┌── ⋆⋅𝐑𝐞𝐝𝐚𝐦𝐚𝐧𝐜𝐲⋅⋆ ──┐
El ángel habitaba en la tierra, su sangre, un río de anhelos, corría por sus venas. Sus ojos, como violetas destellos de misterio, y su cabello largo, un manto oscuro que cubría su espalda con la suavidad de un susurro. Siempre vestía un kimono rosa, adornado con delicados detalles rojos que parecían florecer al compás de su andar.
Su rostro, una sinfonía de ternura, irradiaba amor, belleza y pureza. ¿Era ella realmente su hija? La duda se enredaba en su mente como una bruma espesa. Él, un extraño en el reino de los afectos, no era más que un eco de lo opuesto a esa niña luminosa. Natsume, tan distante y fría, parecía un reflejo de su propia incomprensión.
¿Cómo había surgido de su unión esa dulce criatura, un destello de luz en medio de la penumbra?
Ambos conocían el mecanismo del deseo, pero la creación de esa niña era un enigma, un poema sin versos. No comprendían cómo podía nacer de ellos un ser tan puro, un regalo de lo inexplicable, cuya esencia desafía las sombras que los rodean.
Kamui descansaba sobre un árbol, intentaba pensar que hacer, lo estuvo pensando desde hace mucho. Hace una semana había pintado junto a Suiren y desde entonces no la vio más.
Ella no preguntaba mucho, él pensó que lo llenaría de preguntas y que sería una mocosa insoportable. Pero esa pequeña sólo le importaba la presencia de su padre, sin reclamos, ni quejas. Quizás no era demasiado tarde, esa niña estaba feliz por tener a su papá cerca. En otros casos, si la niña hubiera tenido más edad, seguro le hubiera reclamado y llamado abandonador. Era lo que Kamui esperaba que esa niña le dijera, pero en vez de eso, recibió su amor y bienvenida, fue la única que lo recibió bien en la tierra.Kagura caminaba de la mano de su pequeña sobrina. Sougo pasaba por ahí y comenzaron a discutir como de costumbre, la niña los ignoró y se adentró al parque.
Suiren se percata de la presencia de su padre a lo lejos sentado y apoyando su espalda en un árbol, donde no había nadie, todo era paz y calma, Kamui abre los ojos y ve que esa pequeña corre hacia él, no presentía un aura asesina por lo que se quedó quieto y espero su accionar. No sabía lo que haría. La niña se abalanzó sobre él y lo abraza.
Él sintió su muestra de afecto, no se inmutó ante su abrazo pero al bajar su vista la sonrisa que tenía era bellísima, tanto que se quedó viéndola embobado. ¿Por qué? ¿Por qué esa pequeña lo ve como alguien bueno si no lo es?
Debe ser el primer ser pequeño que lo abraza así en muchísimo tiempo. Una minúscula sonrisa se iba a formar en el rostro de Kamui, pero Kagura llegó arruinando el momento.La niña quería y protestaba quedarse a su lado, Kamui no quería, pero pensó en una idea que podía hacer con ella.
La bermellón acepta algo dudosa, no podía negarse a esa pequeña que consideraba una hija.Caminaban por el parque con sus paraguas en mano. Él de ella era color rojo y el de Kamui negro.
—Juguemos a un juego. —Dijo deteniendo su paso, estaban en el parque, este estaba vacío.
—¿Qué juego? —Preguntó interesada
—¿Ves esto? —Kamui cierra su paraguas. La pequeña asiente—Debes quitármelo, puedes golpearme, perseguirme o incluso... intentar matarme.
—¿Qué gano con eso? —Preguntó inocente
—¿Un juguete?—Lo que quieras. —Dijo, la pequeña sonríe, y corre con velocidad para luego saltar sobre él. Kamui se sorprendió, y la esquivo, Suiren golpeó el piso, lo había roto a penas.
—¡Que comience el juego! —Exclama ella eufórica.
Las patadas comienzan, Kamui se sintió algo orgulloso de ella, era fuerte, como él y como su madre, claramente fuerte para su edad, porque aún Suiren no lo ha superado, no es una oponente digna... aún. Él desea que se vuelva más fuerte, era su hija, su sangre, y debía ser poderosa. Suiren debía superar a Natsume y Kamui.
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𝐑𝐞𝐝𝐚𝐦𝐚𝐧𝐜𝐲 | 𝐊𝐚𝐦𝐮𝐢
Hayran Kurgu¿𝐐𝐮é 𝐩𝐚𝐬𝐚 𝐬𝐢 𝐬𝐮 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 𝐲𝐚𝐭𝐨 𝐞𝐬 𝐩𝐚𝐬𝐚𝐝𝐚 𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐚 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐝𝐚 𝐞𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐨𝐬 𝐲 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐮𝐬𝐢ó𝐧 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐲𝐚𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐚𝐜𝐭𝐢𝐭𝐮𝐝 𝐝𝐞 𝐭𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢𝐨? 𝐊𝐚𝐦𝐮𝐢 𝐗 𝐎𝐂 𝐇�...