Era una corriente fría mañana en Nueva Mema, pues el sol acababa de salir y todos los vikingos se preparaban para levantarse y aprovechar las horas de luz.
Unos llantos fueron los que despertó a Astrid por vigésima vez seguida. Astrid abrió los ojos pesadamente y adormilada, pues no había pegado ojo en toda la noche debido a que había tenido que estar al cuidado de Nuffink, su segundo hijo.
Astrid echó un vistazo a Hipo y vio que aún seguía dormido. Él se merecía descansar también, pues dado a sus quehaceres como jefe muchas noches llegaba muy tarde, y encima ayudaba en todo cuanto podía con el bebé.
Se levantó de la cama desganada y fue hacia la pequeña cuna de madera. Allí yacía un bebé rubio con manos regordetas, cuyos ojos verdes ocupaban la mayor parte de su rostro. Los ojos de Hipo, de la familia Haddock. Lo cogió en brazos mientras lloraba desconsoladamente y lo meció para calmarlo. Nuffink empezó a tranquilizarse y se calló por un momento, pero al instante rompió en llanto de nuevo. Astrid supuso que tendría hambre, así que se sentó en la cama, se sacó uno de los pechos y colocó al bebé para que pudiera comer. Nuffink daba aún más trabajo que Zephyr. Seguramente será un niño muy nervioso e hiperactivo.
Hipo abrió los ojos y se encontró con las escena que más le conmovía de todas. Su mujer y su hijo. Hipo alargó el brazo sin fuerzas y acarició el antebrazo de Astrid. Ella apartó la mirada de su hijo, y miró a su marido con una sonrisa cansada.
—Buenos días jefe.
—Buenos días jefa, ¿cómo está nuestro pequeño?
Astrid resopló.
—Muy guerrero para ser tan pequeño.
Hipo sonrió y contempló a su hijo mientras comía. Se incorporó y se puso a la misma altura que Astrid. Llevó una mano al rostro de su mujer y le acarició una mejilla haciendo que lo mirase. Cuando la miró fijamente a los ojos se fijó en que tenía ojeras de no descansar lo suficiente. Él se preocupó.
—En serio Astrid, deberías descansar.
—Sabes que no puedo. Esta es mi labor ahora mismo. —dijo mirando al bebé que se quedó dormido en sus brazos al terminar de comer.
Hipo acunó la cara de Astrid entre sus manos para que volviera a mirarle.
—Es "nuestra" labor, no sólo tuya. Y lo sabes.
—Lo sé, pero tú estás más ocupado que yo y no puedo ponerte otra carga ahora.
Hipo chasqueó la lengua y siguió mirándola fijamente.
—Nuestros hijos nunca serán una carga para mí. Son más bien un regalo de los mismísimos dioses.
Astrid sonrió de lado e Hipo se acercó para besarla. Sus labios se movían lentamente con los suyos encantados de encontrar su otra mitad. Hipo profundizó el beso y Astrid lo aceptó con gusto. Sus respiraciones matutinas se mezclaban al mismo tiempo que disfrutaban de los labios del otro que no habían podido encontrarse en días. Astrid empujó a Hipo suavemente poniendo su mano libre en el pecho de su marido, pues se había quedado sin aire. Hipo se volvió a acercar aún así y le plantó un último beso rápido en los labios.
—Creo que quieres matarme.
—Matarte no, pero besarte sí.
Astrid soltó una risita y paró de golpe cuando escuchó otra pequeña y chillona risa a su lado. Cuando los dos miraron vieron que era Zephyr que los estaba mirando con ojos curiosos. La cara de Astrid se puso roja como un tomate. ¿Cuánto tiempo llevaba ahí?
—Ze-Zephyr, ¿qué haces despierta tan temprano? —preguntó Hipo un poco nervioso.
—Quería ver a mi hermanito.
—Ah claro.
Ellos asintieron y ella se acercó a su madre para ver a su hermano durmiendo en sus brazos. Se sentó en la cama y se quedó embelesada mirándolo. Todavía no podía creer que tenía un hermano tan pequeñito. Alguien podría hacerle daño.
—Mamá, Papá. Voy a proteger a mi hermanito de los vikingos malos.
Hipo y Astrid se miraron riendo con la respuesta de su hija.
—Muy bien Zephyr, eso es lo que hacen las hermanas mayores. —dijo Astrid orgullosa.
—¿Hermana maior?
—Son las que llegaron primero y las que deben enseñar a sus hermanos pequeños qué está bien y que está mal, además de cuidarlos.
Zephyr se quedó pensativa durante unos segundos. Ella sería el modelo para su nuevo hermano. Sería la mejor hermana del mundo.
—Bueno, dejemos a mamá descansar y vamos a desayunar. —dijo Hipo después de darle un beso en la cabeza a Astrid y levantarse de la cama.
—No quiero dejar a mi hermano solo. —dijo Zephyr poniendo un puchero.
—No está solo, está con mamá.
—Yo quiero que esté conmigo. —dijo enfurruñada.
—Oye, ¿qué te parece si vamos a pescar y le traemos un pez pequeño a tu hermano? Seguro que le gusta el regalo.
A Zephyr se le cambió la cara y se puso de pie de inmediato junto a su padre.
—Estoy lista.
Hipo y Astrid se rieron al unísono.
—Le diré a mi madre que se pase por aquí para que puedas descansar. Yo me llevo a esta niña curiosa de aquí y luego iré a hacer algunos recados de la aldea.
—Vale, no te preocupes por mí. Idos tranquilos.
—Sé que te lo he dicho muchas veces pero, te quiero.
Astrid sonrió ampliamente al oír las palabras de Hipo.
—Nunca me cansaré de oírlas.
Él sonrió y se despidió bajando al salón con Zephyr de la mano.
—Papá, ¿qué es "te quiero"?
Hipo miró a su hija encantado con su inocencia y se agachó a su altura.
—Significa que amas mucho a alguien. Tanto, que no podrías vivir sin esa persona y harías cualquier cosa por ella. Tal vez no lo entiendas aún...
—¿Cómo mamá, papá y el hermano?
Hipo se quedó impresionado por la agudeza de su hija. Desde que nació siempre había sido muy lista.
—Exacto. Ellos son lo más importante.
—Entonces, te quiero papá.
Hipo se quedó en blanco cuando escuchó esas palabras salir de la boca de su hija. Una sensación cálida le llenó el pecho y sus ojos se llenaron de lágrimas. Abrazó a su hija sin poder evitarlo y le acarició el pelo. Era la primera vez que se lo decía.
—Yo también te quiero Zephyr.
—También quiero a mamá y al hermanito.
Hipo deshizo el abrazo para mirarla a la cara.
—Lo sé.
—Quiero decirlo.
—¿Por qué no se lo decimos juntos antes de ir a pescar?
—¡Shí!
Zephyr subió las escaleras de la mano de su padre contenta de darse cuenta de lo que era querer a alguien. No sólo a alguien, a su familia.
.
.
.
¡ESTOY DE VUELTA! 😄 Sé que ha pasado muuucho tiempo y os debo una gran disculpa 🙏🏻 La universidad y varias cosas me han tenido muy ocupada, tanto que no pude sacar un hueco para escribir ☹️ Os quiero agradecer muchísimo como siempre a los que habéis estado leyendo mis historias todo este tiempo y a los que habéis sido tan pacientes por otra actualización. En serio, muchas gracias por estar ahí ❤️ Espero que disfrutaseis de este capítulo. Es más corto que los demás pero es lo que llegó a mi imaginación en ese momento jejeComo ya estoy de vacaciones de verano, espero poder actualizar más a menudo. Espero poder hacerlo de verdad 😤 De nuevo, gracias por vuestra paciencia y me alegro de volver a escribir sobre nuestros queridos vikingos favoritos ☺️ Nos leemos pronto x
ESTÁS LEYENDO
Juntos hasta el Valhalla (Hiccstrid)
FanfictionDespués de Cómo Entrenar a Tu Dragón 3, continúa la vida de Hipo sin Desdentao. Ahora ha empezado una nueva vida con su esposa Astrid, lo que conlleva el crecimiento de su familia y la incorporación de sus dos hijos. La familia Haddock estará más un...