-Ven-dice tomándome de mi mano, nos sentamos en el sofá- estuve todo este tiempo en New York, como te dije cuando te llamaba, cuando nos comunicábamos, estaba buscando nuestro bienestar, sé que no fue él mejor momento para irme, pero tenía que hacerlo, tenía que buscar nuestro bien estar, para que el día de mañana tu te sintieras orgullosa de mí
-yo ya lo estaba Eduardo, yo era feliz contigo, así con esta vida, la que tú me ofrecías, te fuiste y cambias todo-le dije con algo de rabia
-es que no entiendo mi amor ¿ya no me amas es eso?-me pregunta puedo afirmar que tenía sus ojos llorosos, no supe que responderle, me pare de él sofá, me dirigí a nuestra habitación, la pregunta de Eduardo me había dejado pensativa, de pronto comencé a recordar todo lo que me a pasado desde que Eduardo se marcho de mí vida, es verdad que lo extrañe pero, ahora al verlo me da tanta rabia.
-Victoria, no me puedes dejar con la palabra en la boca, respóndeme por favor-me pregunta Eduardo llegando a la habitación
-¿¡pero qué quieres que te responda!?-le pregunte alzando la voz
-¡dime la verdad por favor!-me suplica desesperado- si tu ya no me amas con el dolor de mí alma lo entenderé, aun que me dolerá tanto, se que fui un imbécil, pero yo solo quería lo mejor para nosotros mi amor, dime la verdad ¿ya no me amas?
-Eduardo por supuesto que sí
-¿Qué sí que? –me pregunta
-¡Eduardo yo te sigo amando!
-¡entonces si me amas tanto porque carajos me rechazas, yo fui por nuestro bien estar! ¡¿Por Qué Mierda estás así conmigo?!-me alza la voz, creo que este no es el momento para decirlo, al diablo si no le digo ahora lo le diré nunca, no puedo seguir ocultando las cosas, yo no soy así.
-¿¡Sabes Por Qué!?-le grito con mis ojos llenos de lágrimas, él niega- yo me subo mi remera para mostrarle donde estaba su hijo- ¡Mira Eduardo, tienes toda la razón eres un imbécil, nos dejaste cuatro meses solos, te perdiste los meses más importantes de mi embarazo para ir a buscar algo que yo no te pedí, que no necesitábamos!!!-Dije Gritándole en la cara, él me mirada completamente impactado, miraba mi pansa y me miraba a mí con sus ojos llenos de lágrimas
-Victoria-Susurro Impactado, Yo Lo Interrumpí
-Por Favor No Me digas nada, el daño ya está hecho –le reclamo, Eduardo no decía palabra alguna, tan solo se sentó en la cama, apoyo sus manos en sus rodillas, acomodo su cabeza en sus manos, al parecer estaba llorando, pues su espalda inclinada se movía, joder era muy extraño verlo llorar, me baje mi remera, mire hacia los lados ¿Qué hago? Es verdad que estoy muy molesta con él, pero no me gusta verlo así, tal vez fui muy dura con él, me siento a su lado, pongo mi mano en su espalda
-ya Eduardo, si no es para tanto-dije lo primero que se me vino a la cabeza, él seguía en la misma posición, Sollozaba, Nunca en mi vida lo había visto así, me pregunto si está así por el bebe o por no a ver estado conmigo, bueno el me había dicho que si quería hijos, hay ¿Qué hago?, comencé a sobar su espalda-Eduardo-susurre, de pronto él levanto su hermoso rostro, me quedo mirando mientras derramaba lágrimas
-Perdóname princesa mía, soy un tarado, nunca debí irme, no sabes cuánto me arrepiento-su voz se quiebra y yo siento que se me aprieta el corazón-Victoria, te juro que cuando llegue ahí me arrepentí de no a verte llevado conmigo, mi amor perdóname, por favor, y ahora que sé que estas embarazada, que vamos a ser padre no sé si llorar de alegría o de tristeza –me confiesa, mis ojos también estaban llenos de lágrimas, pues nunca había visto a Eduardo Así, Tome De Su Mejilla, joder no puedo verlo así
-ya no hay nada que hacer-suspiro-lo bueno es que ahora ya estamos juntos, a pesar de que te eh necesitado tanto, te perdono, eres mi vida entera-le confieso, él me da una pequeña sonrisa, me abraza con todas sus fuerzas, me estaba apretando, pero me gustaba estar entre sus brazos, correspondí a su abrazo
-te amo mi niña-me susurro en el oído
-y yo te amo a ti, tanto, tanto-le dije mientras le daba un pequeño beso en el cuello, nos separamos, me queda mirando tiernamente, me seca las lágrimas caídas con sus fuertes dedos, yo hago lo mismo
-¿puedo?-me pregunta mientras me muestra su mano que va directo a mi pancita yo sonrió al instante, tomo la mano de este, la guio donde se encuentra nuestro bebito
-Mira chiquito-le hablo a nuestro bebe-o chiquita te presento a tu papá-Eduardo me mira con sus ojos llenos de lágrimas, puedo afirmar que está vez es de emoción, de la más grande emoción, Eduardo acariciaba con ternura mi pancita.
Pasaron Dos Horas desde Lo Sucedido, Eduardo & yo estábamos acostados en nuestra cama, él me tenía abrazada, me sentía tan protegida entre sus brazos, me estaba contando las cosas que había vivido haya, eran interesantes, también me repetía una y otra vez la falta que le había hecho
-pero, sabes amor, creo que ir haya valió la pena-me susurra mientras me abraza más fuerte
-¿por qué dices eso?-le pregunto abrazándolo también
-porque ahora tengo dinero para ofrecerte a ti y a nuestro hijo-me susurra, yo quedo extrañada ¿Cómo había conseguido dinero?
-no entiendo Eduardo ¿de donde sacaste dinero?-le pregunto
-mi padre me había dejado una herencia hace muchos años, yo no quise aceptarla por diversos motivos, en ese entonces prefería ser podre que tomar el dinero de mi padre, pero ahora que te conocí , me hiciste ver las cosas desde otra óptica, ya luego salen los tramites y así
No Quise hacerle más preguntas, se veía que ese tema también le dolía, y no quiero preguntarle, para que pase algo similar como lo que paso con Catalina, que a punta de muchas preguntas le pude sacar la verdad, a si que está vez prefiero callar, seguí abrazándolo de pronto se escucho como se abría nuestra puerta, era Laura quien nos miraba con ternura
-se ven tan lindos-nos dijo sonriendo, nosotros nos abrazamos más y sonreímos-¿ya se reconciliaron verdad?
-claro que si mamá-responde Eduardo- así siempre vamos a estar unidos
-así es Laura, a si que mañana Lalo me acompañara a hacernos un ultrasonido-digo con una sonrisa, Eduardo me queda mirando divertido
-¿es enserio?-me pregunta emocionado, yo asiento, él me besa delicadamente
-veo que ya le dijiste sobre mi nieto o nieta-sonrió, nosotros también sonreímos, Eduardo me besaba la frente, acariciaba mi pancita, cuanto anhelé estar así con él, nos besábamos, la verdad era que nos deseábamos mucho, pero bueno no podemos hacer nada aun que el aun no lo sepa.
Laura salió de la Habitación, dijo que iba a ir de compras, mientras tanto nosotros seguíamos abrazándonos, el solo hecho de sentir esto me hace inmensamente feliz, Eduardo es el hombre de mi vida y al parecer yo la mujer de la suya.
-mi amor están tocando la puerta-me dice entre besos
-pues anda a abrirla-le respondo mientras seguíamos besándonos
-no anda tu-nos seguimos besando
-oye-le reclamo-ve tu, flojo-Eduardo Sonrie, me besa nuevamente y va a abrir la puerta, miro desde la habitación, joder ¿Qué hace él aquí?....