Capítulo 11

14 3 0
                                    


Marlon me abraza y acaricia mi cabello, mientras me dice muchas cosas que me reconfortan. Él es un gran chico. Cuando logro calmarme, Marlon me toma por los hombros y me separa de él.

-¿Qué pasó? ¿Por qué llorabas así?

-No es nada... perdón por preocuparte- digo soltando un suspiro.

-¿No deberías estar en el instituto? Las clases ya empezaron- hablando suavemente.

-No quiero ir- digo sentándome bien y dejando mis manos empuñadas en mis rodillas- no quiero ir.

-¿Por qué no?

-Porque me toparé con...- creo que es mejor no decirle porque no quiero meterlo en problemas, de nuevo- olvíd...

-¿Con John y Emilio?- dice serio.

Lo veo incredula, ¿cómo supo que hablaba de ellos? ¿Será... brujo?

-Vi lo que paso en ese bus- suelta de repente- es solo que... quería ayudarte, pero no podía moverme, creo que me quede en shock.

-Por eso sabías que estaba aquí- digo más para mí que para él.

-Lo siento, en serio quería ayudarte, pero...

-No tengo nada que perdonarte- mirándolo a los ojos- lo que paso no podías evitarlo. Si te metías, a lo mejor ese par te hubiera molido a golpes y estarías gravemente herido en el hospital y tendrías muchas fracturas y yo estaría muy, pero muy asustada y....

-Hey, hey. Tranquila, respira- inhalando y exhalando conmigo- No pasó nada de eso, no lo imagines porque solo hará que te sientas más asustada y no queremos eso, al menos yo no. 

-Perdona- algo sonrosada.

-Deja de disculparte por todo.

Asiento y no hablo, creo que Marlon cree que quiero un poco de silencio, ya que él tampoco habla. Nos quedamos así por mucho tiempo y escucho el timbre de la segunda clase. No le doy importancia.

-¿Quieres que te lleve a tu casa? Si te ven aquí seguro que te pegan un buen regaño.

Asiento y Marlon me lleva hasta su lamborghini. Que envidia, me gustaría tener un auto y así poder ir a dónde quiera cuando quiera. Le cuento a Marlon sobre el sorpresivo viaje de Sebástian y que ya no vivo donde antes, que ahora vivo en la casa de un amigo de Sebástian y le doy las direcciones. Llegamos en aproximadamente media hora.

-Bueno, debo admitir que es una casa muy linda.

-Quisiera que fuera mía- digo en voz baja.

-Yo también- bajando del auto- bueno, señorita. Ha llegado a su destino sana y salva- estirando su mano hacia mí. 

-Muchas gracias, es muy amable de su parte- tomando su mano y bajando como toda una dama.

-No hay problema, demoiselle (damisela en francés)

-Oh, monsieur (caballero). No sabía que hablaba francés- hablando como francesa, o al menos, tratando.

-Sé algunas palabras y algunas frases, simplemente.

-Pero si quisieras, podrías seguir aprendiendo. Tu rostro me dice que eres un genio.

-¿Mi hermoso rostro te dice eso?- llevando una de sus manos a su barbilla.

-Que pedante- digo riendo al mismo tiempo que él lo hace por las tonterías que decimos.

-Bueno, creo que la señorita debería entrar y descansar. 

-¿No quieres algo de tomar o comer antes de irte?

-No, pero si quieres que me quede un rato más, puedes decirme.

-No, estoy bien así, pero quizá quieras algo.

-Estoy bien así. Gracias- dice acercándose a mí.

Marlon me abraza de nuevo y ahora, le devuelvo el abrazo.

-Procura defenderte. Diles que no eres un juguete, que no pueden tratarte así- apretándome.

-Es difícil decir algo cuando están esos dos juntos. Me metería en un lío muy grande.

-Entonces, yo te defenderé. Aunque tenga que llegar a los golpes- depositando un beso en mi frente- cuídate- se va caminando y yo me quedo ahí parada como tonta.

¿Marlon me dio un beso en la cabeza? ¿¡QUÉ!? Esto es raro. Quizá piensen que estoy actuando raro, pero nunca nadie me ha dado un beso en la cabeza. Ni mi hermano.

Entro a la casa algo confundida y no hay nadie, ya que Joshua está en la universidad. Subo a mi habitación y me tiro en la cama con los brazos extendidos sobre las almohadas. Agarro mi celular y pongo el "Nightcore Unbreakable". Mientras esta suena, pienso en cómo sería mi vida si mis padres estuvieran conmigo ¿qué estaría haciendo en este momento? ¿Hubiera conocido a Jonh, a Emilio o... a Marlon?

Me interrumpe una llamada interrumpe mis pensamientos. Me levanto rápidamente con la esperanza de que sea mi hermano quien llama, pero no lo es. Contesto y la voz de mi tía me saluda con una alegría falsa.

-Hola, cariño

-¿Qué quieres?- fría.

-Háblame bien, recuerda que soy tu tía y soy mayor que tú por muchos años.

-¿Qué necesitas querida tía?- digo con hipocresía, esperando a que se note.

-Quiero que vengas a mi gran mansión para hablar de algo muy importante para todos, incluso para tu hermano y para ti.

-Esa cosa importante no puedes decirla por aquí. No tengo ganas de salir.

-Te digo que vengas. Adiós- cuelga.

¿Qué rayos quiere esta señora loca conmigo? Supongo que debo ir si quiero evitar un problema con ella. Me levanto y busco una falda plisada rosa, la combino con un top negro y al final agarro mi cabello en una coleta algo despeinada. Conecto los auriculares a mi celular y pongo el "Nightcore Savage" salgo de la casa y camino a la casa de mi tía, que no queda muy lejos. Cuando llego, toco la puerta y sale mi tía vistiendo un vestido warehouse negro muy ajustado. Se ve horrible en ella, se le ve la panza. 

-Pasa- dice agarrando fuertemente mi brazo.

-Oye, se puede saber ¿qué te pasa?- enojada- Primero, me pides que venga. Segundo, me cuelgas. Tercero, me lastimas ¿estás loca?

-Siéntate niña. No te vas a morir por un jalón en el brazo.

Me siento en el sofá enojada y mi tía sale de la habitación. A los segundos regresa con un montón de papeles en las manos.

-Quiero que firmes esto- dice seria.

-No voy a firmarlos si no sé que son.

-Son tus papeles de matrimonio.

-¿¡QUÉ!?

LauraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora