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Estaba agotado, podría decir que ya no sentía que saliera una lágrima más, mis hombros estaban tan cansados, Echo estaba acostada su cabeza reposaba entre mis piernas, nuestro pequeño había caído a un coma y verlo allí tan indefenso, lleno de aparatos me rompia más el corazón que cualquier cosa terrible que hubiese pasado con anterioridad.

Ya había perdido la noción del tiempo, ya no sabía si era de día o de noche desde que había entrado a esta habitación no había salido desde entonces, quería salir si claro pero con mi hijo entre brazos, con su pequeña risa y sus babuseos que comenzaban a formar leves palabras

- Lincoln -

Escuché su voz, tal vez entre sueños la extrañaba y deseaba que ella estuviera aquí, si tal vez solo era eso una alucinación de mi cansancio

- Lincoln!? -

Cuando mire hacia la puerta allí estaba ella, parada como la mujer que ahora era, pantalones a la cadera algo anchos con una blusa a botines verde, y con nuestra pequeña en brazos, me levanté con cuidado posando la cabeza de Echo sobre un cojín que hacía a un lado mío

- Octavia, que haces aquí!? -

La abracé mientras le daba un leve beso a la pequeña en sus brazos

- Me enteré que tu hijo empeoró y bueno, yo, yo solo quiero decir que aquí estoy apoyando a ambos -

Su mirada se adentro a donde se encontraba Echo y después volteó a regalarme una leve sonrisa

- No es lugar para la niña, y gracias en verdad -

Me volvió a sonreír y puedo jurar que eso me daba mil fuerzas más

- lo se, pero solo pasé a decir eso, yo es decir es un niño y bueno yo me moriría si algo le pasará a Darla así que me imagino como se a de sentir Echo -

Su rostro cambio, si algo amaba de Octavia era su humanidad, su tacto y sin dudar no pude evitar, me deje ir a los brazos de aquella mujer sintiendo como nuestra pequeña se removía por ser aplastada

Y sólo duró un segundo, un maldito segundo cuando todo comenzó a sonar, cuando los gritos de Echo se hicieron escuchar, ojalá hubiera sido por verme abrazado con Octavia, pero no mi pequeño bebé maldición solo era un segundo un segundo el que había sucedido.

Echo nos hizo a un lado gritando con desesperación a las enfermeras, el pequeño sonido me retumbaba en mis orejas, mire a ver a Octavia como se aferraba a Darla mientras sus lágrimas caían, los doctores entraron tan deprisa que fue allí cuando comencé a reaccionar.

Tome a Echo entre mis brazos mientras veía como destacaban el pecho de mi pequeño y con las paletas haciendo un extraño ruido Lass dejaban caer sobre su pecho, una y otra, otra vez

- Bellamy, donde está Bellamy -

Los gritos de agonía de Echo se ahogaban en mi pecho, había perdido de vista a Octavia, una enfermera nos ayudó a salir de allí, con las uñas entre la espalda de Echo logré salir, y allí fuera miraba como todos se movían como aquélla línea seguía recta, como el pecho de mi pequeño ya no subía, quería llorar y gritar sacar a todos de allí y sujetar a mi hijo entre mis brazos.

Pero sin embargo solo me quedé allí sujetando a aquella mujer, y allí fue donde no pude más, donde solo escuché hora de la muerte, jamás jamás había abrazado a alguien como en estos momentos tenía a Echo, todo se me vino al suelo, podía escuchar el corazón de Echo y el mío romperse al mismo tiempo, ella se soltó de mí y salió corriendo a la habitación, tomo a mi pequeño entre sus brazos y comenzó a llorarle a moverlo con la esperanza de una señal que nos dijera que estaba bien, sin embrago solo se quedó quieto.

Liberada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora