Era una noche fría como cualquier otra en la aldea y los vikingos se reunían en la Gran Sala para cenar. Hipo y su esposa Astrid estaban comiendo con sus amigos mientras charlaban. Los chicos hablaban de un gran pez que había pescado Chusco el otro día, mientras que las chicas estaban sentadas en el extremo de la mesa hablando en voz baja en comparación a los chicos.
—Y bueno, ¿crees que dirá que sí? —le preguntó Brusca a Astrid dubitativa.
—¡Yo creo que sí! Ya lleváis tiempo juntos.
—Sí, tienes razón, pero creo que es muy repentino pedirle que vivamos juntos. Pues ya sabes que eso puede hacerse una vez que estés casada, porque si no fuera así, tú te hubieras ido a vivir con Hipo mucho antes de lo de Drago.
Astrid pensó más detenidamente y era verdad. Hipo y ella se conocían desde que eran pequeños, y si hubieran sido más atrevidos y les hubiera dado más igual esas reglas absurdas, seguro que ya llevarían viviendo mucho tiempo juntos.
—Es cierto, pero nunca se sabe. Las cosas han cambiado desde entonces. Estoy segura de que Patapez estará encantado.
Brusca seguía sin estar muy convencida, pero asintió.
—Bueno, por preguntarle no pierdo nada.
La conversación se interrumpió con la aparición de la pequeña Zephyr que venía correteando.
—Mamá, el tío Bocón nos acaba de decir a Nuffink y a mí que los trolls existen y viven en el bosque.
Astrid y Brusca rieron al mismo tiempo. Dirigió una mirada a dónde se sentaba Bocón en la otra mesa de al lado, en la que también se sentaba Valka. Ella tenía a Nuffink en su regazo mientras le hacía reír.
—¿De verdad te ha dicho eso?
Astrid cogió a su hija en brazos y la sentó en su regazo.
—¡Sí! Me ha dicho que le robaron el calcetín izquierdo una vez mientras pescaba.
—Bocón ya tiene sus años, seguro que lo soñó. —dijo Brusca burlona.
—Pues yo quiero ver uno para averiguarlo.
Astrid no dejaba de impresionarle la astucia y curiosidad de Zephyr por todas las historias que escuchaba y todo lo que le rodeaba. Nunca había visto a una niña como ella.
—Bueno, le podemos decir a papá si vamos a pescar al gran río mañana temprano.
—¡Sí, sí! Quiero demostrarle a mi hermano la verdad.
Astrid se levantó de la mesa con Zephyr, disculpándose con Brusca por dejar la conversación a medias, y se fueron directamente hacia el otro extremo de la mesa en el que Hipo y los demás (excepto Patapez que comía en silencio) seguían enfrascados en la conversación sobre peces.
Hipo dejó de prestar atención a la conversación cuando vio aparecer a Astrid y a su hija a su lado.
—Hey, ¿qué ocurre? —dijo mirando a su mujer y seguidamente a su hija.
—Nuestra hija quiere que la lleves a pescar para saber si puede ver un troll.
Patán casi se atraganta con la jarra de hidromiel y Chusco rompió en carcajadas enseguida. El único que no reaccionó fue Patapez, sólo se quedó observando con ojos muy abiertos.
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Juntos hasta el Valhalla (Hiccstrid)
FanficDespués de Cómo Entrenar a Tu Dragón 3, continúa la vida de Hipo sin Desdentao. Ahora ha empezado una nueva vida con su esposa Astrid, lo que conlleva el crecimiento de su familia y la incorporación de sus dos hijos. La familia Haddock estará más un...