Capítulo 18

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Marlon's Pov

Camino por los alrededores de la casa de Laura. Quiero invitarla a tomar un helado y luego, quizá la lleve a donde nos conocimos y le diga lo que siento por ella. Estoy aquí desde las 9:00 am  y ya son las 11:30 am. Me acerco a la puerta de su casa y lentamente, toco el timbre. A los segundos, abre un tipo que no conozco. Supongo que es su hermano.

-Hola... am ¿está Laura aquí?- pregunto nervioso.

-¿Quién eres tú?- me mira de abajo hacia arriba- ¿Por qué buscas a Laura?

-Mi nombre es Marlon, soy un amigo de Laura. Quería invitarla a tomar un helado conmigo. 

-Laura no está aquí. Esta en su antigua casa.

-Oh... Bueno, gracias. Perdón por molestar.

-¿Sabes dónde vive?

-Creo que sí.

-¿Cómo lo sabes?- mirándome con dureza.

-Una vez fui a dejarla ahí.

-Más vale que la cuides ¿de acuerdo?

-De acuerdo. Adiós- digo despidiéndome con un leve movimiento con mi mano

Me voy en silencio y me monto en mi auto. Él es un poco raro, debo admitirlo. Creo que no le caigo bien. Bueno, supongo que es lo normal. A nadie le caigo bien, solo a Laura. Doblo la esquina y quedo frente a la casa de Laura, su antigua casa según dijo ese chico. Estacionó el auto y abro la puerta lentamente, mientras veo que  ella sale de la casa con un vestido negro que le llega unos tres dedos arriba de la rodilla aproximadamente. La saludo con la mano y ella me devuelve el saludo con una sonrisa algo forzada. Bajo y me acerco a ella.

-Hola- digo algo nervioso.

-Hola- dice con algo de tristeza.

-¿A dónde vas?- me quito mi chaqueta y se la pongo sobre los hombros con delicadeza. Se ve tan frágil.

-A la casa de una señora que no es para nada agradable- dice pateando suavemente unas hojas que están juntas.

-Si no te agrada por qué vas a ir- quitándome mi gorro y poniéndoselo en la cabeza, lleva el cabello planchado y hace un poco de frío. También lleva maquillaje, que yo sepa ella nunca lo usa.

-No tengo opción- dice acomodando el gorro para que no le tape la vista.

-¿Por qué vas vestida así?¿Es para una fiesta o algo así?

-Es para conocer a alguien que estoy segura que voy a detestar.

-¿Te llevo?

Niega con la cabeza.

-No quiero molestarte.

-De hecho, quería invitarte a tomar un helado de cucurucho.

Me mira con los ojos muy abiertos, como si le sorprendiera.

-¿Por qué querrías invitarme a un helado cuando hace frío?

-Bueno... no lo sé- digo sonrojado- podemos hacer otra cosa.

-Hoy no puedo. Me gustaría, pero quizá mañana- dice con una gran sonrisa.

-¿No quieres que te lleve? Digo hace mucho frío y te podrías resfriar y nadie quiere eso- al menos yo no.

-¿No te molestaría?

-Sería todo un honor llevar a esta princesa a su destino- digo bromeando y ella se ríe.

-Gracias- abro la puerta trasera, ya que sé que le gusta ir atrás y ella entra lentamente. 

Voy a la puerta del conductor y la abro, entro y le pregunto a dónde va y me dice la dirección, en el camino ella ve por la ventana, se ve triste muy triste. No me gusta verla así. Le subo el volumen a la radio para que no haya tanto silencio y al rato suena "The Doctor Said", la oigo tararearla hasta que pasamos cerca de un restaurante. Estaciono el auto y ella me mira como preguntando porqué paré el auto.

-¿Por qué estás tan triste?- detesto ver a las personas tristes, me recuerdan a mi de pequeño. Solo la pasaba llorando por todos los problemas que habían en mi familia.

-No estoy triste, estoy bien- dice manteniendo mi mirada.

-No estás bien, definitivamente no lo estás.

-¿Por qué no estaría bien? Todo está muy bien, todo es perfecto- dice sobresaltada- No hay nada malo con mi vida, solo que soy un completo desastre. Mi hermano se fue sin decirme a donde ni cuando volvería. Tuve que dejar mi casa, en donde tenía todos mis recuerdos, para mudarme con el mejor amigo de mi hermano. Mi tía se aprovecha de la situación para comprometerme con alguien a quien no conozco ni quiero conocer porque arruinará mi vida para siempre y que si no lo hago matará a mi hermano y ella sabe que es la única familia que me queda, pero no le importa. Cree que puede hacer lo que quiera para tener todo el dinero que necesite para comprar sus cosméticos y ponerse la cara más plástica que la que tiene. La odio. La odio tanto- dice llorando y tomando aire.

Salgo rápidamente y abro la puerta. La envuelvo en un abrazo y ella me devuelve el abrazo. La aprieto y siento que se rompe, así que aflojo el abrazo, mientras ella sigue llorando. Pasan 10 minutos y ella solo lloriquea en mi hombro. No la llevaré, no quiero verla así de triste.

LauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora