y le digo: —Tengo que solucionar un par de asuntos, cuando acabe te llamaré..., supongo que necesitaré que me aclares algunas cosas que pasaron anoche.
Wound asiente y se echa a reír, pero ni siquiera me giro para pegarle un puñetazo por lo desagradable que es. Mientras escucho su pesada y carrasposa risa por la parte de abajo del edificio, abro bruscamente la puerta que da al callejón de la calle y la llamo. Estoy algo inquieto, me pone nervioso no saber qué es lo que está pasando.
Sé que es poco probable que me lo coja a estas horas, pero vamos... es Faith. Siempre le puede la curiosidad.
Para mi desgracia, cuando salgo al exterior de la guarida un estrepitoso trueno hace que me sobresalte de pleno. Levanto la vista al cielo, hoy parece que tampoco me acompaña el día con la buena suerte que suelo tener siempre.
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Black Roses ©
General FictionNo le temo al infierno... nací jugando con fuego, vivo jugando con fuego y moriré jugando con fuego. No siento absolutamente nada, no siento compasión por nadie y mucho menos por mí. He hecho cosas horribles, tantas, que ya ni siquiera me arrepiento...