Capítulo 27

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––Yumi, por favor pide la presencia de la Lord Hylux ––le pidió Seiya apenas llegaron al gran árbol en la cima de la colina del valle de los Nublin.

––No puedo hablar con Hylux mientras todavía haya rayos del sol iluminando los cielos.

––¿A quién puedes llamar entonces?

––A Lord Zylux.

––¿Zylux?

––Lo sé, pero es el mayor y solo él se mueve en el día. Si quieres esperamos que anochezca.

––No hay tiempo para eso, llámalo a él.

––¿Estás seguro?

Quizás él no estaba del todo seguro, pero era necesario y quizás lo mejor. Zylux era el mayor de todos y por ende el patriarca de la familia Nublin. Si Seiya pensaba hacer acusaciones, tal vez apelar directamente a su consideración le daría algo de ventaja... o no.

––Sé que es mala idea, pero sí, llámalo.

––Si tú lo dices... Fighter, esta alerta... Mina, mejor no te muevas.

––¡Eh... okey! ––y se colocó detrás de Fighter por si acaso.

Yumiko respiro profundo, hizo una reverencia, se apoyó sobre una de sus rodillas en el suelo, coloco una mano en el gran árbol y la otra la hundió en la tierra. De repente el viento comenzó a soplar con más fuerza y una figura hecha de tierra, del doble del tamaño de todos, apareció delante de ellos.

––En más de ocho milenios nunca nadie había cometido tal insolencia, ¿por qué osan abusar de sus privilegios al solicitar mi presencia? ––dijo la figura con voz gruesa y enojada.

––Señor Lord Zylux, gran jefe de la familia Nublin... soy Seiya Kou del viejo Kinmoku, actual habitante de Erídion y...

––Se muy bien quien eres jovencito ––le interrumpió––. Te he escuchado cantar en las noches más brillantes que iluminan mis dominios. Te creí más noble, ¿a qué debo tu sublevación?

––Creo que su hermano Lord Nox tiene cautiva la fuerza vital de una jovencita que pertenece a mi mundo y a las personas que la amamos, por favor, déjenla volver.

––¿Te atreves a decir que alguien de mi familia ha sido capaz de cometer tales injurias a la vida? ––y la figura aumento su tamaño––. Le estas declarando la guerra a fuerzas que no podrías controlar.

––Mi señor, solo le pido que se asegure de la veracidad de mis palabras y si estoy equivocado entonces ofrezco mi vida a cambio del perdón al resto de los habitantes de mi mundo.

––¿Y crees que tu elegante forma de hablar puede convencerme?

Una prisión de filosas piedras se formó alrededor de todas las chicas y a Seiya las ramas del gran árbol lo sujetaron por el cuello dificultándole respirar.

––No quiero convencerlo de nada ––dijo con la respiración entre cortada––. Pero ella es todo para mí y si por alguna mínima posibilidad llego a estar en lo cierto, me enfrentaría a Lord Nox para recuperarla.

––Jamás ninguno de ustedes nos derrotaría.

––Pero perdería más si ni siquiera lo intento.

El Lord no dijo nada, solo se acercó para mirarlo a los ojos y luego la tierra que formaba la figura cayó como si fuese polvo, al igual que las prisiones de las chicas y el árbol liberó a Seiya.

––¡Estás loco! ¿Te encuentras bien?

––Si chicas, solo... solo dejen que respire.

––¿Qué acaba de pasar?

¿Qué nos espera al Amanecer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora