Capítulo 20

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El día avanzaba y poco a poco el jardín comenzaba a lucir más llamativo. A Yaten se le ocurrió armar una base pequeña de escenario y aunque les quitó gran parte del tiempo, pudieron dejarla lista por completo y luego de eso ya solo les falta colocar todas las luces decorativas para terminar con la iluminación y poder ocuparse de las decoraciones menores del resto de los alrededores.

––Ya debería ir por Seiya ––dijo Yaten al ver el reloj y suponer que Taiki no tardaría en llegar.

––Si quieres puedo ir yo, estas algo ocupado ––sugirió Serena porque él estaba sosteniendo la escalera mientras Mina estaba en lo más alto extendiendo las luces en la pérgola.

––Tienes razón. Su habitación está casi al final del pasillo a mano izquierda.

––Okey ––e hizo a un lado las luces que colocaba en los arbustos––. Acompáñame Chibi-Chibi.

––Okey ––dijo con una sonrisa y dejando en el suelo las florecillas blancas que colocaba alrededor de los pilares de la entrada.

De la mano volvieron al interior de la casa y la pequeña guio a Serena. Ella abrió la puerta con cuidado y él aún dormía profundamente, así que Chibi-Chibi buscó el control que abría las cortinas para iluminar la habitación con los rayos del radiante sol que indicaba que no eran horas de dormir.

––Creo que nunca la hubiera imaginado de esta manera ––pensó Serena al ver todo con mejor detalle.

La modesta habitación estaba decorada con un par de mesitas de noche a cada lado de la enorme cama de robusta madera color pardo oscuro, un cuadro de una constelación de estrellas sobre la cabecera. Tenía una lámpara de pie al lado de un sillón junto a una biblioteca en donde había algunos libros, un reproductor de música y algunas fotografías de él con sus hermanos, con Fighter, las chicas y Adara...

––¡Seiya, Seiya! ––le llamaba Chibi-Chibi––. Despierta, es tarde. Tienes cosas que hacer.

Pero él solo se movía y se quejaba para que lo dejaran descansar un poco más.

––¡Despierta ya dormilón! ––dijo Serena entre risas mientras lo movía.

––¿Por qué quieres que despierte? ––dijo entre dormido y la hizo caer en la cama junto a él––. Deberías estar descansando.

Serena estaba sonrojada al estar en su cama y con él abrazándola. Por un momento sintió deseos de volver a besarlo, pero sabía que eso implicaba seguir lastimándolo si se daba cuenta y lo menos que quería era aumentar el daño que le había estado haciendo.

––¿Acaso debo elegirte? ––pensaba mientras acariciaba sus labios con cuidado.

––¡DESPIERTA! ––gritó Chibi-Chibi al brincar repentinamente en medio de ambos y causando que él se cayera de la cama, mientras que Serena se levantó rápidamente por el otro lado.

––¿¡Qué está pasando!? ––preguntó Seiya alarmado con la cara arrugada, los ojos cerrados al sentirse cegado por la luz que entraba a través de las ventanas y apoyándose a rastras en la cama––. ¿Quién me saco de mi cama?

––Yo ––dijo Chibi-Chibi mientras se acercaba y besaba su nariz para que no se diera cuenta que Serena se acomodaba––. Es tarde, tienes una canción que cantar, ¿¡por qué duermes tanto!? ––le regañó.

––¿Qué?

––¡La fiesta de Adara! ––dijo al sujetar su rostro con sus manitas.

––¡Rayos! ¿Ya pasó? ––y de un brinco se puso en pie.

¿Qué nos espera al Amanecer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora