La guerra entre los Demonios y los Ángeles está cada vez más cercas. La profecía está por cumplirse y la movilización de ambos bandos sobrenaturales ya ha comenzado. Los grupos demoníacos Leadarks y los Goldless tienen poco tiempo para encontrar al...
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Ana pudo ver perfectamente la expresión que hice. No sé cuál fue, pero hasta yo misma sentí pena ajena. Decir que la situación era incomoda, sería mentira. Iba a otro nivel. Quizás era más el drama que estaba armando que lo que en verdad era. A veces quisiera aprender a quedarme callada y evitarme todo este tipo de escenario. Pero luego recordaba que no debía intimidarme por nada y por nadie, y esas mismas ganas del principio se esfumaban.
Mordí mi labio inferior y suspiré sintiendo que mis pulmones querían explotar. Bien, acabo de Insultar al chico por el que todas mis amigas suspiran. ¿Había algo peor que me pudiera pasar hoy? Lo dudo.
Reafirmaré lo que acababa de pensar, a veces no sé cuándo cerrar la boca.
Sus ojos azules habían cambiado por algunos segundos a un color más intenso, pero rápidamente volvieron a su estado normal. No pasó desapercibido por mí, lo que me hizo pensar que quizás bebí por error o algo peor. Fueron segundos, pero sentí que el cambio de luces del Infernal Cave's me estaba afectando y que ahora veía cosas en dónde no las había. Quería creer que era un efecto de las luces que se estaban reflejando en sus ojos o definitivamente algo estaba mal conmigo.
—Bien —sonreí sin gracia — tampoco es como si me importara en realidad quién carajos sea él —Fue lo único que dije restándole importancia mientras lo miraba para ver si su mirada volvía a cambiar.
El tal Duncan O'Donell alzó sus cejas y rio realmente divertido por lo que había dicho. Y simplemente no sé cómo sentirme al respecto. A mí me molestaba su presencia, pero él no parecía afectarle mis palabras. Aunque, no es que haya sido tanto lo que haya hablado. No quería decir ya nada, suficiente tengo con soportar estos malditos tacones como para soportar algo más. Escuchaba cómo Ana y el imbécil entablaban conversación y como reían de forma tan familiar. En mí interior estaba pasando una especie de revolución. El ambiente era distinto al que cuándo había llegado. Y no podía dejar de pensar en aquella sombra que me habló, las pesadillas y el extraño presentimiento.
Me limitaba a llevar los nachos a mi boca y entrada más en el Infernal Cave's decidí pedirme un trago. Ésta sería una larga noche por lo visto.
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Al poco tiempo vi a Sarah salir con dos chicos a sus costados por la puerta principal del bar, siguiéndole Isla muy de cercas.
Asqueroso.
Pero qué más puedo decir, es mi amiga y la quiero. Debería quizás de ser buena amiga y evitar de que ellas se vayan con cualquiera. Pero luego recordaba que ya lo había hecho una vez, y no me quité de encima las reclamaciones de Sarah y de Isla también. ¿Quería evitarme problemas? No debía meterme en lo que no me importa.
A veces me odiaba beber, porque era insoportable. Comenzaba a pensar más de la cuenta. Dejando de lado que todo lo que hace con los hombres me repugna, una mujer debe darse su lugar y no dejarse manosear por ninguno de ellos como si no le importase. Tampoco soy una santurrona, pero siempre he creído en la idea de que debes saber con quién hacer esas cosas.
