Era una mañana nublada y húmeda en Nueva Mema. Los Memianos iban de aquí para allá haciendo las tareas que le correspondían. Una madre y su pequeña hija con apenas unos 7 meses paseaban entre la multitud.
Zephyr se agarraba con sus pequeñas manitas a la capa de piel blanca de su madre. Le mantenía las manos calentitas. Astrid la mantenía bien sujeta mientras buscaba a su marido.
—¿Dónde se habrá metido papá?
Hablaba Astrid con su pequeña aunque sabía que no le iba a contestar. Zephyr miraba a su alrededor con sus grandes ojos azules mientras balbuceaba.
Astrid pasó por la fragua para saber si su marido estaba allí, pero sólo se encontró con Bocón arreglando un hacha.
—¡Dichosos los ojos! ¡Pero si es mi mocosa favorita! —gritó Bocón cuando vio a Zephyr.
Zephyr le sonríe con su único dientecito delantero. Bocón se acerca a Astrid y Zephyr para saludarla.
—¿Cómo lo llevas Astrid? Debe de ser duro cargar con una cría de estas. —dijo Bocón mientras hacía reír a Zephyr haciéndole cosquillas con su garfio.
—Bueno... al principio sí cuesta bastante adaptarse, pero luego es como si siempre la hubiera tenido. No sé si me entiendes.
—Creo que sí. De todas formas, espero que no volváis a tener otro.
Astrid se ruborizó hasta colorear sus mejillas.
—No lo sabemos. Pues nunca se sabe.
—Claro, ya sé. Si viene el momento de...
—¡Bocón! Calla.
Astrid se había ruborizado ya hasta las orejas. Miraba a todas partes por si alguien estaba cerca escuchando su conversación.
—Perdona, jefa. Sé que queréis ser discretos, pero nadie se lo cree.
—Vale Bocón, dejemos el tema.
Astrid sujetó mejor a Zephyr y le agarró de la cabeza para apoyarla contra su pecho.
—Muy bien, como quieras.
—Venía a preguntarte si has visto a Hipo.
Bocón vuelve al fuego para ponerse de nuevo a trabajar en el hacha.
—Sí, ha pasado por aquí. Creo que iba a casa de Eret, para no sé informe.
—Vale, gracias. Nos vemos.
—Adiós Astrid. Adiós Zephyr. —dijo Bocón pronunciando el nombre de Zephyr con un tono de voz más infantil.
Salieron de la fragua y Astrid se dirigió a casa de Eret. Cuando estaba acercándose, vio la inconfundible capa de pelo de color marrón y la prótesis en la pierna izquierda. Incluso de espaldas le parecía perfecto. Estaba hablando con Eret en el umbral de la puerta.
Zephyr balbuceó cuando vio a su padre y delató la llegada de ambas. Hipo se giró y sus ojos brillaron cuando las vio. Dedicó una sonrisa y una mirada de ternura a su hija, y otra mirada de amor para su esposa.
Astrid se acercó a él y a sus brazos abiertos y las abrazó cariñosamente. Intentó no aplastar a su hija cuando le dio un beso en los labios a Astrid. Zephyr sonreía en medio de las dos. Eret miraba la escena con una sonrisa en la cara. Nunca había visto una familia tan unida como la de su jefe. En los pocos meses que Zephyr había estado en este mundo, había recibido muchas muestras de amor y cariño. Como si siempre hubiera vivido con ellos. Se alegraba mucho de poder contemplarlos.
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Juntos hasta el Valhalla (Hiccstrid)
FanfictionDespués de Cómo Entrenar a Tu Dragón 3, continúa la vida de Hipo sin Desdentao. Ahora ha empezado una nueva vida con su esposa Astrid, lo que conlleva el crecimiento de su familia y la incorporación de sus dos hijos. La familia Haddock estará más un...