Capítulo 10

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-En verdad, estoy muy feliz de que estés aquí- dice abrazándome más fuerte y colocando su barbilla en mi hombro.

Recuerdo cada palabra, como las decía, dulcemente. Como si yo fuera algo que temiera perder y no poder recuperar por más que luchase. Me he dado cuente que Marlon es un chico muy lindo. Se preocupa por todos y por todo. Le preocupa la naturaleza, le preocupa el medio ambiente, le preocupa perder a los que ama. Esa noche me contó que no le gusta socializar mucho con las personas porque siempre que lo hace, alguien sale herido, incluso él. Pero lo que me llego, fue que dijo que no quería perderme, que quería estar a mi lado siempre, que pasara lo que pasara, él iba a protegerme y a defenderme de todos los que me quisieran hacer daño. 

Me quede pensando eso toda la noche, así que no dormí para nada y hoy es lunes. Debo ir a estudiar. Me gustaría no ir, no quiero toparme con Emilio, menos con John. Sé que solo me traerán problemas y no quiero tenerlos, ya que tener problemas me deprime. Es lo mismo con los regaños, siempre que mis padres regañaban a mi hermano, me encerraba en  mi habitación. Tapaba mis orejas tratando de no oírlos. Nunca me han gustado los problemas, no me gusta escuchar gritos, nada que se oiga doloroso. No me trae buenos recuerdos. Es por eso que ahora siempre escucho música con mis auriculares, ya que nadie puede obligarme a quitármelos. 

-Laura, tienes que salir en 15 minutos o te dejará el bus- dice Joshua del otro lado de mi puerta.

-Estaré lista en 10. 

-Bien, te dejaré dinero para que compres en la cafetería del instituto y las llaves de la casa ya sabes en dónde están. Procura regresar temprano. Has tus deberes y no rompas nada.

-Bien- digo molesta. Está bien que se preocupe por mí, pero ya puedo cuidarme sola. 

Voy al baño y me doy una ducha rápida, escojo una blusa rosa que enseña un poco el abdomen y unos leggins negros rasgados en las rodillas. Agarro mi cabello en una coleta alta y me maquillo un poco. Cojo unos tennis blancos y salgo de mi habitación. Bajo las escaleras y me encuentro a Joshua en la cocina. 

-Buenos días- dice amablemente.

-Buenos días- Me siento en la isla de la cocina y Joshua me pasa un plato de huevos estrellados y frijoles negros- Huele deliciosos. Apuesto que saben muy bien- Lo pruebo y sí, sabe muy bien.

-Y, ¿Qué tal?

-Está delicioso- digo mientras tomo otro bocado.

Termino mientras hago bromas con Joshua, a decir verdad, si lo conoces llega a caer muy bien. Ahora entiendo a mi hermano cuando me decía que no lo juzgara sin conocerlo. 

-Bien, ya tengo que irme. Te veo más tarde. Bye- digo saliendo de la casa. Camino hasta la parada del bus y lo espero, aun faltan tres minutos para que llegue. Prendo mi celular y pongo una canción cualquiera. Se acaba y el bus llega, subo y  me siento donde siempre, hasta atrás en la ventana

El bus se va llenando y cada vez que nos acercamos a la parada de Emilio, me escondo más. Tengo más miedo del que debería tener, ya que hoy John y Emilio se subirán juntos y todos los asientos de adelante están llenos. Solo hay algunos vacíos, pero están separados y seguro que ellos querrán sentarse juntos. Alguien que me mate por favor. Es lo que más deseo en este momento.  

Suenan tres canciones y llegamos a la parada de esos chicos. Me tapo el rostro bajando el gorro de Marlon, que me lo dejo diciendo que se lo devolviera la próxima vez que nos vieramos para que  lo recordara, lo cuál es algo cursi, creo. Bajo el gorro hasta que solo se ve la mitad de mi rostro. Le subo a la música y espero a que ellos suban. Cuando suben, caminan directamente hacia mí, John se sienta a mi lado y Emilio a su lado. Avanzamos un poco y luego, John me toca el hombro. Volteo, lentamente, y él dice algo que no entiendo por la música.

-¿Qué dices?- digo fingiendo otra voz y quitándome un auricular.

-Quiero saber qué escuchas.

-Nada interesante- digo fría- No me hables, interrumpes mi música.

Me coloco el auricular de nuevo y veo a John que sigue hablando, pero no le presto atención.

Llegamos al instituto y todos bajan, incluyendo al conductor, menos John, Emilio y yo. Tomo mi mochila y cuando me levanto, Jonh hace que me siente de nuevo, empujándome. Volteo a verlo y Emilio me quita el gorro de Marlon, trato de agarrarlo, pero él lo tira y lo pisa.

-¿Crees que puedes hablarme así?- grita agarrándome del cuello de mi blusa.

-John, su... suéltame- no sé que hacer. Solo piensen, dos hombres, uno de ellos muy violento y una mujer que está asustada. ¿Qué podría salir bien?

-No, no puedes hablarme así frente a todos- grita súper enojado.

-John, ya basta. Déjala en paz- dice Emilio interfiriendo.

-Tú te callas- dice John tirándome al piso del bus y tomándolo a él del cuello de su polera. 

-John, ya basta. Tranquilízate- digo rápidamente- Ambos, déjenme tranquila- agarro mi mochila y el gorro de Marlon. Bajo rápidamente y voy al parque. Me siento en una banca blanca y una lágrima roda por mi mejilla, seguida por muchas otras. 

Debo admitirlo, me asusté mucho cuando John me agarro de la blusa. Sentí miedo, sentí un gran nudo en mi garganta cuando me gritó y más cuando me tiró. Me quedo ahí sentada y escucho que el timbre suena, pero no me muevo. No puedo, mis piernas no me dejan. Me quedo llorando. Hasta que escucho unos pasos, tapo mi boca y veo hacia el frente. Ahí veo a Marlon, con un bonito ramo de rosas rojas en las manos. Suelto un pequeño gemido sin querer y él me ve llorando.

Corre hacia mí, aunque trato de decirle que no venga, que estoy bien, pero no puedo hablar. Se sienta a mi lado y me abraza, mientras yo escondo mi rostro en su pecho.

-Tranquila, llora todo lo que quieras- dice mientras acaricia mi cabello- yo estaré aquí.

LauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora