CAPÍTULO 32

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Domingo 22 de noviembre, 2015

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Domingo 22 de noviembre, 2015

Desperté en mi cama y siento como si hubiese dormido siglos en ella. En mi cabeza no surge la idea de quererme levantar, sin embargo, tenía que hacerlo. Un ligero dolor aparece en mi cabeza, recordando absolutamente todo lo que había acontecido la noche anterior. Mi cumpleaños, la fiesta en la playa, Gab y O'Donell, la ceremonia en el otro lado, Kike y sus secretos. Pero, sobre todo, las revelaciones que habían atisbado mi corazón de emociones, el escucharlo decir que estaba enamorado de mí, me dejaba aturdida. Me decía a mí misma que creerle sería una estupidez, pero ¿a quién engañaba? Él estaba de vuelta, me confesó su amor y simplemente no podía resistirme a estar lejos de él. Hundí de nuevo mi rostro en la almohada, tratando de soportar todo. Después de unos minutos, intento despabilarme un poco y me dirijo al baño arrastrando los pies. Lavo mi cara y veo mi rostro unos eternos segundos. Mis ojos estaban hinchados por tanto llorar. Después de mucho tiempo, dormí plácidamente. O'Donell se había encargado de llevarme a la cama en brazos, tal y como una princesa. A pesar de mis duras advertencias, él se quedó a mi lado gran parte de lo que quedó la madrugada. En algún punto, yo sentí cuando el salió, pero estaba demasiado cansada como para detenerlo.

O'Donell. No me podía evitar sonreír involuntariamente cada vez que lo traía a mi mente.

"Nena, ¿Sientes algo por él?".

Sus palabras resonaron fuertemente en mi cabeza. Y recordé que no le había respondido a O'Donell su pregunta. Para mí era demasiado pronto saberlo. No superé a O'Donell en tampoco tiempo. Había algo que era evidente y es que no podía negarlo, me atraía Gab, pero estaba enamorada de O'Donell. Detesto mi existencia.

Vuelvo a la cama y tomo mi móvil en mis manos. Tenía algunas llamadas perdidas de todo el mundo. Carl, Sarah, Isla, pero aún más de Ana. ¡Lo que me faltaba! Creía que todo había quedado claro con mis señalamientos de ayer. Seguí revisando el móvil. Y muchos mensajes de textos en mi bandeja de entrada. ¿Qué sí me sentí culpable por haberlos abandonado en la fiesta en la playa? Claramente, y me van a pedir una explicación del porqué O'Donell estaba teniendo una discusión con Gab. Hundí mi cabeza en la almohada deseando no vivir. Ahora que lo pensaba, ninguna de las chicas ni Carl, sabían del tipo de relación que O'Donell y yo llevábamos. Fuera de lo que había pasado en el Infernal Cave's. Ana era la única que tenía una idea, pero creo que la había cagado demasiado rápido.

El único mensaje que si respondí fue uno que O'Donell había mandado hace al menos una hora.

"Buen día dormilona, Madlow, espero que hayas amanecido mejor. Cuando despiertes, llámame quiero llevarte a comer por tu cumpleaños en vistas de que fui un reverendo imbécil contigo. PD.-No borres esa sonrisa y ese sonrojo que sé que estás teniendo en estos momentos".

Sentí que algo se había atorado en mi garganta.

"Bonita manera de saludar, O'Donell. No seas tan egocéntrico, quieres?"

The Dark Fire © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora